En el Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán, repiten que el 8 de mayo se termina el canje y no habrá prórroga. Tampoco pueden decir otra cosa porque alentaría especulaciones de que la oferta de pago mejoraría y eso desalentaría a aceptar la actual por parte de los bonistas resignados.
Pero esa ilusión de los acreedores existe. Desde el 27 de abril, el equipo económico ha reanudado las videollamadas con los fondos de inversión. “La recepción de la oferta empieza a ser positiva, ahora entienden la estructura de la propuesta y la necesidad de la Argentina de tornar sostenible su deuda”, aseguran fuentes oficiales después de que tres grupos de bonistas rechazaran la propuesta entre el 19 y el 20 de abril.
“Obviamente marcan cosas que no les gustan”, aclaran los informantes. En el ministerio niegan que vayan a cambiar la sustancia en sí de la propuesta, pero admiten que pueden modificar cuestiones de diseño, como qué bonos actuales se pueden canjear por cuáles de los nuevos.
“A nosotros nos hubiera gustado escuchar esto antes, que ellos aceptaran antes discutir sobre la base de nuestro análisis de sostenibilidad”, continúan en el Gobierno. “El diálogo anterior a la oferta no fue fructífero porque ellos no entendían nuestro marco consistente en lo que podemos comprometernos a pagar”, agregan. Los acreedores llegan a decir que sus previsiones de crecimiento son conservadoras y por eso ofrecen poco, pero los de Guzmán responden que se basan en la trayectoria histórica de la Argentina.
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