No es que la renegociación de la deuda de ley extranjera no influyera en la tensión cambiaria, pero, al igual que muchos otros problemas de la economía y la vida, más de una causa explica el conflicto. Por eso ahora que se acordó con los fondos de inversión internacionales sigue creciendo el apetito por el dólar, ya sean los US$ 200 que pueden comprarse por la vía oficial o los ilimitados pero más caros que se consiguen en la bolsa, con el contado con liqui o en las cuevas.
Después de cinco décadas de adicción argentina el dólar, pocos revista autoridad para aconsejar cómo calmarla. Quien domó el tipo de cambio en sus seis años al frente del Banco Central, Martín Redrado, plantea cuatro ideas por WhatsApp: “1. Utilizar bonos en dólares del Banco Central y la Anses para bajar la brecha cambiaria. 2. Crear nuevos instrumentos en pesos con índices y plazos distintos. 3. Acordar con empresas exportadoras de cereales adelantar las prefinanciación de la cosecha 2021. 4. Convertir de yuanes a dólares US$ 9.000 millones del swap con el Banco Central de China”.
Sin embargo, no todos coinciden con Redrado. El economista jefe de uno de los principales bancos privados que operan en el país considera que el acuerdo por la deuda era lo que esperaban muchos inversores para vender los bonos argentinos, razón por la cual están ahora depreciándose. También señala que parte de la suba del dólar Bolsa y del contado con liqui obedece a que el mercado demanda bonos de ley argentina en dólares para cambiarlos en el canje local por otros más atractivos en pesos ajustados por CER (índice similar a la inflación). Una vez que termine el trueque doméstico el 1 de septiembre, aflojaría esta demanda.
“Pero hay creciente preocupación por la pérdida de reservas líquidas –advierten en el banco–. Las brutas casi no se mueven por la revalorización del oro y el aumento de los depósitos bancarios en dólares. Si combinás eso con una política monetaria muy expansiva, la expectativa de devaluación se amplía. Uno puede buscar diferentes atajos de corto plazo que no atacan la cuestión de fondo: bajar la brecha con el contado con liqui vendiendo bonos en poder público, activar el swap chino o negociar el adelanto de la liquidación de exportaciones, pero hay mucha incertidumbre sobre el proyecto macroeconómico para 2021 y 2022. Deben mostrar cómo bajarán el déficit y cómo dejarán de financiarse tanto con el Central. Quizás lo hagan a mediados de septiembre cuando presenten el presupuesto 2021, que estará dentro de la discusión quizá larga y difícil con el FMI”.
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