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CIENCIA | 24-09-2020 16:05

Por qué no hay que temer a las mutaciones del coronavirus

Los cambios a nivel del genoma son una parte natural del ciclo de la vida de los virus. En el que provoca Covid-19 ya se han detectado 12.000. ¿Cómo afectan a las potenciales vacunas?

Desde que la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 fue calificada como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y desde que el virus que provoca la enfermedad Covid-19 dejó de tener epicentro en China para pasar a generar olas de contagios en otros continentes, la pregunta se repite ¿está mutando? 

Ahora, un estudio publicado por científicos en Houston (EE.UU) realizado a partir del análisis de más de 5.000 secuencias genéticas del coronavirus pandémico, muestra que ha habido una acumulación de mutaciones del virus, una de las cuales podría haberlo hecho más transmisible.

Sin embargo, el nuevo informe no halló que estas mutaciones hayan hecho que el virus sea más letal o que se hayan modificado los resultados clínicos. Y es que algo fundamental a tener en cuenta antes de temerle a la palabra “mutación” es que todos los virus van sumando mutaciones genéticas y la mayoría son insignificantes. 

“Como premisa, las mutaciones son una parte natural del ciclo de vida de los virus y en general estos cambios no impactan durante los brotes”, explica Humberto Debat, virólogo e investigador del INTA en Córdoba (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria).

Los coronavirus como el SARS-CoV-2 son relativamente estables porque tienen un mecanismo de corrección de pruebas a medida que se replican. Sin embargo, hay un pero. 

“Debido a que SARS-CoV-2 (y todos los virus de ARN) emplean una ARN polimerasa (RdRP) intrínsecamente propensa a errores durante la replicación, sus genomas acumularán mutaciones durante cada ciclo de copia de la información genómica. Esto no es trivial, los errores al replicar los genomas virales pueden funcionar como un equilibrio dinámico que por un lado les permite a los virus cambiar, lo que puede ser una ventaja adaptativa para evadir la respuesta defensiva de sus hospedantes. El problema es que si estos cambios aumentan en frecuencia los virus pueden dejar de ser viables por la imposibilidad de traducir su información genómica”. 

En general, los científicos esperarían que la selección natural favorezca las mutaciones que ayuden a que el virus se propague de manera más efectiva, dado que eso le permite hacer más copias de sí mismo, pero no necesariamente las que lo hacen más virulento. Matar o incapacitar al anfitrión (es decir nosotros, los seres humanos) no sería de verdadera ayuda al momento de lograr que el virus se propague a más personas. 

Hallazgos sobre cambios en el virus

El SARS-CoV-2, como todos los coronavirus, tiene una cantidad de picos que rodean su núcleo (de allí el nombre de corona). Esos picos son los que le permiten al virus adherirse a las células humanas.

Una mutación que afectaba a la proteína pico cambió el aminoácido 614 de "D" (ácido aspártico) a "G" (glicina). La investigación publicada en el servidor MedRxiv a modo de preprint (es decir, sin revisión de pares) sugiere que este pequeño cambio, que afecta a tres cadenas de aminoácidos idénticas, podría mejorar la capacidad de transmitirse que posee el virus.

Científicos del Reino Unido publicaron un lote más grande de secuencias a principios de septiembre y, al igual que el estudio de Houston, llegaron a la hipótesis de que una mutación que cambia la estructura de la "proteína pico" en la superficie del virus podría estar dándole mayor impulso a la propagación de esa cepa en particular.

Para Debat, “no hay evidencia de que la mayor prevalencia de esta variante (D614G) sea tal porque es más contagiosa. Los autores encontraron una mutación que se hizo dominante con el tiempo pero no reportaron ningún experimento para mostrar su relevancia biológica”.

Sin embargo, hay un transfondo mayor en este escenario: ¿Acaso el coronavirus SARS-CoV-2 muta más y/o a mayor velocidad que otros? ¿Cada vez que se compruebe que hay una nueva mutación deberemos preocuparnos? Y un poco más acá: ¿Es tan especial que un virus mute?

