****Las grandes compañías de ballet del mundo aprovechan estos tiempos de cuarentena para sacar del baúl sus producciones y ofrecerlas gratis on line. El Ballet de Hamburgo es una de las más activas: todas las semanas hay dos obras en pantalla disponibles por 48 horas, entre las cuales podemos encontrar las mejores creaciones de quien es su director desde hace 47 años: John Neumeier.
Inagotable hacedor de obras de largo aliento totalmente originales (uno de los pocos que quedan), como “La dama de las camelias”, “Muerte en Venecia” o “La sirenita”, Neumeier aborda en “Illusions…” la locura de un monarca y sus recuerdos. A partir de sus alucinaciones, el Rey reconstruye su pasado, en el cual fue definitoria una función de “El lago de los cisnes”. La constante aparición de un ser siniestro, la Sombra, que el Rey asimilará al mago Von Rothbart del canónico ballet, termina de delinear su delirio y será quien lo envuelva definitivamente en una irrealidad de la que ya no podrá salir.
Muy lejos de quienes reivindican dudosas versiones de los clásicos, Neumeier crea una historia paralela, con personajes propios, inspirada en la figura del rey Ludwig II de Baviera. Sólo en dos momentos recurre a la coreografía original de Marius Petipa y Lev Ivanov, y están plenamente justificados. Los milimetrados cambios de decorados ayudan a entrar y salir del mundo onírico del Rey, y a entender las distorsiones de su mente, en una obra plasmada en el más decantado neoclasicismo.
El elenco es estupendo desde lo dramático y lo técnico. El checo Jiri Bubenicek suma al physique du role del torturado Rey su buena performance actoral, al igual que Elizabeth Loscavio, como su prometida. Como Odette, Anna Polikarpova luce su espléndido port de bras. Los –por entonces– jóvenes Silvia Azzoni y Alexandre Riabko conforman un dúo de chispeante perfección. Un magnífico Carsten Jung como la Sombra completa el grupo de primeros bailarines, donde Lloyd Riggins aporta lo suyo desde un papel más secundario. Todos, ataviados con los deslumbrantes diseños de Jürgen Rose, partícipe habitual de las creaciones de Neumeier.
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