Thursday 25 de April, 2024

EMPRESAS Y PROTAGONISTAS | 07-12-2022 12:07

Accelium le abre el juego a las mentes flexibles

La mente flexible genera bienestar, mejores relaciones interpersonales y nos acerca a una vida más tranquila y feliz.

Existen tres tipos de mentes, las mentes rígidas que han solidificado el conocimiento, ya no aprenden más de lo que saben, no se permiten dudar, no se hacen autocríticas y sus fundamentos son indiscutibles. Luego existen las mentes flexibles que se permiten dudar, actualizarse, reinventarse, avanzar, modificarse y crecer. Asimilan las contradicciones e intentan resolverlas y abrazan la existencia de manera equilibrada. Por último ubicamos las mentes líquidas, no se interesan por nada, se acomodan a la demanda sin fijar posición, son lejanas al compromiso y no tienen puntos de referencia claro.

Obviamente las mentes rígidas acarrean una gran cantidad de desventajas, en sus relaciones interpersonales, su crecimiento personal y profesional. Transitan altos niveles de estrés y depresión, porque tienen una baja tolerancia a la frustración. Sufren angustia por no tener el control de las cosas y tienen déficit en la resolución de problemas. Además tiene malas relaciones interpersonales, generándoles inconvenientes laborales y afectivos, dificultando su crecimiento personal y profesional.

En cambio las mentes flexibles son propicias al crecimiento y la evolución. Son inconformistas por naturaleza, no són superficiales y simplistas en su análisis y apreciación. Su manera de pensar es profunda y compleja, sin ser complicada. Rechazan toda forma de prejuicio, discriminación y autoritarismo, apoyando la democracia cómo forma de vida.

Las personas con pensamiento flexible no se creen dueños de la verdad, analizan siempre poder estar equivocados, tienen claro que no pueden tener todo bajo control, y sienten el cambio justificado y la duda cómo algo saludable. Transitan los errores cómo parte del aprendizaje y son capaces de adaptarse a las nuevas situaciones rápidamente. Tiene claro que abandonar una idea no es síntoma de debilidad, enfrentan los hechos más allá de su postura, y viven la autocrítica cómo el motor de crecimiento.

El tener un pensamiento flexible permite que las cosas fluyen sin tantos requisitos; la solución de problemas y las decisiones se dan con facilidad porque uno está abierto al cambio. Los niveles de estrés y depresión bajan porque la mente flexible sabe perder y no se aferra a los imposibles, la mente flexible funciona con los pies en la tierra. Se consigue vivir en paz con uno mismo, es decir, no sentirse violentados al tener que imponer al mundo una estructura determinada de pensamiento.

 

Claudio Guz – Director de Accelium Latam

por CEDOC

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