A Coti se lo nota bien plantado en su loft-estudio de la calle Darwin. Roberto Fidel Ernesto Sorokin Espasa, o simplemente Coti, el músico rosarino que migró a España para tocar en pubs, y que compuso para Diego Torres (“Color esperanza”), Alejandro Lerner, o Julieta Venegas (“Andar conmigo”), está en el punto justo entre la madurez artística y la potencia de la juventud creativa.
Ya no es la promesa que creció de la mano de Andrés Calamaro. Las canas lo delatan. Pero conserva capacidad de asombro y la adrenalina de un debutante, días después de su concierto en el Teatro Colón.
Noticias: ¿Cómo se preparó el show en el Colón?
Coti Sorokin: Requirió mucho trabajo exclusivo. Es una bisagra, el fin de una etapa y el comienzo de otra. Es un hito en mi vida, no solamente en mi carrera. Conllevó una apuesta y un concepto artístico. Desde el vestuario a la puesta en escena, el cuidado del sonido, los arreglos, los invitados... Fue trabajar al nivel de la ópera de París o Viena, la Scala de Milán o el Carnegie Hall, que son los que están a la par.
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Noticias: ¿Ahora hay dvd y disco en vivo?
Sorokin: El show se grabó en 4k, es el primer concierto que se graba en el Colón en esa calidad. Y es el primer disco en donde el teatro figura en la tapa. Sienta precedente. Es el primer contrato de licencia que hace el Teatro Colón. Lo gestioné con ese objetivo, para mostrarlo fuera del país y para que el Colón venga conmigo en esos viajes.
Noticias: Para sentirse único...
Sorokin: Somos pocos los privilegiados del rock nacional que tuvimos la oportunidad de trabajar ahí. Charly, Babasónicos... Fue un show único, el teatro estaba abarrotado y todo el tiempo pensaba “Mira dónde estamos”.
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Noticias: ¿Se relaja durante los conciertos?
Sorokin: No te podés relajar, pero disfruto cuando un concierto sale impecable. El del Colón fue eso.
Noticias: ¿Es muy estructurado a la hora de componer?
Sorokin: Hacen falta las dos partes. Si sos demasiado explosivo, esa energía se disipa. Si sos demasiado ordenado, hay una energía que no ocurre. Es como el yin y el yang, hacen falta las dos energías. Hay momentos de explosión en los que lleno cuadernos y cuadernos. Y otro momento en el que con ese material, tenés que construir un edificio, lograr una canción con un equilibrio interno, respetando las melodías y la estructura. No creo en los artistas que graban todo y quieren mostrar eso. No reviste interés. Pero lo ultra calculado me resulta frío e inaceptable. Eso lo aprendí viendo como trabajaban mis ídolos, los Beatles, Spinetta, Charly, Piazzolla. Hay cosas que te mueven el alma y detalles que decís: “¡Mirá lo que logró!”.
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Noticias: ¿Ve esa falta de balance en la música actual? ¿En el trap y en el reggaetón?
Sorokin: A la industria le pasa bastante. El reggaetón no me seduce, me parece plano. Pero el trap me resulta interesante. Hay una versión internacional donde hay pibes jóvenes y buenos que están escribiendo cosas hermosas, con versos inspirados. Pero lo mío va por otro lado. Pienso en Bob Dylan, en McCartney. Pero no quiero que suene a que me la quiero creer.
Noticias: ¿Hay una vuelta a los singles?
Sorokin: Los Beatles también sacaban singles. Me siento cómodo presentando una obra completa. Pero respeto a quién quiere sacar un tema. Después se te complica en un concierto porque tenés que tocar un hit treinta veces.
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Noticias: ¿Cómo se lleva con las plataformas de música?
Sorokin: Excelente. En Spotify tengo más de un millón de reproducciones por mes. No me siento fuera de ese mundo, que es el presente, y no el futuro de la música. Pero quiero mis discos ahí dentro, no sólo un tema. No podés controlar la manera en que la gente lo escucha. Hay canciones que tienen cien millones de reproducciones y otras dos.
Noticias: ¿Cómo es componer para otros: una carga o un descanso?
Sorokin: Las dos cosas. Escribí sistemáticamente música para otros. Fueron casi cinco años y no lo elegí. Fue una manera de subsistir, de pagar mis gastos haciendo lo único que sabía hacer para mantener a mis hijos. Fui padre muy joven. Hoy, en cambio, me seduce porque aprendo. Me saca de mi lugar de comfort.
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Noticias: ¿Cómo es para el ego meter un hitazo y no escuchar su voz?
Sorokin: Cerré esa brecha en 2012 con “Lo dije por boca de otro”, donde regrabé esos temas. Fue disco de oro acá y en España y desde entonces esas canciones las siento propias. Ya no lo dramatizo.
Noticias: Tiene dos pares de mellizos, ¿cómo es ser músico y padre a la vez?
Sorokin: Es genial. Están metidos en la música, en el diseño y la creatividad. Fui padre de mellizos con 22 años. Nacieron prácticamente de gira, lo tienen incorporado. La paternidad puede salvar a un artista. Mi familia me salvó. Venía de Nueva York y de España de gira, estaba acostumbrado a la habitación del hotel y a tener cinco asistentes. Llegaba a casa y los chicos dormían en la cama y yo en un colchón en el piso. Eso te cuida de que no se te vuelen los pájaros y te transformes en un energúmeno.
Noticias: ¿Es común que muchos artistas en la cresta de la ola no encuentren su cable a tierra?
Sorokin: Obvio. Vivís en un estado eufórico que te transforma, rodeado de focas que te aplauden todo. Pero en el fondo estás solo y te encontrás con mucha miseria. Tener un vínculo fuerte y firme con mi familia me salvó en muchas situaciones. Eso lo agradezco. Hoy me veo firme con mucha experiencia. Con una carrera solista de casi 20 años, produciendo... Tengo que dar gracias a que me cuidé.
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Noticias: ¿Cómo es ser músico en la era de las redes sociales?
Sorokin: Interesante. Pero no me interesa ser un influencer de puta madre y olvidarme de la música. Mi norte es la música pero las redes son una linda herramienta para comunicar de primera mano lo que hacés. Pero mi manera de comunicarme con el mundo es con las canciones y no con Instagram.
Noticias: ¿Proyecta seguir de gira hasta ser abuelo?
Sorokin: (Risas). Por supuesto. Quiero morirme con la guitarra en la mano. Ya podría retirarme, pero no lo voy a hacer nunca. Paul (McCartney) saca discos todos los años. Tom Petty se fue, pero en un momento increíble. Lo vi con 70 años y no lo podía creer. Lo mismo con Neil Young. Alucino con Charly y el último disco, “Random “. Pero Charly podría darnos 30 conciertos al año y da 4.
Noticias: ¿Qué música escucha?
Sorokin: Escucho música sin nombre en Shazam. Pero si me siento a escuchar, termino en los grandes. Ahí sigo aprendiendo.
Por Maximiliano Sardi
@maxi_sardi
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