Estamos cansados, exigidos, sobrepasados. Por la cuarentena, trasladamos a nuestro hogar el centro del trabajo y en lugar de sentirnos mejor, estamos más estresados que nunca. Sin embargo, en teoría, nos ahorramos las horas de viaje y todas las tareas que habitualmente hacíamos en la calle.
El fenómeno se llama “burn out” y el significado en inglés ya se volvió popular en español: estar quemado.
La abogada Viviana Laura Díaz, magister en Relaciones Laborales y doctora en Derecho del Trabajo, quien fuera también directora de Trabajo Virtual del Ministerio de Trabajo de la Nación (1999-2016) explica cómo el home office está practicándose en medio de la cuarentena: “Esto se trata de trabajar a distancia, pero no es Teletrabajo. Es la peor versión de esta modalidad: sin entrenamiento, ni certezas jurídicas, ni informáticas ni sociales. Por eso comenzamos a experimentar el 'burn out' digital, resultado de una emergencia que aborda el teletrabajo sin contención”, explica. Algo así como cocinar un nuevo plato pero con una receta vieja a la que, además, le faltan varios ingredientes.
Para el especialista en tecnología Santiago Bilinski, la cuarentena obligó a hacer en un mes cambios imprescindibles que debieron hacerse a lo largo de la última década. Aun así aclara que la situación actual es artificial porque se monta sobre la disrupción de los otros ámbitos de la vida.
Es de esperar que con el regreso a la normalidad, las empresas que quieran seguir con esta modalidad, tomen nota de las necesidades de sus empleados y fijen reglas claras en cuanto a horarios, días y tareas a cumplir.
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