Wednesday 11 de December, 2024

CIENCIA | 08-10-2020 14:16

"Analicé mi genoma y hallé que tendría buena respuesta a una vacuna anticovid"

El genetista argentino Jorge Dotto hizo una simulación para obtener estos indicios. También estudió su ADN y concluyó que, de enfermar, no sufriría un cuadro severo.

La genética ha estado vinculada con la actual pandemia de Covid-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, casi desde el principio. En enero científicos chicos lograron secuenciar el genoma del virus. A partir de allí se lo identificó, se lo diferenció de otros coronavirus (como el del resfrío común) y se pudo comprobar que está emparentado con otro, el que causó el brote de la enfermedad respiratoria aguda severa o SARS en el año 2003.

“Además, es lo que ha permitido que se pudieran comenzar a hacer los diagnósticos por medio de la técnica PCR (la reacción en cadena de la polimerasa, esa suerte de hornito que fotocopia ADN y que nos permite saber si una persona tiene el coronavirus SARS-CoV-2 detectable en el cuerpo) y a partir de allí tomar decisiones a nivel epidemiológico en todo el mundo”, opina el genetista Jorge Dotto

Y agrega: “Es también a partir de los aportes de la genética que actualmente podemos tener 37 candidatas vacunales en ensayos clínicos, 9 de ellas ya en fase 3. Pero también la información que hay sobre el genoma humano nos permite entender, a partir de una cantidad de publicaciones científicas con resultados contundentes, que hay personas que están en un mayor riesgo de contagiarse, mientras que hay otras con un peligro más bajo. Además, nos muestra que mientras unos pacientes pueden cursar una enfermedad más leve, otros tienen inclusive riesgo de vida”. 

Jorge Dotto

Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, Dotto fue jefe de Residentes en la Yale University School of Medicine y se especializó en patología molecular y genética en la Harvard Medical School (ambas, de los Estados Unidos). Fundador del Centro de Genética que lleva su nombre, analizó su genoma en relación a la enfermedad Covid-19, su gravedad, y hasta la respuesta de su organismo a una eventual vacuna

Noticias: Usted analizó su genoma para encontrar relaciones entre componentes de su ADN y la posibilidad de desarrollar un cuadro de Covid-19 más leve o más severo, ¿qué componentes tuvo en cuenta?
Jorge Dotto: Analicé genes que están descriptos en diferentes categorías. El sistema inmunológico tiene dos funciones: una es la de reconocimiento, que dice quien entra y quien no, y otra es la que da las señales a otros componentes para que ataquen al agente extraño. Analicé varios factores relacionados con estas funciones de defensa y de reconocimiento. Luego analicé otros vinculados con la puerta de entrada porque el virus tiene dos genes involucrados en este proceso. Imaginemos que la célula es una casa y que la puerta de entrada es un receptor: hay personas que tienen más abierta o más cerrada esa puerta y por ende tienen mayor o menor riesgo de contagiarse. Después analicé algunos genes que están descriptos para el desarrollo del coronavirus SARS, que generan una reacción pulmonar grave por la cual el propio sistema inmunológico ataca al pulmón y lo destruye, que está presente en menos del 10 por ciento de los casos. 

Coronavirus.

Noticias: También analizó si sería susceptible a una eventual vacuna...
Dotto: Sí, a partir de una muestra de saliva decidí estudiar mi ADN para buscar diferentes marcadores y conocer en qué medida mi sistema inmune está preparado para generar una respuesta protectora con anticuerpos cuando me vacune. Es decir que hice un simulacro comparando cómo reaccionaría mi cuerpo frente a otras vacunas a base de ARN, porque claro está que yo todavía no me inoculé contra la Covid-19 porque no hay una vacuna aún. De manera que estudié genes vinculados con el sistema inmunológico para el desarrollo de anticuerpos contra la vacuna del sarampión, vacuna de tipo ARN como varias de las que se están probando ahora contra el coronavirus SARS-CoV-2. Y analicé otros genes que tienen que ver con la puerta de entrada, que se llaman SLAM y CD46, que el virus de la rubeola necesita para hacer su infección y entrar al cuerpo humano. Además incluí a otros marcadores. 

