Un sondeo realizado en una muestra de 40 empresas de distinta actividad, tamaño y origen muestra que aún no se han establecido políticas definitivas de remuneraciones al personal.
El impacto de las medidas macroeconómicas del nuevo gobierno aún en desarrollo, por lo que no es posible asegurar que el mercado está estable o como para incluir definiciones firmes de mediano o largo plazo para ser comunicada a los colaboradores.
Varios rubros están desarrollando un ritmo de producción en torno al 50/70% de su capacidad. Ello implica que están reduciendo planteles, suspendiendo, otorgando vacaciones pendientes y anticipadas, reduciendo turnos, cargas horarias, líneas de producción, entre otros. Para dimensionar lo que estiman, será la nueva realidad para por lo menos los próximos 6 u 8 meses. Esta situación no es demasiado grave pero sí importante: sindicatos, empresas y el personal saben que lo que ocurre es lógico y necesario. Algo así como un proceso de refundación del país que comienza por la macroeconomía, base de todos los otros ordenamientos.
Se considera que recién entre enero y marzo de 2025 podrá normalizarse el nivel de ventas y entonces si definir salarios, dotación, rentabilidad y normalización de stock. Y, consecuentemente, comprometer políticas estables para las compensaciones de los colaboradores.
Hoy cada empresa desarrolla acciones comerciales y se defiende con promociones varias: bajas de precio real, cambio de envases, cuotas, extensiones de garantía. En consumo masivo, las “B” brands, que habían tomado alguna ventaja en el mercado sobre las marcas lideres en el primer semestre del año, ahora están jaqueadas por dos lados del mercado: los lideres bajaron precios y las “C” brands también. Además, brotaron 4tas marcas en varios segmentos de productos. La distorsión de precios continuó y se encuentran diferencias significativas en productos de la misma categoría como jugos, bebidas, detergentes, construcción, metales, ferretería, electricidad.
La baja real de la inflación es útil al consumidor, pero este aun no recuperó su poder adquisitivo. Las paritarias están atrasadas por lo que no es del todo posible asegurar un aumento o ajuste salarial para empresas de actividades que están al 50% de su capacidad operativa y vendiendo a precios más bajo que meses atrás. De todas formas, esto se ira regularizando y ya se están cerrando convenios como comercio, bancarios, metalúrgicos, construcción, aunque en algunos de ellos faltan cerrar algunas ramas.
En el interín, cada empresa hará lo que pueda. Esto quiere decir que operarán por goteo esperando hasta el último momento posible para dar sus ajustes. Una posibilidad es que otorguen el ajuste recién cuando el IPC llegue a 20% que, según se estima, sería cada 4 meses con distintos mecanismos como importes no remunerativos, beneficios de viáticos, almuerzo (¿volverán los TC?), planes de salud, flexibilidad horaria, más home office donde resulte posible. Todos estos puntos deberán ser consensuados con la dirección local o casas matrices según corresponda, ya que el mercado competitivo y recesivo no permite trasladar los mayores costos a precios.
Las personas que integran las organizaciones en todos los niveles son las primeras que conocen lo que pasa en cada empresa / actividad lo palpan en el día a día de sus procesos por lo que no se esperan cuestiones serias vinculadas a la conflictividad.
De todas formas, Argentina siempre sorprende y no descartamos que un poco de realidad y otro poco de optimismo logren acelerar este proceso de tendencia positiva hacia la mayor actividad.
*Carlos Contino es socio gerente de CONA RH
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por Carlos Contino
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