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CULTURA | 07-07-2020 11:14

Alejandro Roemmers, el empresario poeta

Es el heredero de una de las mayores fortunas del país pero también es escritor. Su lucha contra el prejuicio. Su primera novela.

Alejandro Roemmers cuenta que hasta los 30 años vivió pensando en el objetivo y enfocado en el futuro y que recién después se dio cuenta de que “la vida es el camino, el proceso”. Entonces leyó libros de autoayuda y de filosofía y llegó a la conclusión de que si no se vive con todos los sentidos en el presente, uno se transforma en un autómata. Se alejó de la empresa familiar y se zambulló en las palabras: escribió siete libros de poesía, otro al que califica como “espiritual”, “El regreso del joven príncipe” (Emece, 2011), y ahora lanzó su primera novela “Vivir se escribe en presente” (El Ateneo). Pero antes de todo eso, pensó en ser sacerdote. Después cayó en la cuenta de que no quería ni la disciplina exigente ni el encierro y prefería vivir la espiritualidad desde la libertad. “La espiritualidad no implica necesariamente ascetismo ni privación”, repite. Su cumpleaños número 60 fue muy comentado mediáticamente –600 amigos invitados a Marruecos- por lo que costó y porque se recalcaba la contradicción entre la ostentación y la espiritualidad que pregona. Pero él sostiene que aquella fue la celebración más espiritual que pudo haber tenido. “Es como que digas que 'La Piedad' de Miguel Ángel no es una obra espiritual porque está hecha en mármol de carrara y vale muchos millones de dólares. Mi cumpleaños fue una ocasión para terminar de coronar un periodo de mi vida, de pasar de estar muy triste y depresivo a estar muy feliz y reunir a las personas que habían estado presentes esos años. Quise darles lo mejor. A mí me gusta ser como un oasis, que el que venga a mí se transforme. Yo soy eso, yo transformo la vida de las personas”.

Noticias: Los protagonistas de su novela escapan de su destino y se corren de lo que sus padres quieren para ellos. ¿Es una tensión que tiene que ver con su propia biografía?

Roemmers: Esta historia me surgió cuando mi agente literario me pidió que escribiera otro libro en la tesitura de “El regreso…”, editado en muchos países y traducidos en muchos idiomas, porque muchos editores estaban esperando un libro mío. Una señora a la que le dediqué el libro (Esther de Izaguirre), siempre me decía que tenía que escribir una novela y yo le explicaba que no y le decía: “No soy un escritor profesional, lo único que hago, sobre todo a través de la poesía, es transmitir emociones, quiero iluminar a alguien que esté en un proceso espiritual similar al mío”. Pero cuando estoy pensando cómo continuar “El regreso…”, de golpe y no sé por qué, me surge esta historia, que no es nada biográfica pero sí tiene que ver. Sí y no, digamos, porque a mí me atraía mucho la literatura y la abogacía pero mi padre estaba muy interesado en que me ocupara de la empresa porque veía que tenía muchas condiciones para ser empresario. Y a mí el tema de trabajar con mi padre no me tentaba tanto pero hice un compromiso, dije: “Ok, voy a trabajar veinte años a full en la empresa y luego voy a hacer lo que me gusta” y así lo cumplí. Estudié Administración de Empresas, fui el mejor promedio de mi promoción y tuve enorme éxito en la dirección de la empresa familiar. En 2003, me corrí del día a día y quedé desde el directorio y, en 2016, ya me fui a vivir al exterior y dejé de estar en las empresas de la Argentina.

Noticias: Dice que no es un “escritor profesional”. Hubo un gran revuelo en el mundo literario cuando en 2018 Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), dijo que lo iba a postular al Nobel.

Roemmers: Yo tengo muchos reconocimientos por la poesía, en Argentina los tengo también pero tengo más en el exterior. Soy profesor honorario de varias universidades de Latinoamérica, fui huésped ilustre de la Universidad de Salamanca. En el ámbito de la poesía me siento muy reconocido y “El regreso…” se usa mucho en los colegios argentinos y la Cámara de Diputados y la de Senadores me hicieron ciudadano ilustre. Probablemente un Premio Nobel requiere de una trayectoria de mucha obra y a lo mejor yo no tengo tanta. Pero tal vez Vaccaro consideró la calidad de la poesía y el hecho de que yo sea tal vez el escritor argentino viviente que más libros ha vendido en el exterior, porque creo que nadie tiene un libro traducido a treinta idiomas que haya vendido tres millones de ejemplares.

Noticias: ¿Ese es el número?