Noticias: Sin entrar en demasiados tecnicismos, ¿qué resultados obtuvo en esta simulación?
Dotto: Para todo este trabajo me basé en trabajos científicos de centros respetados como la Clínica Mayo, por ejemplo, que ya en el año 2008 analizaron que estas variaciones en el sistema inmune de una persona no solo tienen impacto a la hora de la producción de anticuerpos, sino que también influyen en personas que están en una menor capacidad de producción de anticuerpos. De acuerdo con mi ADN, mi respuesta sería buena a la producción de anticuerpos en relación a la vacuna contra la Covid-19. 

Noticias: Pero no somos solo genes. O mejor dicho, somos genes y epigenética, es decir, ambiente, alimentación, factores sociales y de desarrollo, actitudes...
Dotto: Totalmente de acuerdo. No hay un único factor que determine todo en nuestra vida. La información sobre nuestros genes nos da la opción de trabajar, de analizar cómo interactuamos con el mundo, con la alimentación, con hábitos saludables. Volvamos a mi análisis sobre la susceptibilidad a una vacuna anticovid. Todas las variantes que tomé me dieron bien en el sentido de que tendría una buena respuesta inmunológica. Sin embargo hay una, que tiene que ver con la interleuquina 12 y que participa en la señalización de la inmunidad celular, que me dio menos respuesta y sin embargo es importante en el caso de la Covid-19. 

Noticias: ¿Y qué podría hacer en ese caso con esa información?
Dotto: Allí tendría que actuar a nivel de analizar cómo actuar a nivel de la microbiota, la flora bacteriana que vive en el intestino. Se estima que el 80% del sistema inmune está localizado en la microbiota. Lo que hago, desde hace unos meses ya, es tomar probióticos (que son bacterias vivas) porque está demostrada su influencia en la inmunidad de los CD4, las células presentadoras de antígenos, y eso eventualmente tendría un beneficio a nivel del sistema inmunológico. Es decir que lo que hoy estoy trabajando a nivel de la salud intestinal va a tener un impacto también en lo que es la salud en general. Inclusive hay trabajos científicos que están estudiando la relación entre la composición de la flora intestinal y la enfermedad causada por el coronavirus pandémico. 

Coronavirus.

Noticias: ¿Cómo relaciona ese tipo de análisis genéticos con la existencia de factores que pueden incidir en la evolución de la enfermedad, como tener diabetes o ser obeso? 
Dotto: Creo que todo tiene que ver con todo y que a la cuestión genética hay que darle una importancia similar a la que poseen otros factores. Está comprobado que las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de complicaciones en la enfermedad, un 50% de acuerdo con la estadística mundial llega a una internación hospitalaria. Pero a su vez la genética nos permite saber si una persona corre con mayores posibilidades de desarrollar diabetes, hipertensión, tendencia a la obesidad, a través de una muestra de saliva. Por eso, si una persona tiene un factor genético que le da mayor predisposición a contagiarse y tener un cuadro de Covid severo, debería cuidarse más. Y por otro lado, también podría inclusive vacunarse antes de acuerdo con las recomendaciones epidemiológicas.

Noticias: ¿Y si el análisis le sugiere que podría tener un cuadro leve? 
Dotto: La información que obtenga no debe darnos nunca una falsa sensación de confianza y siempre hay que tomar todas las medidas de prevención. Por ejemplo, hay un estudio realizado por siete centros de Europa y de los Estados Unidos en el cual se analizó a dos mil personas con Covid-19 y se las comparó con otras tantas no Covid. Se identificó que quienes tienen grupo sanguíneo A poseen un mayor riesgo de infección, mientras que otras personas que tienen el grupo 0 tienen menor riesgo. Esto no implica que la persona del segundo grupo sean Superman. Yo, por ejemplo, soy grupo 0 y no he caído en una falsa confianza por haber estudiado mi genoma. De hecho, con mi familia comenzamos a usar barbijo cuando todavía la Organización Mundial de la Salud no había recomendado su uso. Yo pensaba si nosotros los médicos, cuando íbamos al hospital a visitar a una persona que tenía una infección, nos poníamos barbijo, gorro, camisolín, botas, anteojos, es decir que nos vestíamos como para ir a una cirugía, ¿cómo no vamos a salir a la calle ahora con una protección si estamos en medio de una pandemia? 

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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