★★★ Fue una vida controversial, pero merecía ser contada. La de John Jairo Velásquez (1962-2020), más conocido como “JJ” o “Popeye”, lugarteniente, mano derecha y jefe de los sicarios de su compatriota, el narcotraficante, terrorista y político colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria. Autor confeso de más de trescientos asesinatos, la planificación de otros tres mil y la explosión de doscientos coches bomba, estuvo entre los responsables que convirtieron a Medellín en una de las ciudades más peligrosas del mundo durante los años noventa.
A pesar de estos antecedentes, nunca fue capturado. Fue él quien se entregó a la justicia en 1992, más de un año antes de que Escobar fuera abatido, confesó además haber matado a su esposa y se convirtió en el único superviviente del Cartel.
Jhon Jairo, tras permanecer veintitrés años en prisión, salió en libertad condicional en 2014, por buen comportamiento. Sin embargo, en 2018 volvió a ser apresado por extorsionar a familias de Antioquia. Los cargos imputados fueron extorsión, “concierto para delinquir”, amenazas e incitación al odio. Cuando tenía 57 años, fue diagnosticado con cáncer de esófago, enfermedad que causó su muerte. Durante los últimos años, se hizo popular en redes sociales al abrir un canal de YouTube que logró más de un millón de suscriptores, lo que generó encendidas polémicas.
Basada en el libro “Sobreviviendo a Escobar”, del propio Velásquez, la minuciosa serie de sesenta episodios comienza su relato desde la decadencia de Escobar, en el momento en que “JJ” (interpretado de forma convincente por Juan Pablo Urrego) decide entregarse, hasta sus últimos años en prisión, donde muestra los más importantes y relevantes acontecimientos que atravesó durante su encierro.
Pero también, y aquí radica lo valioso, narra la historia política y social de la Colombia de aquella época, durante la temporada del narcoterrorismo y muestra cómo, mientras el cartel se derrumba, “Popeye” lucha por sobrevivir para salvar su existencia. Al hacerlo, intenta ganar respeto y subir en la jerarquía carcelaria para lo cual se ve obligado a unirse de manera estratégica con enemigos del pasado, reconocidos políticos y personajes de la vida pública.
Como demostraron “Nar - cos”, “El Chapo”, “Narcos México” o “Pablo Escobar, el patrón del mal”, los envíos con temática de narcotraficantes latinoamericanos, generan mucho interés entre la audiencia mundial por el drama que conlleva. Este no es la excepción.
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