"Liderazgo Consciente, verano: Año nuevo, vacaciones y Fórmulas Mágicas del Marketing"

Entre mediados de enero y el mes de febrero se produce una catarata de pensamientos y emociones en quienes se plantearon iniciar un año de cambios personales y laborales. Se ha estudiado en ambos hemisferios del globo terrestre un fenómeno con un factor común: el bajón post Año Nuevo. Esto puede atrasarse si las vacaciones propias o del equipo se prolongan hasta febrero.

Durante la tranquilidad del período vacacional del equipo, muchos líderes conscientes aprovechan para vincularse con quienes quedan trabajando, se toman tiempo para contemplar a sus colaboradores, valorar algo de quien está vacacionando, preguntarse por su ser conductor de ese equipo. Cuando llega el tiempo de las vacaciones propias, desenchufarse debería ser la tarea a cumplir, a algunos les cuesta delegar y soltar. En muchos que nos escriben, aparece la necesidad de mejorar, cambiar, aprender. Otros descubren que todo va a seguir igual si no hay una transformación.

Al volver a trabajar, sino pasó antes, irrumpe, como un fantasma, la creencia limitante “va a ser siempre igual, y ahí se dá la depre post fiesta. Una mezcla de frustración, resignación y aceptar que el “destino”. Pero cómo estás más sensible a percibir esa información, descubrís anuncios, notas sobre recetas mágicas que te llevarán a “ser el mejor líder”: poniendo en prácticas ciertas receta

Las tendencias del liderazgo pueden ir desde la visión simplista para tener éxito, lo mismo que pasa con las dietas, el deporte y la finanzas. Sin embargo, al tiempo nada cambia. Porque ni aprender técnica efectiva, ni aprendiendo a manejarse en el espacio y desarrollando carisma se puede motivar ni guiar un equipo si un líder no se autolidera, conoce que aporta al mundo y se apasiona por el propósito de lo que hace.

Desde la perspectiva del liderazgo consciente la propuesta parte por el autoconocimiento, mucho autoconocimiento, la creatividad, el propósito, trabajar las propias creencias limitantes para abrazar el conflicto, la incertidumbre y liderar siendo humano y vulnerable.

Ante la necesidad de transformación para alcanzar mejores resultados con el equipo tenemos la difícil tarea de mirarnos como parte de ese equipo y las consecuencias de lo que hago. Cambiar el observador permite dimensionar que todo lo que cada ser humano hace, o deja de hacer, impacta en su universo, incluso quien lidera. Es tiempo de buscar la inspiración, no en las promesas del marketing, sino en alternativas que nos ayuden a estar en conexión con uno y el equipo. Se necesita mucho de uno, especialmente el poder de mirar desde otro lado, repreguntarse para conseguir la transformación solo leyendo un libro. Hay caminos que hay que transitarlos con otro que acompañen el proceso para no correr la mirada, proponer acciones que lleven a pequeñas metas, con quien charlar lo que vamos viviendo y discernir.

En conclusión, mejorar el propio liderazgo implica una transformación personal. Técnicas “efectiva nunca taparan las huellas que deja un responsable de equipo que no se transformó en líder consciente

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