La Biblioteca Nacional o la Biblioteca del Congreso son algunos de los escenarios de un nuevo fenómeno que se está expandiendo por todo el mundo. Las bibliotecas en todo el planeta se han reconvertido, ya no son sólo espacios de lectura e investigación, también adquirieron otras modalidades que se fortalecieron en la pospandemia.
Lo destacable de la transformación de estos recintos es que fue impuesto, con el correr de los tiempos, por los mismos usuarios. En la actualidad, estos espacios son frecuentados por empleados remotos, trabajadores que deben llevar a cabo tareas virtuales y personas que deben mantener encuentros privados por meet o zoom. La tranquilidad y el silencio de las bibliotecas, sumado al confort del espacio, impulsaron como la opción más viable y económica del coworking.
“Si bien muchas empresas han utilizado oficinas en expansión llenas de comodidades como herramientas de contratación, muchas bibliotecas públicas ofrecen el beneficio de un entorno de trabajo elegante de forma gratuita. Por supuesto, algunos sistemas de bibliotecas públicas están mejor financiados y son más expansivos que otros. Algunas bibliotecas, especialmente en áreas rurales, están mejorando. Pero aquellos que han evolucionado están viendo cómo el uso se acerca más a los niveles previos a la pandemia”, destacó la periodista Taylor Telford para el portal del The Washington Post.
“Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, las bibliotecas están evolucionando para brindar un mejor servicio a los trabajadores remotos e híbridos, especialmente en las grandes áreas metropolitanas”, explicó Brooks Rainwater, director ejecutivo y presidente del Consejo de Bibliotecas Urbanas, en el informe del periódico estadounidense.
En Argentina, además de recursos como Internet gratuito, acceso a impresión y fotocopiado a precios bajos, se establecieron áreas de cafeterías para mantener una mejor comodidad en la visita. En el caso de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno se puede disfrutar de un amplio espacio verde, con muestras estáticas y señal wifi. Una opción, para muchos oficinistas que trabajan de manera remota, más atractiva que estar en su propia casa.
El boom de esta tendencia laboral alcanzo niveles no imaginados, creando en algunas bibliotecas estadounidenses ofertas dirigidas a propietarios de pequeñas empresas y profesionales, renovándose para incluir más espacios de trabajo privados y salas de reuniones. En sucursales, ubicados en Washington DC y New York, agregaron cafés y convirtieron los techos en destinos elegantes donde los trabajadores pueden reunirse o trabajar en un ambiente más relajado. ¿Llegará esta propuesta a todas las bibliotecas argentinas?
Un caso extremo se registró en la Biblioteca Pública de Boston, los bibliotecarios del espacio afirmaron que han "cultivado un hábitat para trabajadores híbridos y remotos”. En un momento dado, el espacio estuvo repleto con más de 100 personas, que van desde propietarios de pequeñas empresas hasta programadores y trabajadores sin fines de lucro.
Para muchos empleados remotos, las bibliotecas son un “tercer lugar” ideal. Un término que los sociólogos usan para describir sitios que no son ni el trabajo ni el hogar y que son accesibles para diversos grupos de personas. En un momento en que las empresas están haciendo todo lo posible para que los trabajadores regresen a las oficinas, las bibliotecas se han convertido en una alternativa atractiva, que ofrece un límite entre el trabajo y el hogar.
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