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SOCIEDAD | 21-02-2019 17:34

Divulgación 3.0: quiénes son los nuevos sex influencers

Series fetiche, redes y respuestas hot. Conocé a los consultores que enseñan sobre el placer. Pedagogía del erotismo.

Un adolescente virgen, inseguro y lleno de complejos crea, junto a dos amigos, una “clínica” de terapia sexual en el colegio. De pronto, en el patio de la escuela, en los baños o en medio de una fiesta, este joven de 16 años, se convierte en un gurú para sus compañeros, a los que aconseja acerca de la eyaculación, el orgasmo femenino o el deseo. Apenas en cuatro semanas, la trama de “Sex education”, el nuevo gran éxito mundial de Netflix, conquistó a más de 40 millones de espectadores y la Argentina no fue la excepción. La popularidad de esta ficción británica no se explica sólo por la calidad del reparto o por su guión.

En el último tiempo, comenzó a observarse una necesidad voraz de chicos y grandes por aprender de sexo y, como consecuencia, aparecieron nuevos espacios para hablar sin prejuicios. Con una fuerte presencia en redes, sexólogos, psicólogos y comunicadores especializados en el tema, se convirtieron en los influencers del placer. Atrás quedaron los discursos academicistas y las explicaciones en el pizarrón sobre el aparato reproductor. Ahora, los especialistas prefieren hablar en primera persona y responder consultas concretas de sus seguidores. Con responsabilidad pero sin tabú. Llegó la hora del sexo real.

En nuestro país, esta explosión sucede en un contexto particular: la nueva ola feminista cuestionó, entre otras cosas, las formas de vincularnos. Las cuestiones de género y la aparición de nuevos términos como, por ejemplo, el poliamor, dejaron al descubierto que una educación sexual enfocada exclusivamente en la prevención de enfermedades o embarazos, no es suficiente.

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Los nuevos sex influencers responden con picardía y no andan con vueltas a la hora de hablar sobre temas que, en el pasado, hubieran sonrojado a cualquiera, como el sexo anal o la masturbación. Con estilos diferentes, cada uno ha logrado cautivar a un espectro de seguidores. El psicólogo y sexólogo Patricio Gómez Di Leva (@respuestasexual); la psicóloga especializada en sexualidad Patricia Safadi (@sexologiaypareja) y la periodista y directora de “Erotique Pink”, Francesca Gnecchi (@francesca.gnecchi), son algunos de los más consultados. Pero la tendencia supera a las iniciativas profesionales individuales: el Gobierno nacional avanza con su propuesta “Hablemos de todo” (@hablemosdetodook), un sitio que replica el tono descontracturado para llegar a los más jóvenes.

Alessandra Rampolla fue, sin dudas, una de las primeras en romper el molde. Simpática y siempre en el lugar de una mujer igual a sus espectadoras, fue una de las que allanó el camino para estos nuevos referentes: “Son voces de personas más jóvenes que vienen con un tejido cultural más acorde con la actualidad. La conversación suena muy genuina. Me entusiasma que este movimiento se enfoca mucho en el placer y en la experiencia y no en lo que se supone”, asegura a NOTICIAS. Antes que Rampolla apareciera por tevé para mostrar juguetes sexuales extraños, Juan Carlos Kusnetzoff hacía escuela en radio y televisión hablando del placer: “Hoy las redes sociales permiten un acceso que primero puede ser tímido pero que luego abre avenidas realmente concurridas y amplias. Hay informaciones muchas veces adecuadas, cortas y breves”, se entusiasma a la hora de hablar de sus herederos.

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Maleducados sexuales. Todos los especialistas consultados coinciden en que la falta de información genera miedos, prejuicios y obstáculos a la hora de vivir una sexualidad plena. Y, hasta ahora, la mayoría de los espacios donde se difundía conocimiento, reducían la sexualidad a lo biológico, sin considerar aspectos culturales y sin darle la importancia necesaria al concepto de placer.

“Somos maleducados sexuales. Nunca la educación estuvo apuntada al disfrute y por eso surgen otros medios. La sexualidad es algo que se aprende y todavía hoy, cuando lo digo, muchos se sorprenden porque se piensa que es algo que viene dado. No sabemos porque no nos enseñaron”, insiste Gómez Di Leva.

