“¿Hubo algún replanteo en cuanto a haberle dado continuidad a la función de ministro de su parte?”, lanza como primer pregunta el entrevistador. “Es cierto que la realidad fue bastante distinta a la que yo esperaba en el momento de tomar la decisión”, responde el entrevistado, Lino Barañao, Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, hasta hace un año ministro.
Y agrega: ”Pero esa decisión tuvo que ver también con salvaguardar algo que es un bien común, que pertenece a todos los ciudadanos. Sobre todo porque cualquier discontinuidad provoca a veces cambios irreversibles dado que hacemos programas de largo plazo, una política en cuanto al apoyo de la ciencia que pensamos se iba a resentir si había una discontinuidad. Y en mi caso quise mantener el grupo humano con el que ya venía trabajando desde el año 2003”.
Así empieza un reportaje de media hora que Edi Zunino, Director de Contenidos Digitales de Perfil, le hizo en su programa web “En el barro”a quien fuera el único ministro de la gestión kirchnerista que continuara en su puesto durante el gobierno de Cambiemos, hasta que el Ministerio de Ciencia fuera convertido en Secretaría.
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Durante la charla, Barañao defiende la filosofía de su gestión actual y asegura que no era posible seguir incorporando investigadores a la carrera del CONICET al ritmo de los años previos. Además, pone énfasis en detallar qué es lo que se está haciendo desde la Secretaría en cuanto a intermediación para crear cadenas de valor en productos de ciencia aplicada y da a entender que en las elecciones de octubre votará por la propuesta del actual oficialismo.
Zunino: Habiendo sido un puente entre la gestión anterior y la actual, ¿usted cree que la Ciencia y la Tecnología son parte de políticas de Estado o que son variables de ajuste?
Barañao: Deberían ser políticas de Estado. Pero hay que analizar de qué hablamos cuando hablamos de ciencia y de tecnología. No es tan fácil mostrar cuál es la contribución que la ciencia hace en un país como la Argentina para la vida real y cotidiana. Porque en los países desarrollados en los que la Ciencia y la Tecnología han contribuido a mejorar la calidad de vida de la gente tienen no solo una política científica fuerte sino una política industrial, una matriz productiva, que usa ese conocimiento y lo transforma en bienes y servicios que le llegan al contribuyente. Creo que desde el año 2003 a la fecha hemos logrado que hubiera creación de conocimiento, pero hay una asignatura pendiente y es lograr que ese conocimiento se convierta en riqueza, no entendida como lucro sino como prosperidad y desarrollo. Y fundamentalmente como empleo. Y curiosamente no está en el discurso de la comunidad científica este compromiso con la generación de empleo, a pesar de que es un colectivo de idea mayormente “progresista”.
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Para Barañao, el sector científico argentino recibió una inversión importante y ahora tiene el “desafío de mostrar que hay un rédito social de esa inversión y que no es solo aportar conocimiento al mundo”.
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Con guiños a científicos y políticos, el ex ministro que desarrollara y presentara el plan estratégico Argentina Innovadora 2020 en el año 2013, afirma: “Mi desafío a futuro es tratar de mostrar en la práctica que uno puede hacer no sólo innovación productiva sino también innovación inclusiva. Es decir, mostrar cómo el Estado, a través de la incorporación de nuevas tecnologías genera empleo también para aquellos que no van a tener una mejor educación. Lo que está faltando es eso: cómo acoplar la inversión en ciencia y tecnología con un modelo de desarrollo del país”.
Zunino: Perdón Barañao, pero eso parece más un discurso kirchnerista que macrista…
Barañao: No, porque cuando me convoca Mauricio Macri para continuar con la función lo que me dice es “está muy bien la política pero ahora queremos resultados y queremos generar empleo”. Y cuando fue Cristina [por Fernández de Kirchner, presidenta de la Argentina entre 2007 y 2015] la que me convoca la primera vez me dijo “quiero un Ministerio pero no para hacer ciencia por la ciencia misma. Quiero ciencia para diversificar la matriz productiva del país, y que también dé empleo”. Es decir que la demanda es bastante coherente, aún cuando tal vez las visiones de qué significa un desarrollo pueden ser distintas en algún sentido.
Zunino: ¿O sea que, en el fondo, Cristina y Macri no son tan distintos?
Barañao: En esa demanda no porque creo que es evidente. Todos los países que se han desarrollado, independientemente del punto de vista político, desde China a Alemania y los Estados Unidos, han apostado al conocimiento para promover el desarrollo y para crear riqueza y distribuirla en forma más justa. Porque la economía del conocimiento ayuda a promover sociedades más equitativas.
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Zunino: ¿Quiere decir que tuvimos una continuidad y que fue para abajo?
Barañao: No fue para abajo. Lo que tenemos ahora es un presupuesto que está fuertemente dolarizado y está claro que hay menor poder de compra en los subsidios y que los salarios son menores. Pero el objetivo de largo plazo sigue siendo el mismo, yo no he cambiado, no me raptaron los marcianos y me cambiaron la visión. Lo que estamos tratando de hacer es mantener algo que es un recurso indispensable para el desarrollo futuro del país en condiciones que no son las mejores pero que necesariamente tienen que ser transitorias.
Mientras analiza del efecto derrame que la economía del conocimiento debe tener sobre las sociedades, y señala varias veces que no es factible crecer basándose en un modelo primario de producción, el secretario de Ciencia y Tecnología describe ejemplos de cómo el organismo a su cargo trabaja en proyectos de cooperación e intercambio y en el armado de vinculaciones que permitan a pequeños productores regionales llegar a mercados internacionales.
“Desde el año 2003 hasta ahora yo he sido directa e indirectamente responsable de 8.700 millones de dólares de inversión, no es poca cosa, yo podría pensar en una cantidad de inversiones que podríamos haber hecho y que tendrían resultados concretos. Eso no se perdió, está en conocimiento acumulado en el sector científico tecnológico pero es perecedero, si no hacemos algo para aprovechar ese conocimiento se vuelve obsoleto. No podemos pensar en duplicar el PBI con la base de economía que tenemos, basada en los recursos naturales”.
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Algunas frases:
- “Lo que está faltando es una inserción efectiva del sistema científico en una matriz productiva diferente. Porque con el sistema actual y esta matriz de producción yo podría triplicar el presupuesto en ciencia y tecnología y el ciudadano común no se daría cuenta”.
- “Mi responsabilidad no es solo pedir más presupuesto sino hacer un uso eficiente de eso. Yo no estoy acá para defender a los científicos, eso lo hice durante los 18 años en los que fui gremialista, ahora tengo que defender a la gente y hacer un uso eficiente de las capacidades que tenemos”.
- “Los seres humanos amamos la grieta, y los argentinos más todavía. Inventamos las ideologías para dividirnos. Tenemos que conocer cuál es la base de este comportamiento confrontativo”.
- “Hay un modelo de racionalidad en esta administración, y de convivencia, menos autoritarismo, más respeto por la disidencia. Tengo un diálogo con otras áreas de gobierno que no tenía anteriormente, no teníamos cooperación con Producción, por ejemplo”.
- “No hay fuga de cerebros. Lo que hay es jóvenes que están viendo la posibilidad de irse a formar al exterior y después volver. Y eso es bueno para mejorar nuestra tecnología y nuestro conocimiento”.
- El Conicet no puede tener una expansión infinita. Estamos incorporando a la carrera de investigación a 450 nuevos investigadores por año. Francia y España incorporan muchos menos. Estamos haciendo todo el esfuerzo por conservar nuestros recursos”.
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