Había una vez una joven que planificaba sus días, sus semanas, que proyectaba a largo plazo y a la hora de tomar decisiones siempre tenía un plan A, un plan B y un plan C.
¡Esa joven era yo! Así de estructurada fui hasta que la discapacidad llegó a mi vida y rompió mis estructuras.
De este modo comencé mi charla TEDx en el mes de octubre. Hablando sobre el lado de B de la maternidad atravesada por la discapacidad, tratando de llevar un mensaje a quienes no viven esta realidad, y acompañando a quienes sí.
En el camino me encontré con diversas reflexiones de quienes me escucharon, entre ellas, que no tenemos el control de nada, o que tenemos el control de poco, y está en nosotros adaptarnos a las múltiples situaciones que la vida nos presenta.
En general, las personas solemos hacer planes y vivimos con la falsa certeza de que todo ocurrirá tal cual lo planeamos, pero la vida está llena de incertidumbre, y la única certeza es que todos nos vamos a morir. Sí, así de fuerte.
La sola idea de pensar en la muerte a todos nos abruma, nos genera miedo, ansiedad, pero… ¿qué pasa si en lugar de sucedernos lo más extremo, nos sucede un acontecimiento que nos rompe las estructuras, nos cambia los planes, y nos obliga a rediseñar nuestra vida, a vivir de un modo diferente al imaginado?
¿Estamos preparados? ¿Tenemos un plan para ello?
De eso nos ocupamos quienes nos dedicamos a la planificación financiera. A asesorar y brindar herramientas a las personas, que les permitan tener un plan de contingencia ante imprevistos. ¿Cómo? Pensando en qué hacer ante determinados sucesos, protegiendo no solo a quienes amamos, sino también a nosotros mismos. Porque de esto se trata PREVENIR.
Para eso necesitamos tener conversaciones incómodas, que nos saquen de la zona de confort, que nos inviten a imaginarnos distintos escenarios, los queridos y los no queridos y, en función de ello, diseñar alternativas que se ajusten a nuestras necesidades y posibilidades.
Quienes fuimos atravesados por la discapacidad de un ser amado, sabemos que la vida está llena de incertidumbre, y aprendemos a vivir el día a día, debiendo disfrutar el HOY, aunque el mañana siempre nos traiga ansiedad.
En mi caso, para evitar dejarme llevar por la ansiedad, me propuse conectar con el presente, teniendo en claro que para aquellas cosas que me preocupaban, existían soluciones, herramientas, apoyos. No existen certezas de lo que vaya a suceder, pero para los diversos escenarios, hay alternativas.
Siendo que la muerte es la única certeza, hay una pregunta que retumba en la cabeza de todo aquel que tiene a alguien a su cargo, ¿qué pasará cuando yo no esté?
Para esa pregunta, quienes nos dedicamos a la planificación familiar, tenemos respuestas, tenemos herramientas adecuadas para cada situación.
El objetivo es poder calmar una preocupación de muchos, llevar tranquilidad, brindar soluciones, para que ese futuro incierto deje de atormentar y se pueda disfrutar del presente.
Durante mucho tiempo, el Asesor en planificación familiar financiera (o vendedor de seguros, como se lo ha llamado) ha tenido mala fama, dado que no existe aún educación financiera en nuestro país. Hoy es un tema del que se habla un poco más; muchos han entrado en este mundo buscando alternativas, propuestas; otros, aún se mantienen reticentes.
Lo maravilloso de esta actividad es que ante un acontecimiento no querido, cuando alguien ha podido tomar las precauciones necesarias, en medio de situaciones dolorosas, lo económico deja de ser el problema. Y es posible ocuparse de lo emocional, de construir la vida, sabiendo que alguien antes se ocupó de lo material.
Dejar de lado las estructuras, pero tener Plan A y B para los diversos escenarios que pueden presentarse, ser previsor, pero al mismo tiempo flexible para adaptarnos a las vicisitudes de la vida, sabiendo que no tenemos el control de todo, es la clave para surfear las olas de este viaje llamado vida.
Cintia Mándola
@mandolacin
MAS CONSULTORA - BE MACHT
LINK DE CHARLA TEDX:
https://youtu.be/51SDUvUxzx8?si=iuOieR6sJGx4b7EH
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