Como consecuencia de esta falta de enseñanza, en la práctica, la pornografía o el consejo del amigo se convirtieron en una escuela sexual riesgosa que alimentó ideas confusas sobre temas, como el tamaño del pene o los orgasmos femeninos. “La mayoría de las consultas se resuelven desmitificando creencias falsas. La persona viene pensando que tiene un problema cuando en realidad no lo tiene, y todo el tema es dejar fluir el placer liberándose del mandato. Hay mitos muy arraigados que uno cree superados pero en la intimidad no lo están”, cuenta la sexóloga Safadi.

En la misma línea, Gnecchi asegura que se acercan a su espacio virtual personas que se autodiagnostican algún problema sexual que, en la realidad, es inexistente: “Me cuentan que leyeron en una revista que la frecuencia normal de sexo es de tres veces por semana y creen que tienen un problema de deseo, porque no llegan a ese número. O viene un hombre pensando que tiene eyaculación precoz porque leyó que debe tener una penetración de determinada cantidad de tiempo. Yo soy comunicadora y siempre recomiendo que consulten a un sexólogo. Nadie hace una consulta como sí se hace con un médico clínico, pero entonces llegan al encuentro sexual con eso en la cabeza”, cuenta.

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Con seguidores sub 40, la gran preocupación de estos especialistas es conseguir que se hable de sexo sin miedos. Gnecchi apunta a la generación de contenidos multiplataforma: en su Instagram hace que sus seguidores voten sobre qué tema quieren que hable, tiene una boutique erótica y realiza cortos para MediaBus TV, un canal que se transmite en las pantallas de los transportes públicos. Safadi, en cambio, tiene un perfil más volcado a lo profesional y aprovecha la posibilidad de publicar todo tipo de dibujos e ilustraciones con extensas explicaciones sobre asuntos tan variados como posiciones sexuales y afrodisiácos, pero también sobre los vínculos de pareja y el amor.

Gómez Di Leva mantiene conversaciones permanentes con sus seguidores. Se encarga de responder cada pregunta que le llega y no le tiene miedo a hablar en primera persona o dejar entrever algo de su vida privada: “Creo que la gente, al ver a un profesional de carne y hueso y más humano, se anima a preguntar cosas que en otro lugar no. Mi Instagram es personal y profesional. Hay pacientes que me siguen y a los que sigo. Eso no existía antes en los manuales de psicología y siempre digo que, si genera algo bueno, hay que avanzar”, cuenta.

Oficial y desprejuiciado. El tono y los temas seleccionados por estos profesionales se replican en la iniciativa “Hablemos de todo”, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, una cuenta que apunta a los adolescentes. Además, cuentan con un chat que funciona como consultorio y es atendido por un equipo interdisciplinario. Hasta el 31 de enero, ya se habían recibido un total de 14.439 preguntas privadas sobre diferentes temas entre los que se incluye la sexualidad. “En algunos casos, la consulta se resuelve ahí, como puede ser cómo ponerse un preservativo. En los casos de asistencia extra, se los deriva. El chat es confidencial, anónimo y privado”, cuentan desde el proyecto.

“Vemos que en redes se generan muchas discusiones entre los adolescentes. Acá se trata de correr la mirada autocéntrica, de explicar cómo es determinada cuestión y dar la posibilidad de elegir. ‘Hablemos de todo’ no tiene género: es y habla como un joven”, describen sus creadores. Maneja una estética con posteos que simulan memes o recurren al uso de emojis. Además, desde el proyecto coinciden con los especialistas privados en la falta de información: “En lo digital hay jóvenes empoderados, pero también te encontrás con preguntas básicas como si se puede acabar dentro de un preservativo”.

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Como los alumnos de “Sex education”, los profesionales concluyen que los argentinos, jóvenes y adultos, están solos a la hora de encontrar respuestas para vivir su sexualidad y estos espacios se convirtieron en un buen lugar para preguntar sin culpa. La advertencia de todos es la misma: es necesario tener las herramientas para seleccionar con ojo crítico cuáles son las cuentas controladas por profesionales serios y cuáles son los espacios que continúan repitiendo los viejos prejuicios. Si estamos atentos, en las redes podemos encontrar a nuestro propio gurú sexual para aprender a pasarla bien.

por Giselle Leclercq y Daniela Bianco

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