Para muchos, pensar en vacaciones es imaginar la clásica postal de arena blanca, agua cristalina que deja entrever cardúmenes de peces multicolores, un marco de palmeras y un trago colorido en la mano. Y aunque los destinos clásicos en los que podría pensarse para una experiencia de este tipo están entre Maldivas, Fiyi y la Polinesia, lo cierto es que los latinos no necesitamos irnos tan lejos para disfrutar estos placeres. A continuación, algunas de las playas más increíbles del continente americano, para tomar nota de cara al verano.
Exuberante México
Nueve horas separan Buenos Aires de Cancún, México, y el más paradisíaco de los paisajes. En esta zona y a unos pocos kilómetros se destaca la Riviera Maya, situada en la costa del Mar Caribe, que combina playa de aguas turquesas y rocas coralinas con un bosque semitropical. Aquí se asienta el Hard Rock Hotel, un all inclusive con playa privada y áreas exclusivas para practicar snorkel y kayak. Dividido en una parte solo para adultos llamada Heaven y otra apta familias, este resort ofrece distintos tours con los que conocer en detalle la exuberancia natural de la región. Por ejemplo, sumergirse en un cenote e interactuar con delfines, tirarse en tirolesa en la selva maya o visitar la Isla Mujeres, entre otras aventuras.
En lo que hace a sus playas, las bordean seis piletas (incluida una con acceso gradual para los chicos) y posee un área de costa exclusiva para sus huéspedes protegida por una caleta. Esto permite realizar snorkel, kayak o simplemente nadar en total tranquilidad y más protegido que en el océano abierto.
Otra isla a la que vale la pena tener en el radar es Cozumel, que acorde con el sitio de reservas Booking.com es la playa más elegida del país. Ubicada en la isla de igual nombre, a 19 kilómetros de la costa mexicana, desde 2016 es parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. Formada por roca caliza (la misma que proviene de los arrecifes), posee varios cenotes formados por la filtración de agua a través de esta misma piedra durante los años, que pueden ser explorados a nado, con snorkel o buceando. Sus playas, bañadas por aguas del Mar Caribe y por la corriente del canal de Yucatán, son siempre cálidas y tentadoras para un chapuzón.
Y si lo que se busca es ser pionero en una playa tan increíble como desconocida, puede rumbearse para Bacalar, cuya laguna de 7 colores (también conocida como Laguna Arco Iris) es deslumbrante. Este pequeño pueblo ubicado en el estado de Quintana Roo combina una explosión de diversidad coralina y flora subacuática. Con unos 50 kilómetros de largo, su laguna puede recorrerse en canoas y a su orilla hay un balneario en el cual se puede nadar. Otro punto interesante es el Cenote Azul, inmerso entre manglares, cuya transparencia es tal que permite mirar hasta 30 metros bajo el agua. En ambos sitios de interés es posible degustar especialidades de la gastronomía local. No en vano en México este rincón fue declarado en 2007 como un “Pueblo Mágico”.
Plácida Jamaica
También en el Caribe, Jamaica es otro destino que puede proveer postales para el recuerdo. Gracias a sus montañas, es uno de los destinos caribeños que sufre menos los embates de los huracanes, volviéndose un punto turístico interesante durante todo el año. Además de su isla principal, donde se encuentra Kingston, la capital, está rodeada por otras islas menores y cayos. En todas estas costas se ubican algunos de los hoteles más lujosos. Es el caso de Grand Palladium Jamaica Resort & Spa, en Lucea, Montego Bay.
En la costa noroeste y entre dos de las principales ciudades turísticas de la isla, este resort all inclusive ofrece una vista memorable a la playa, al tiempo que cuenta con una de las piletas infinitas más grandes del Caribe, enormes terrazas abiertas, un parque acuático para grandes y chicos y un swim up bar. En este entorno, la propuesta puede ir desde hacer windsurf, buceo o navegar en catamarán a simplemente descansar en la playa mientras los niños se divierten en el Kids Club (que los recibe desde el año hasta los 18, variando actividades y grupos).
A la vez, posee instalaciones compartidas con el Grand Palladium Lady Hamilton Resort & Spa, otro de los hoteles de lujo de la cadena. También de frente a la playa, este complejo ofrece spa, teatro, sala de juegos para niños, piscinas varias y un área de buceo. Asimismo propone un sector de habitaciones solo para adultos con vistas al océano turquesa, entrada privada, jacuzzi, terraza y ducha exterior. Entre sus propuestas gastronómicas despliega 17 bares y 10 restaurantes, incluyendo The Blue Lagoon Swim Up Bar, inmerso en la pileta, y el restaurante de pescado mediterráneo Poseidón.
El hallazgo de Brasil
Aunque los argentinos creemos ya estar familiarizados por completo con el territorio vecino, la vastedad de Brasil hace que siempre haya rincones por descubrir. Según indican desde Booking.com, Jericoacoara es uno de ellos, elegido por los propios brasileños. 300 kilómetros al oeste de Fortaleza, en el nordeste del país, esta playa es visitada durante todo el año por turistas del mundo entero, aunque no hace tanto que los argentinos comenzamos a hablar de ella.
Y es que su gran encanto reside en su valor agreste: es un pequeño pueblo de pescadores, amantes del windsurf y kitesurf, al que solo se puede acceder en vehículos autorizados que puedan circular por sus calles de arena y generosas dunas. Al modo de los pueblos de la costa nordeste uruguaya, por mucho tiempo fue un reducto aislado en el que no había asfalto ni electricidad, y aunque se ha ido modernizando, aún mantiene parte de ese encanto de rincón alejado del mundo donde buscar la verdadera desconexión.
Esto puede hacerse especialmente en la playa homónima, considerada una de las más bellas de Brasil y del mundo. Ubicada en el Parque Nacional Jericoacoara, se destaca por un gran símbolo natural, la Duna de la Puesta del Sol. Como su nombre lo indica, es una duna de cima plana que ofrece una vista incomparable al momento en el que sol se sumerge en el océano y da paso a la noche. Contemplar este momento puede ser una gran forma de cerrar unas vacaciones para el recuerdo.
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