Tuesday 30 de April, 2024

CULTURA | 01-04-2024 07:02

Pablo Maurette: “¿Por qué alguien habría de renunciar a la literatura entretenida?”

Gestor de la iniciativa por la que miles de personas leyeron en las redes “La divina comedia”, acaba de publicar su primer policial. Sus argumentos a favor de la “literatura de género”.

Aunque vive hace más de 20 años en el exterior, Pablo Maurette no pierde su conexión con la Argentina, sobre todo, en lo que a su literatura se refiere. Este especialista en Renacimiento inglés, que se formó en Gran Bretaña y Estados Unidos y hoy alterna su tiempo como docente e investigador entre Florida (en Norteamérica) y Florencia (en Italia) se volvió famoso en el mundo intelectual argentino por una gesta cultural twittera. En 2018 invitó a sus seguidores a leer con él un canto diario de “La divina comedia” con el hashtag “#Dante2018”.

Es autor de ensayos como “El sentido olvidado: ensayos sobre el tacto”, “La carne viva”, “Por qué nos creemos los cuentos: cómo se construye evidencia en la ficción” y “Atlas ilustrado del cuerpo humano”. Escribió también la novela “La migración” y el guión de la película “Quizás hoy”, dirigida por Sergio Corach, que participó en la edición 2016 del Bafici.

Su última aventura literaria se llama “La Niña de Oro” (Anagrama) y es su primer policial. Allí demuestra su dominio perfecto del español coloquial y crea un personaje encantador, la secretaria de la fiscalía Silvia Rey. Con ella a la cabeza planea continuar una saga del género, aunque no duda en confesar: “Si escribo otra novela de Silvia Rey y me aburro y lo dejaría ahí”.

NOTICIAS: ¿Cómo combina su actividad académica con la escritura de ficción?

Pablo Maurette: La actividad académica me permite tener mucho tiempo libre para lo que más me gusta, que es la escritura de ficción. Vivo la mitad del año en Italia y la otra mitad en los Estados Unidos. En Italia también escribo para el diario “La Reppublica”, hago crítica de libros y de muestras de arte. Estoy mucho más arraigado culturalmente en Italia que en Estados Unidos. Además, todos los años paso un mes en la Argentina visitando a mis padres.

NOTICIAS: A partir de lo que cuenta, es curiosa la naturalidad de su español porteño en “La Niña de Oro”.

Maurette: Desde que no vivo acá presto mucha atención. Estoy todo el tiempo, cuando voy por la calle, escuchando cosas. Los escritores somos ladrones, a fin de cuentas. En la novela, justamente, me gustó mucho escribir los diálogos.

NOTICIAS: ¿Por qué el género policial?

Maurette: Desde hace años tenía una idea para una novela policial pero como no era un gran lector del género, me parecía que nunca la iba a hacer. Es un género con tradición, historia, grandes escritores y lectores muy exigentes. Pero en un momento empecé a leer policiales y a hablar con gente que conoce mucho del género. Comencé a ver más factible la idea de escribir un policial. Los libros tienen a veces una gestación de años. Van creciendo. Este libro se viene gestando hace más de 20 años.

NOTICIAS: ¿Cuánto tardó finalmente en escribirla?

Maurette: Un mes y medio. Después la reescribí, la retoqué. Los primeros lectores a mi alrededor, mi mamá, por ejemplo, me dieron ánimo. Me decían que se enganchaban enseguida.

NOTICIAS: En la novela usted demuestra una gran capacidad para pasar del humor a la profundidad. ¿Cómo trabaja esos cambios de clima?

Maurette: Había muchas cosas que me aburrían de los policiales y no quería hacerlas. Por ejemplo, la clásica pista falsa. Me aburría también el clásico detective torturado, con traumas del pasado, alcohólico, reventado. Quería que Silvia Rey fuese una mina común, con un laburo jodido. Desde el principio se me reveló como mujer. Una fiscal real me ayudó a conocer los pasos de una investigación. Me explicó la dinámica de trabajo entre la fiscalía y la policía. Y fue un poco la inspiración para el personaje. Como me molestaba también el policíal rompecabezas, en el que todo lo que ves en el texto es una ficha para resolver el misterio, quise que hubiera momentos y situaciones que no tuviesen ninguna injerencia en la trama, que fuesen simplemente color del personaje, como cuando se juntan a comer bizcochitos y hablan del caso o de otra cosa. También están los desayunos con el papá. Eso me divertía más que la trama en sí misma. Y si escribo otra historia de Silvia Rey, me parece que la trama va a estar incluso más acotada todavía.

NOVELA: ¿Qué opina de esta etapa de la literatura argentina en la que hay muchos escritores “de género”? Mariana Enríquez, Samanta Schweblin, Luciano Lamberti.

Maurette: Me encanta que se exploren los géneros. Creo que el género es una escuela. Hay una tradición y uno la tiene que conocer. Es un poco la idea de lo que fue siempre, históricamente, el arte y la literatura. El artista se entrena en una cierta tradición, la conoce, la maneja bien y allí empieza a hacer lo suyo. Romper todo fue muy del siglo XX, de la vanguardia. Para romper todo tenés que conocerlo primero, si no no funciona. Para desarmar el mecanismo de un género tenés que conocerlo. El género, sin embargo, tiene menos prestigio. El escritor “de género” es un poco menor. Como si escribir dentro de un género fuera aburrido, simplista.

NOTICIAS: ¿Qué tipo de literatura le interesa hacer? ¿Quiere llegar a mucha gente?

Maurette: Me encanta pensar que mis libros pueden llegar a mucha gente. Lo que no podría es escribir algo que no tengo ganas de escribir. Leyendo policiales me pasó que, después de tantos años trabajando con libros académicos, a veces sentía que estaba perdiendo la capacidad de compenetración. Sobre este tema escribí en un libro anterior (“Por qué nos creemos los cuentos: cómo se construye evidencia en la ficción”, Capital Intelectual). Eso que te pasa en la infancia cuando descubrís la lectura y te metés por completo en una historia. Los personajes te parecen reales. La primera vez que pasé por Nueva Jersey pensaba en “Los Soprano”. No podía creer que no estuvieran ahí. Leyendo policiales recupere esa compenetración, logré meterme en una novela por completo. Esto es lo mejor que tiene la literatura. ¿Por qué alguien habría de renunciar a esa literatura entretenida, “pasatista” (otro término de denigratorio)? Está bueno esforzarse, forzar el intelecto, entrenarse, pero también está buenísimo perderse en un libro. El policial me devolvió ese amor por la lectura, casi de la infancia.

 

 

 

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Adriana Lorusso

Adriana Lorusso

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

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