Sunday 13 de October, 2024

EMPRESAS | 10-09-2024 01:34

Fallas en los controles alimentarios

Los altos niveles de intoxicación alimentaria en Argentina evidencian la urgencia de mejorar los controles y regulaciones en el sector.

 

En Argentina, los casos de intoxicación alimentaria han ido en aumento debido a la falta de controles eficientes y la comercialización de productos en mal estado. Según el Ministerio de Salud, durante 2022, más de 2.500 personas fueron atendidas por cuadros graves de intoxicación alimentaria en hospitales públicos, muchos de los cuales se atribuyeron al consumo de alimentos en mal estado adquiridos en supermercados y grandes cadenas alimenticias.

Casos de intoxicación alimentaria. En 2024, uno de los casos más destacados en Argentina tuvo lugar a comienzos de año, cuando más de 50 personas resultaron intoxicadas tras consumir productos en mal estado adquiridos en una reconocida cadena de supermercados. Las investigaciones posteriores revelaron que el origen del problema estaba en fallas en la cadena de frío, lo que permitió la proliferación de bacterias nocivas en alimentos perecederos como lácteos y carnes. Este incidente generó un fuerte debate sobre la falta de rigurosidad en los controles sanitarios de la industria alimentaria y evidenció las carencias en la infraestructura de refrigeración de algunos comercios. A raíz de esto, las autoridades incrementaron las inspecciones, aunque quedó de manifiesto la necesidad de un sistema de gestión más robusto y profesionalizado para evitar la recurrencia de estos problemas en el futuro.

Uno de los casos más impactantes se registró en el Gran Buenos Aires en 2020, cuando más de 150 personas fueron hospitalizadas tras consumir carne contaminada vendida en una cadena de supermercados. Las pruebas determinaron que la carne estaba infectada con Escherichia coli, una bacteria que puede causar desde diarreas leves hasta insuficiencia renal en los casos más graves. Este episodio dejó en evidencia la falta de control sobre la calidad de los alimentos en los puntos de venta.

Otro ejemplo significativo es el caso de una cadena de comida rápida en la ciudad de Buenos Aires, donde en 2019 varios clientes reportaron síntomas de intoxicación tras consumir hamburguesas mal cocinadas. Los análisis posteriores revelaron la presencia de Salmonella en la carne, una bacteria que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa alrededor de 100.000 infecciones graves en América Latina cada año.

Poco control en la industria alimentaria. Uno de los principales problemas es la falta de inspectores capacitados en la Administración General de la Nación (AGN), el ente encargado de auditar la calidad de los alimentos en el país. No solo hay una escasez de inspectores para controlar a las empresas alimenticias, sino que, en muchos casos, estos no están lo suficientemente profesionalizados, lo que agrava la situación. La falta de personal capacitado limita la capacidad del organismo para fiscalizar adecuadamente los procesos y garantizar la calidad de los alimentos que llegan al consumidor.

Según un informe de la AGN de 2021, solo el 30% de los establecimientos alimenticios son auditados anualmente. Esto significa que una vasta mayoría, el 70%, no recibe controles periódicos, lo que incrementa el riesgo de incumplimientos de las normativas y estándares de seguridad alimentaria. Además, muchos empresarios optan por contratar licenciados en Tecnología de los Alimentos, quienes son responsables de fiscalizar todo el proceso de producción y garantizar que los alimentos sean seguros para el consumo.

La comercialización de productos vencidos es otro problema recurrente. Un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires reveló que, en 2021, el 18% de los productos envasados vendidos en supermercados y tiendas de conveniencia tenían las fechas de vencimiento caducadas, exponiendo a los consumidores a riesgos graves de salud.

La norma ISO 22000. La implementación de la norma ISO 22000 podría ser clave para garantizar la seguridad alimentaria en Argentina. Esta norma establece los requisitos que deben cumplir las empresas para gestionar la seguridad en todas las etapas de la cadena de suministro alimentaria.

Las empresas que adopten la ISO 22000 aseguran un control riguroso de la manipulación, almacenamiento y distribución de los alimentos, disminuyendo significativamente los riesgos de intoxicación. Además, fomenta la capacitación constante de los empleados y la mejora continua en los procesos de producción, asegurando que los alimentos que llegan al consumidor final sean seguros y de alta calidad.

En resumen, los altos niveles de intoxicación alimentaria en Argentina evidencian la necesidad urgente de mejorar los controles y regulaciones en el sector alimenticio. Implementar un sistema de gestión de seguridad alimentaria como la norma ISO 22000 no solo reduciría los casos de intoxicación, sino que también restauraría la confianza del público en la calidad de los productos que consumen.

*Fernando Arrieta es director regional de G-Certi Global Certification.

por Fernando Arrieta

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