“Tiene que quedar todo perfecto, es mi responsabilidad”, esas son las palabras que escucho en mi cabeza todos los días. La estructura, la rigidez, la obligación de cumplir con los plazos establecidos, son moneda corriente en la profesión. Una parte de mi personalidad se ajusta cómodamente a ese sistema. Pero ¿qué pasa cuándo es mi propia voz la que me exige la perfección constante? Los efectos de la auto exigencia, de esa vara altísima que me pongo yo misma, se empiezan a trasladar a mi cuerpo; se aceleran las pulsaciones, me falta el aire, comienzo a ver solo oscuridad, y a encerrarme en mi propio “callejón sin salida”.

Trabajo con números, que es algo que me encanta, con normas, con leyes. Defendiendo y cuidando como si fueran propios los intereses de otros. Quiero mantener inconscientemente y a veces de manera consciente la imágen de la “Contadora perfecta”, la que sabe todo, la que resuelve, la que no se equivoca, la que responde rápido, la que tiene todo bajo control, la que cumple con todo y más. Quiero ser fiel a un ideal, que aparentemente es inofensivo, pero que se convierte en un arma de doble filo; en algún momento me quedo encerrada, sin aire, a oscuras, y no me permito decir “no puedo con todo, no sé todo”.
Y es en ese momento en que comienza el desgaste, el agotamiento, el cuestionarme si “estoy haciendo las cosas bien”, si realmente ese es el camino. Y no es por el trabajo en sí si no por ese ideal altísimo que me impongo y que quizás nadie me pidió cumplir. Mi cuerpo y mis emociones responden mis preguntas, sin enunciar palabras y contradiciendo a las que escucho en mi cabeza. No estoy sintiendo paz, ¡Qué señal más clara que esa!.
Quizás te esté pasando lo mismo, y no necesariamente sos Contador/a, te sugiero que si no podés salir solo/a de este remolino de pensamientos y exigencia busques ayuda. A través de terapia, meditación, yoga, bailar, lo que te resuene. Lo más importante es recuperar tu paz interior, todo se acomoda si volvés a encontrarla. Buscar ayuda también es amarte.
Y estas palabras puede ser que suenen claras, aunque no te lo estoy contando desde un lugar resuelto. Yo también estoy en el camino de bajar la exigencia, de permitirme ser responsable sin ser rígida, de poner límites sin culpa, de decir esto no lo sé. Y de escuchar la voz compasiva dentro mío que me impulsa a comprender que ser profesional no solo se trata de cumplir tareas, si no también de cuidarme y tratarme con amor.
Amarte en todas las áreas de tu vida, es el único camino para ser auténtica y pararte ante la vida con tu verdadera versión.
Celular: +54 9 11 4439 2227
Instagram: @lauragomezcontadora
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Fotos: Ariel Gómez
por CONTENTNOTICIAS















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