Roemmers: Dos millones ochocientos ochenta y tres mil, porque me pidió el dato un editor de EEUU con el que estoy viendo de editar esta novela. Pero para mí lo más importante es que a la persona que lea algo mío le llegue. Ahora estoy escribiendo el guion de la tercera temporada de una serie que estamos filmando para España que se llama “Resplandor y tinieblas”, trabajando en guiones para series en Argentina con la productora de Carlos Mentasti y participé de alguna que otra película. He hecho también un musical (“Franciscus”) y con un amigo hemos compuesto una sinfonía muy exitosa en Alemania y República Checa (“Sinfonía argentina”). Es decir que a lo mejor él (Vaccaro) también valoró a una persona que ha desarrollado muchas actividades culturales distintas y se ha destacado en muchas cosas y géneros diferentes.

Noticias: Fueron fuertes las declaraciones del entonces Secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, refiriéndose a esa posible postulación como “vergüenza ajena”.

Roemmers: Ah, no lo leí, bueno seguramente no me habrá leído él.

Noticias: En una entrevista con el Diario Perfil, Vaccaro dijo: “Roemmers tiene el problema de ser millonario. Cuando está en el ámbito de las empresas dicen que está todo el día con los poemitas. Y cuando está en el mundo de la literatura dicen que publica porque tiene guita”. ¿Usted siente ese tironeo?

Roemmers: Sí, por momentos sí y por momentos no. A mí me gusta mucho leer mis poemas y cuando lo hago entro en comunicación con las personas, la gente se emociona y espera dos o tres horas a que les dedique mi libro. Eso para mí está por encima de cualquier comentario. Ahora hay prejuicio en muchas personas y sin embargo en la historia ha habido excelentes artistas que han sido nobles o príncipes. La literatura es buena o no y no importa si Borges era rico, pobre, de derechas o de izquierdas. Me parece que eso es muy bajo y no le corresponde a un secretario de cultura. De hecho el secretario de Cultura de España, Alberto de Cuenca Prado, presentó libros míos y es un ferviente admirador de mi poesía. En los lugares en los que no hay prejuicios creo que se me valora más. Tengo mucho éxito fuera de Argentina porque no me conocen como empresario, me conocen como escritor.

Noticias: Hablaba antes de Borges. María Kodama dijo que eran robados los manuscritos que ofreció donarle al Estado argentino cuando se reunió con el presidente Fernández.

Roemmers: Sí, estaba equivocada. Yo le dije que si había algo que ella me demostraba que era suyo, se lo daba; si yo lo estoy donando para que lo vea el país, no tengo intención de quedarme con nada. No pudo presentar nada.

Noticias: ¿Estuvo en contacto con ella?

Roemmers: Sí, cenamos junto a Lidia Vinciguerra la noche antes a que me entrevistara con el presidente. Le ofrecí si quería juntar lo que ella tenía con lo que yo tenía y hacer un lugar conjunto o si quería venir conmigo a la reunión o también que, de efectivizarse esta donación, ella pudiera ser la madrina del lugar. Ella dijo que no tenía confianza en la Argentina ni en cómo cuidarían el material, que quería dejar lo que ella tenía en EEUU y en Japón, y que no compartía las ideas políticas del gobierno por lo que no iba a hacer ninguna donación y que era una actitud equivocada la mía.

Noticias: Pero entre eso y la acusación hay una distancia.

Roemmers: Es absurdo porque todo está comprado hace muchísimos años, está todo documentado. Yo no quisiera hablar de esta señora ni de este tema.

Noticias: En su novela los personajes se relacionan entre sí sin saber cosas importantes del otro, ¿qué lugar ocupa el secreto en su vida?

Roemmers: Soy de mente muy abierta entonces preferí siempre ir con la verdad, por eso tengo tantos y buenos amigos. Creo que otro tema de la novela es que uno está donde está por todo lo que hizo antes. Hoy estamos sembrando las semillas de nuestro futuro y cada cosa que hacemos tiene consecuencias, hay que estar lo más consciente posible para que cada acto que hagas te represente integralmente. Eso de que el fin justifica los medios, no; es muy importante que los medios sean impecables y actuar de la forma más amorosa posible. A veces a uno puede darle pudor decir que está en paz, feliz y pleno, en este momento donde muchas personas no están bien o no están felices. Pero yo en mi infancia y en mi adolescencia fui bastante melancólico, un poco triste, solitario. En poemas escritos en esa época transmito esa soledad, esa tristeza entonces si antes tuve la honestidad o el coraje de entregar mi verdad ahora también puedo compartir la felicidad. Porque todo llevó su trabajo y su tiempo, a nadie le regalan la felicidad.

Noticias: ¿Se puede comprar la felicidad teniendo tantos millones?

Roemmers: No, no se puede. Creo que eso hay que ganárselo. La felicidad es un estado espiritual, una vibración, nosotros somos energía y hay que vibrar en eso. También es una actitud, un compromiso de querer lograr ese estado espiritual.

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Valeria García Testa

Valeria García Testa

Periodista.

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