Mutaciones normales

“La forma de estimar los cambios en los virus es a través de dos indicadores: por un lado, la tasa de mutación, que es el número de sustituciones por posición por ciclo de replicación. Cada ronda del ciclo de replicación de un coronavirus toma unas 10 horas, y entonces hay unos 900 ciclos por año -explica Debat-. Por otro lado, tenemos la tasa evolutiva, que se define como el número promedio de sustituciones que se fijan por posición nucleotídica por año del virus, expresada como unidades de mutaciones por sitio por año”.

Noticias: ¿Y eso en qué tasa de mutaciones se traduce?
Humberto Debat: La tasa de mutación de SARS-CoV-2 es de alrededor de 1E-6 (0,000001) mutaciones por sitio por ciclo de replicación, lo cual es considerado una tasa baja y similar a la de otros coronavirus como SARS-CoV-1 y MERS y mucho más baja que la de otros virus de genoma de RNA como el virus del sarampión (4.4E-5), HIV (4.9E-5), hepatitis C (1.2E-4)) o polio (8.9E-6)). La tasa evolutiva de SARS-CoV-2 está alrededor de 1E-3 (0.001) mutaciones por sitio por año, similar a la de SARS (entre 0.80 – 2.38E-3) o MERS (entre 0.83 − 1.09E-3).

Noticias: ¿Podríamos decir entonces que es relativamente baja?
Debat: Al multiplicar la tasa de mutación por el número de ciclos de replicación (dejando de lados los potenciales efectos de la selección evolutiva y la deriva), llegamos a las 10-3 (0.001) mutaciones por sitio por año, consistente con la tasa evolutiva inferida de genomas de coronavirus ya secuenciados. Es decir que el SARS-CoV-2 acumula alrededor de 24-26 mutaciones por año, algo que se refleja al comparar muestras secuenciadas en enero con aislamientos actuales. Para ponerlo en contexto, el virus de la gripe (A/H3N2) acumula unas 50 mutaciones por año

Noticias: ¿Y cuántas mutaciones se han detectado hasta el momento?
Debat: Gracias a los grandes esfuerzos a nivel global para generar secuencias genómicas de SARS-CoV-2 hoy contamos con más de 100 mil genomas de este virus. En esta vasta cantidad de información genómica hemos detectado más de 12 mil mutaciones. Más allá de la gran importancia del seguimiento en tiempo real de la variación del virus, es importante destacar que lo más probable es que la mayoría de estas mutaciones no tengan ningún efecto en la biología del virus

Noticias: ¿Qué importancia tiene el D614G en este contexto?
Debat: En realidad, D614G es la pandemia actual, es decir que el virus circulante en el planeta en este momento, casi en su totalidad, presenta la variante G en esa posición. Esta variante en conjunto con otra de gran prevalencia definen el linaje B.1, que representa (en consonancia con lo observado a nivel global) casi la totalidad de los virus secuenciados en la Argentina. Puede observarse que esto es así desde por lo menos finales de marzo, por lo que no es ninguna novedad en setiembre que sea dominante el genotipo 614G. 

Noticias: ¿Y cómo afecta esta mutación a las candidatas vacunales que actualmente están en fase 3 de ensayos clínicos?

Debat: En un estudio reciente ratones, monos e inclusive seres humanos que recibieron la vacuna de ARN experimental de Pfizer/BioNTech que actualmente está en fase 3, produjeron anticuerpos que demostraron ser más potentes para bloquear los virus “G” que los virus D. Es decir que la dominancia de la variante G a nivel global quizás resulte en una mayor efectividad de las vacunas candidatas.

 

 

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Andrea Gentil

Andrea Gentil

Editora de Ciencia, Medicina y Tecnología. Coordinadora carrera de Comunicación Digital, UNaB.

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