Esta curiosa propuesta de teatro inmersivo se vale de la ciencia y la tecnología para trasladarnos a un mundo en el que vivimos, con todos nuestros sentidos, lo que le sucede a un actor cuando está a punto de estrenar una nueva versión de Hamlet.
Munidos de un casco de realidad virtual que sólo nos permite ver imágenes generadas en una computadora, somos transportados por asistentes al interior de una sala. Allí, cómodamente sentados, comenzamos a vivir una experiencia
absolutamente cautivante en la que pasamos a transformarnos en protagonistas.
Recorremos la ciudad desierta a través de registros grabados durante la cuarentena sanitaria de 2020, pasillos de hospital, escenarios y camarines en los que los límites se desdibujan.
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