El 17 de octubre de 1945 se llevó a cabo una gran movilización para exigir la liberación del Coronel Juan Domingo Perón, detenido en la Isla Martin Garcia por parte de la Junta Militar gobernante. Cientos de trabajadores, provenientes mayormente del conurbano bonaerense, ocuparon la Plaza de Mayo esa tarde demandando la presencia del militar. El ex secretario de Trabajo y Previsión había promovido varios derechos significativos para la clase trabajadora y la fortalecida corporación sindical, por lo que gozaba del apoyo del movimiento obrero.
A partir de ese momento, la liturgia peronista se masificaría en toda la región del país en virtud de un futuro encuentro electoral. La creación de las unidades básicas, la denominación peronista de los comités partidarios, llevaría la propuesta para que Perón consiga su primera presidencia en 1946. Ya estando en el poder, la propaganda, en conjunto con las políticas sociales, se instalaría en el imaginario popular argentino. El hito musical simbólico nacería en 1948, con la creación de la marcha peronista.
“Los muchachos peronistas/Todos unidos triunfaremos/Y como siempre daremos/Un grito de corazón:¡VIVA PERON! ¡VIVA PERON!/ Por ese gran argentino/Que se supo conquistar/A la gran masa del pueblo/Combatiendo al capital/Perón, Perón, qué grande sos,/Mi General, cuánto valés/Perón, Perón, gran conductor/Sos el primer trabajador”, son las primeras estrofas de la canción insignia del movimiento justicialista.
Distintos géneros como el jazz , la cumbia o el rock, sea en modalidad instrumental o incluso sinfónico, transitaron con innumerables versiones la marcha peronista. Si bien la grabación del cantante y cineasta Hugo del Carril, lanzado en 1949, es la más popular, no fue el actor de “Más allá del olvido” y “Las aguas bajan turbias” el autor de la canción. Muchos mitos rodean a la creación del himno dedicado al movimiento popular fundado por Juan Domingo Perón.
Según el periodista Hugo Gambini, la emblemática marcha esta inspirado en la composición de una murga carnavalesca de la zona barrial de La Boca de la década del 20. Sin embargo, el Club Barracas Juniors disponía de un himno tribunero para los encuentros futboleros con versos similares compuesto por el bandeonista Juan Streiff: “Los muchachos de Barracas/todos juntos cantaremos/y al mismo tiempo daremos/un hurra de corazón./Por esos bravos muchachos/que lucharon con fervor/por defender los colores/de esta gran institución”.
El pianista Norberto Ramos, integrante de la orquesta de Florindo Sassone y del Trío Yumba, alegó haber grabado la marcha "Los gráficos peronistas", cuya melodía coincide, nota por nota, con el tema musical justicialista. "En 1948 mi padre trabajaba como gráfico en la editorial Atlántida. Yo tenía 15 años, y un día se apareció con unos compañeros suyos: Rafael Lauría, Enrique Odera y Guillermo de Prisco. Querían hacer una marcha para los obreros gráficos peronistas y necesitaban de mí para ponerle música. Me cantaron el “Perón, Perón, qué grande sos”, una melodía que, me dijeron, era usada por una comparsa”, recordó el músico en un reportaje para la desaparecida revista cultural “La Maga”.
Otro mito se encuentra en la referencia al "primer trabajador" que contiene la letra. Se afirma que corresponde con una frase del secretario general la Unión Ferroviaria, José Domenech, que en una asamblea sindical realizada en Rosario presentó al entonces coronel Juan D. Perón diciendo "Perón es el primer trabajador argentino".
Sean leyendas o mitos, la liturgia simbólica y musical del Movimiento Nacional Justicialista no tiene un autor individual visible, sino un conjunto colectivo y circunstancial que el mismo contexto se encargó en conformar. Una paradoja similar ocurre en la ideología peronista a lo largo de las décadas. Tal vez lo explique mejor el mismo Perón: “Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres”.
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