La velocidad del viento se incrementó en la última década, haciendo crecer además la altura de las olas, lo que ha impactado de norte a sur en nuestro planeta con fuertes inundaciones en el último tiempo.
El viento multiplicó su intensidad por tres respecto al descenso observado de 1978 a 2010, de acuerdo un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, sobre el análisis estadístico de 9.000 estaciones meteorológicas.
Desde 1985 la velocidad promedio de los vientos oceánicos en gran parte del mundo aumentó entre 1 y 2 cm por segundo por año, lo que llevó a un incremento en la altura de las olas.
Esta tendencia es particularmente fuerte en el océano Antártico, donde la velocidad de un 10% de los vientos más rápidos aumentó 5 cm por segundo por año. En ese 10% de vientos el aumento de altura en las olas ha sido de un total de 30 cm desde 1985. Y los cambios en la altura de las olas son lógicamente una mala noticia para comunidades costeras, que enfrentan crecientes riesgos de tormentas extremas e inundaciones.
El aumento en la velocidad del viento marca un cambio respecto al patrón anterior de vientos decrecientes, un fenómeno conocido como "stilling". "La causa principal del aumento de la velocidad del viento está asociada a cambios en la circulación atmosférica, y ciclos que ocurren en las oscilaciones atmósfera-océano", explicó César Azorín-Molina, experto del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, uno de los autores del estudio.
Otras hipótesis se han planteado es que se de un fenómeno inverso justamente al “stilling”, el descenso de la velocidad del viento como consecuencia del aumento de la rugosidad del terreno por el crecimiento de los árboles, de zonas urbanas y otros cambios de los usos del suelo. Las sequías e incendios de los últimos años pueden haber afectado fuertemente en ese sentido
"El reciente reforzamiento que hemos observado en los vientos y los análisis planteados confirman el mayor peso que ejercen los cambios en la circulación atmosférica", remarcó el especialista. "Cuando hablamos de circulación atmosférica oceánica nos referimos al calentamiento de la superficie de la Tierra que crea gradientes de presión y viento", sumó Adrian Chappel, investigador de la Universidad de Cardiff en Gales.
En tanto, Zhenzhong Zeng, investigador de la Universidad de Princeton y autor principal del estudio, remarcó que no se constató un vínculo entre el aumento en la velocidad del viento y el cambio climático causado por la acción humana. “Actualmente no hay una evidencia científica de que la acción antrópica esté detrás de estos cambios", precisó.
"Pero predecimos que la tendencia creciente de la velocidad del viento continuará durante 10 años, y también mostramos que esto es causado por las oscilaciones atmósfera-océano, y que tal vez una década más tarde se revertirá nuevamente", señaló Zheng.
El estudio recomienda en tanto que se aproveche esta década para impulsar la implementación de parques eólicos: se proyecta que la energía producida por una turbina eólica podría aumentar hasta un 37% para 2024.
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por R.N.
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