Tras celebrar una glamorosa gala de recaudación de fondos y de llevar a cabo la segunda edición del Festival Internacional de Cine ARCA, el MACA, Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry, de Manantiales (Uruguay) inauguró la temporada de artes visuales. Exhiben tres convocantes muestras de los reconocidos Julio Le Parc, Guillermo Kuitca y Emil Lukas que, seguramente, atraerán al público diverso y multinacional que se congrega en las playas de Punta del Este.
Diseñado por el arquitecto uruguayo Carlos Ott en forma de nave, el MACA se integra al bello paisaje ondulado de 40 hectáreas, con un Parque de Esculturas con más de 70 piezas y con los edificios preexistentes de Fundación Pablo Atchugarry, creada en 2007 por el artista del mismo nombre.
Julio Le Parc
Homenaje al gran maestro nacido en Mendoza en 1928, figura central del arte cinético y contemporáneo radicado en París desde 1958. “Julio Le Parc. Quintaesencia” es una antológica que presenta formas y vibraciones en un nutrido recorrido por su generosa obra; desde primeros trabajos de 1958 hasta los más recientes. A 56 años de su única muestra realizada en Uruguay en 1967, la exhibición de este investigador del movimiento y de la luz reúne 80 piezas -tempranos gouaches, acrílicos sobre tela, obras lumínicas, grandes instalaciones móviles- desplegadas en Sala II con curaduría de Atelier Le Parc (París), dirección artística de Yamil Le Parc y la colaboración en el catálogo del destacado crítico uruguayo Ángel Kalenberg. En sus obras “(…) subyace el inclaudicable aliento utópico que define a Le Parc y su ambición por construir un mundo nuevo y más ético que combine las teorías experimentales de la percepción visual, sonora, táctil y el compromiso irrenunciable de una producción artística al servicio de la sociedad”, señala Kalenberg.
Ese “aliento utópico” lo impulsó tempranamente a no conformarse con representar el movimiento en sus pinturas, sino a presentarlo directamente. Así, el arte cinético de los años 60 nace de la curiosidad estética y científica y se caracteriza principalmente por poseer partes que se mueven a través de mecanismos motores o manuales, por efectos ópticos y lumínicos, y por las investigaciones para lograr el movimiento, que el viento impulsa en las esculturas al aire libre. Le Parc crea obras con desplazamientos y rotaciones, conceptos físicos y matemáticos, nuevos materiales y efectos, que poseen apariencia de inestabilidad pero también de perfección.
Guillermo Kuitca
La muestra “Desenlace” en Sala IV descubrirá para muchos al también consagrado Guillermo Kuitca (Buenos Aires, 1961). Su obra nunca fue exhibida en Uruguay y la gran retrospectiva en Malba fue hace ya 20 años. Organizada por MACA, la exposición ofrece pinturas, dibujos, instalaciones, obra sobre papel, que poseen cruces con la arquitectura, cartografía, cine, literatura, danza, música, teatro. Es una selección de piezas de sus series “Nadie olvida nada”, “El mar dulce”, “Siete últimas canciones”, “El idiota de la familia” y de pinturas y obras sobre papel nunca vistas, realizadas durante la pandemia.
“Desenlace (…) se ocupa de la persistente exploración pictórica de Guillermo Kuitca sobre el espacio, tanto el arquitectónico como el doméstico. Su trabajo se nutre de la arquitectura en términos espaciales y diagramáticos. Si bien es evidente que casi ninguna disciplina escapa al interés del artista (…) es el tratamiento del espacio, con sus transformaciones a veces radicales, lo que produce los virajes profundos que articulan su trabajo”, señala la curadora Sonia Becce.
La trayectoria de Kuitca es notable; comenzó a exhibir a los 13 años en Galería Lirolay, Buenos Aires y desde entonces realizó más de 80 muestras en todo el mundo, tanto en Bienal de Venecia como en Documenta de Kassel, Bienal de San Pablo, Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York, The Tate Gallery de Londres, entre otros. Vive y trabaja en Buenos Aires, donde hace años estableció un Programa de becas -Beca Kuitca- que aportó nuevos aires a generaciones de artistas y a la escena del arte de la Argentina. Es autor, junto a Julieta Ascar y por concurso, del nuevo telón del Teatro Colón.
Emil Lukas
“Entre dos líneas tenues”, en Pabellón I, es la exhibición del artista norteamericano también de extensa trayectoria internacional. Nacido en Pittsburgh (Pensilvania) en 1964, Lukas confía en que los espectadores sabrán apreciar en diversas series las distintas aproximaciones a su pintura: “una muy controlada y otra casi totalmente determinada por la casualidad”. En este sentido, Lukas considera que “materiales y naturaleza son sus colaboradores en un proceso de experimentación pictórica”.
“El trabajo de Emil Lukas presenta preocupaciones universales. Sus obras posibilitan una mirada sensible del mundo a partir del acumulado de experiencias. La potencia interna de su arte deslumbra con belleza no como un fin en sí mismo, sino como un medio para acercarnos a mirar cuestiones que nos trascienden. Sin discursos grandilocuentes, su sensibilidad y honestidad nos colocan en un lugar esencialmente humano y universal: entre el cielo y la tierra”, escribe el curador uruguayo Martin Craciun.
Las exhibiciones (pueden verse hasta el 20 de marzo) son acompañadas por un programa de actividades, talleres, charlas y visitas guiadas.
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