Por ahora el ministro de Economía, Martín Guzmán, fortalecido tras el pacto con los acreedores, ha echado por tierra la propuesta del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, de eliminar el cupo del dólar ahorro para cuidar las reservas aún a costa de estirar la brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelos y, por consiguiente, elevar la expectativa devaluatoria. En el Palacio de Hacienda sostienen: “Habría que preguntarse más qué se va a hacer con los pesos que qué se va a hacer con los dólares. El bien escaso es el dólar, no el peso. Lo primero se arregla logrando exportar más. Lo segundo, dando opciones de inversión que sean redituables. Y en eso estamos”.
Las ventas al exterior no se recuperarán de un día para el otro en la pandemia mundial, pero el oficialismo, incluso la vicepresidenta Cristina Kirchner, avanzan con el plan de incentivos propuesto por el Consejo Agroindustrial Argentino, que agrupa a decenas de cámaras de un sector históricamente enfrentado al kirchnerismo. Si se confirma la recuperación de Brasil, la industria local también podría exportarle más.
También se espera la aprobación de la ley de economía del conocimiento, otro sector generador de divisas. A su vez, las autoridades pretenden ofrecer tasas atractivas para la deuda en pesos del Tesoro y del Banco Central, con su consiguiente impacto en las de los plazos fijos.
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