TRES ESTRELLAS Y 1/2
Basada en la muy buena novela de Selva Almada, El viento... narra la historia de una tormenta doble y en ciernes. Por un lado, tenemos un predicador que sabemos un farsante, en viaje con su hija -que sostiene parte del negocio-, detenidos por un desperfecto de su auto. Por el otro, el mecánico brutal y su hijo.
El enfrentamiento entre dos órdenes parentales en apariencia distintos pero en el fondo igualmente opresivos es en sí uno de los hilos: el otro es el de la rebelión -o no- de los hijos, de la violencia latente que crece punto por punto en ese espacio aleatorio en el que cuatro personas se encuentran.
Hernández logra que la tensión se mantenga durante todo el rodaje, que aparezcan, por ejemplo, elementos que recuerdan al cine de terror (porque esta película es un retrato del terror, del miedo ante el poder del otro) y que tienden al estallido. Los intérpretes están en perfecta consonancia con el proyecto y el espectador puede creer absolutamente en su existencia, en su humanidad.
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