*****“¿Qué te gustaría volver a ver de los 30 años de Telefe?” La pregunta, formulada por el canal a la audiencia, resultó una oportunidad para rever aquellos primeros capítulos de las ficciones más exitosas de sus últimas tres décadas de vida. Así, en estos tiempos de pandemia y prolongada cuarentena, se pueden recuperar algunos de los títulos que hicieron reír y emocionar a varias generaciones de argentinos.
En el especial nocturno “30 años juntos”, ya desfilaron “Muñeca Brava” con Natalia Oreiro; “Casi Ángeles”, tira de Cris Morena; las comedias “¡Grande Pa!” con Arturo Puig, y “Educando a Nina” con Griselda Siciliani. Dentro de este revival, descuella el sobresaliente ciclo “Atreverse”, una de las mejores creaciones del director televisivo y cinematográfico argentino Alejandro Doria (1936-2009), responsable de clásicos del cine nacional como “La isla”, “Darse Cuenta” o “Esperando la Carroza”. En la pantalla chica, estuvo detrás de las cámaras en episodios de prestigiosos envíos como “Alta comedia” o “Situación límite”.
Emitido durante los primeros años de la brillante gestión artística de Gustavo Yankelevich, entre 1990 y 1991, y en formato de unitarios; tuvo frecuencia semanal, y en cada programa abordaba una temática distinta con elencos rotativos de verdadero lujo. Baste mencionar a Olga Zubarry, Federico Luppi, Susana Campos, Ulises Dumont, Bárbara Mujica, Arturo Maly, Alicia Bruzzo, Lito Cruz, Alicia Berdaxagar, Salo Pasik, Carmen Vallejo, Alberto Segado, Ana María Giunta, Tony Vilas, entre muchos otros actores, para tener una idea cabal de la propuesta. Contaba con libros de María José Campoamor, Juan Carlos Cernadas Lamadrid, Nelly Fernández Tiscornia y Jacobo Langsner.
Con autoría de Langsner y adelantado a su tiempo, se emitió el excelente “Damas y Caballeros”, en cuya trama Beatriz (Miguel Ángel Solá, foto), distinguida mujer trans que alquila un cuarto a una benévola y pragmática señora de clase alta (China Zorrilla), con el apoyo de la hermana de esta, Aída (Elena Tasisto); pero debe soportar los rechazos del hijo de la dueña de casa, el diputado Bruno Aguilar (Mario Pasik), el de su frívola esposa (Cecilia Roth), y del suegro y socio del primero (Jorge D’Elia). A través de extraordinarias actuaciones, se abordaron temas aún candentes como la identidad de género, la eterna corrupción política y los atávicos prejuicios de una sociedad patriarcal.
Ojalá repitan otros de aquel tiempo glorioso de la ficción nacional que lograba aunar calidad, rigor y compromiso. Algo que se extraña mucho en la televisión actual.
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