**** Semanas atrás llegó a la pantalla de eltrece, una nueva versión argentina de “Family Feud (Disputa familiar)”, un programa de juegos de la televisión estadounidense, creado por Mark Goodson, en el que dos familias compiten para enunciar las respuestas más populares a preguntas surgidas de una encuesta nacional, con el único fin de ganar dinero en efectivo y premios. Emitido por primera vez en julio de 1976, por la cadena ABC, desde entonces, se mantuvo por décadas y se multiplicó en un sinnúmero de adaptaciones tanto regionales como internacionales. De hecho, la popular revista sajona “TV Guide”, lo situó en el tercer lugar en la lista de los 60 mejores envíos de todos los tiempos, dentro de su género. Nada menos.
Aquí lo conocimos durante la temporada 2005 liderado por Mochi Balestra, también por el mismo canal. Allí se enfrentaban dos grupos familiares de cinco integrantes cada uno, a los cuales se sometía a diferentes interrogantes, acerca de diversos temas: música, deportes, costumbres, comidas, actualidad, etc. Los participantes debían acertar a las réplicas más elegidas por cien argentinos encuestados.
Con la pandemia del coronavirus, estos exitosos antecedentes, más la producción de BoxFish, cuyo presidente es Diego Guebel, con sede en Madrid, Buenos Aires y San Pablo, Brasil, se decidió reflotar el formato. La novedad radica en el debut como conductor del actor Darío Barassi.
En cada emisión, como en su anterior edición, para acumular puntos y vencer, hay que acertar lo que dice la mayoría. Esto genera más de una sorpresa porque, a veces, las respuestas son desopilantes e insólitas y permiten hacer un sondeo generalizado sobre los gustos e intereses de nuestros compatriotas. A modo de ejemplo, aunque suene trivial, fue sorprendente conocer que muchos guardan chocolate dentro de su heladera y que la bella Barcelona no es uno de los destinos turísticos preferidos. La parentela que resulte ganadora pasa a jugar en otra sección denominada “dinero rápido”, con la posibilidad de llevarse hasta 250.000 pesos.
Aunque limitados por el distanciamiento social que impone la realidad sanitaria, la principal atracción, reflejada en el generoso rating que lo acompaña cada día, reside en la elocuencia, verborragia, ingenio y simpatía de Barassi, quien ostenta la mejor de las cualidades: reírse de sí mismo y, a su vez, divertir al televidente. Sin duda, esta nueva faceta, lo sitúa como digno heredero de aquellos animadores vernáculos que generan inmediata empatía con los concursantes y la audiencia.
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