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CULTURA | 29-10-2019 10:57

Hebe Uhart y el enorme desafío de contar lo cotidiano

A un año de su fallecimiento, la figura de la escritora argentina sigue en ascenso con la publicación de su obra reunida y jornadas para volver a pensarla. La importancia de la escucha y su lugar de "maestra".

Dueña de una voz personal y a la vez colectiva, capaz de captar lo sensible en lo cotidiano, Hebe Uhart es una de las escritoras que supo tejer una obra en silencio, llegando al reconocimiento en los últimos años. A un año de su muerte (el jueves 11 de octubre de 2018), la publicación de su obra reunida y la realización de jornadas para pensar su escritura y su rol como formadora de una gran cantidad de autores contemporáneos, confirman su lugar ascendente. En ese sentido, el jueves 31 de octubre y el viernes 1 de noviembre de 14 a 19hs, tendrá lugar "Una cierta felicidad. Experiencia y escritura en Hebe Uhart".

Durante el evento podrá verse una muestra alrededor de su figura, se realizarán lecturas performáticas y la proyección de videos-documentales sobre su vida y obra, la cual se compone principalmente de cuentos, novelas y crónicas. Las jornadas tendrán lugar en dos sedes: el microcine del Multiespacio Cultural de la Universidad de General Sarmiento (José León Suárez 1751, Los Polvorines) y en NYU Buenos Aires (Dr. Tomás Manuel de Anchorena 1314, CABA).

Del oído al papel. Una de las características centrales de la obra de Uhart es la capacidad de captar la potencia poética del habla cotidiana. En la lengua oral, que va mutando de acuerdo a regiones, edades, clases sociales, se esconde gran parte de la representación de un personaje y los relatos de la autora argentina son un vivo ejemplo de cómo encontrar oro en esos detalles que para otros puede pasar desapercibido. Rodolfo Fogwill llegó a catalogarla como la mejor escritora argentina. Uhart, al entersarse, respondió con modestia: "Fogwill es un loco".

A un año de su muerte, la publicación de su obra reunida y la realización de jornadas para pensar su escritura y su rol como formadora de autores contemporáneos, confirman su lugar ascendente.

Eduardo Muslip, autor del prólogo de Cuentos Completos (Adriana Hidalgo, 2019), señala en el texto introductorio: "Hebe era particularmente sensible a la dimensión poética del habla cotidiana, las frases que nos permiten 'escuchar' lo que normalmente ni percibiríamos, en distintos niveles (juegos on la sintaxis, la entonación, el léxico; también las metáforas)". Es ese punto en particular el que coloca a Uhart en un lugar de privilegio en la literatura argentina: ver y oír más allá de lo obvio.

Desde Dios, San Pedro y las almas (1962), su primer libro que fue una edición de autora, hasta El gato tuvo la culpa (2014), publicó más de un centenar de cuentos, en donde los personajes son presentados con empatía, pero sin condescendencia, en donde lo cotidiano despliega una de sus facultades más extraordinarias: la capacidad de causar asombro. "Una escritura que se abre al asombro por los misterios del mundo, de las relaciones, de lo que crece o decae, de lo que muda", afirma la autora y editora Julia Stalzmann en la presentación de Cuentos completos.

Ahora bien, a la hora de pensar a la autora nacida en Moreno, provincia de Buenos Aires, en 1936, es fundamental recordar su consejo que guió a gran parte de la narrativa contemporánea: salirse de uno mismo a la hora de escribir. Correrle el velo de lo sagrado a la figura de escritor y pensarse como "una persona que escribe", no solo ayuda a dejar atrás los lugares comunes y las frases hechas que pueden entorpecer un relato, sino que resulta clave para asumir la voz de los protagonistas de una historia, así como se puede captar con más precisión los detalles de la naturaleza y sus paisajes. 

Consciente lo sencillo que es sacralizar la idea de la escritura, solía sostener que se trata de un terreno anegadizo, en donde se debe tener la convicción de hacerlo bien sin ser demasiado creído. "La literatura es comunicar. El centro de lo que significa escribir es convertir un hecho personal en algo de interés para el otro y al mismo tiempo es una relación con uno mismo, porque al escribir uno sigue un impulso", afirmaba en sus talleres, según supo recuperar Liliana Villanueva en Las clases de Hebe Uhart (Blat & Ríos, 2015).

Es fundamental recordar su consejo que guió a gran parte de la narrativa contemporánea: salirse de uno mismo a la hora de escribir. Correrle el velo de lo sagrado a la figura de escritor y pensarse como "una persona que escribe"

Maestra al cuadrado. “Debo tener más de cien cuadernos con notas que tomé en sus clases, de conferencias que dio, desgrabaciones de entrevistas, consejos que me daba por mail cuando yo me iba de viaje”, afirmó recientemente Liliana Villanueva en una entrevista con Perfil. La autora de Las clases de Hebe Uhart (Blat & Ríos, 2015) pudo transmitir el legado de Uhart en sus ya míticos talleres literarios, por los cuales circularon muchas de las firmas que mueven el amperímetro dentro de la escena local.

Hebe Uhart docente

Sin embargo, antes de ello fue docente de grado, así como de educación media y universitaria de la materia de filosofía. La paciencia y rigurosidad de la atención y la escucha, propia del oficio de pararse frente a un aula, se puede ver en distintos testimonios de lo que luego sería su rol como tallerista. A su vez, el reconocimiento de su obra, sobre todo a partir de "Guiando a la hierba" (1997), le permitió ocupar un lugar de voz autorizada dentro del ambiente literario del cual renegaba. Sus observaciones, según ella misma, no pasaban de intuiciones y lecturas personales, lejos de cualquier pretensión de sentenciar un debate.

Las ambigüedades, contradicciones, los "peros" que abren una historia y la agrietan, eran sus obsesiones tanto a la hora de la ficción como de la crónica, género en el que es considerada una de las referentes. "Hablaba por ella la selección de relatos en los que vibraba lo que más le interesaba de la literatura, y no trataba de ir más allá de lo que reconocía como límites de su sensibilidad estética", señala Muslip en el prólogo de Cuentos Completos. 

Leer sus relatos agrupados en un solo volumen es una pausa necesaria para descansar a la constante homogeneización a la que el sistema productivo actual tiende a conducir. Cada cuento tiene su particularidad, así como sus protagonistas, sus detalles, sus "peros" que, tal como señala Villanueva en Las clases de Hebe Uhart son vitales para la construcción de una historia. Según Uhart escribir es una artesanía extraña y, como toda artesanía, el tiempo es parte necesaria del resultado final. 50 años de producción dan cuenta de ello: como solía señalar en sus talleres, "se va escribiendo de a poco, así como uno va viviendo de a poco lo que a uno le pasa".

Informes para asistir a las jornadas "Una cierta felicidad. Experiencia y escritura en Hebe Uhart": [email protected]

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Gustavo Yuste

Gustavo Yuste

Periodista de Cultura

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