Hace años, los tumores renales se diagnostican sólo en fases avanzadas, por síntomas como dolor, sangrado o palpar una masa abdominal. La nefrectomía radical abierta era la única opción disponible para tratarlos, cuando era posible, extirpando el riñón, la grasa que lo rodea y la glándula suprarrenal.
Este fue el único tratamiento disponible hasta la aparición de la ecografía, que permitió encontrar lesiones más pequeñas. Así aparece la nefrectomía parcial o cirugía conservadora de nefronas, en la cuál se reseca solo el tumor, reconstruyendo y conservando el resto del parénquima renal. Aunque esta técnica tiene mayor complejidad y complicaciones postoperatorias propias (como psaudoaneurisma con sangrado y fístula urinaria), brinda muy buenos resultados en sobrevida con menor riesgo de insuficiencia renal y enfermedad cardiovascular a largo plazo, cuando es factible su realización.
En caso de tumores muy grandes localizados en el riñón, donde no se puede conservar, se puede indicar una nefrectomía radical laparoscópica muchas veces. Así los urólogos realizamos la extirpación del riñón trabajando solo por 4-5 cortes pequeños en el abdomen, usando una cámara con equipamiento especial y extrayendo la pieza por otra incisión.
Cuando se encuentra un nódulo de pocos centímetros en el riñón, la nefrectomía parcial laparoscópica surge como una opción. Durante esta operación se identifica el tumor, se interrumpe el flujo sanguíneo del riñón temporalmente para resecar el nódulo y reconstruir el parénquima renal remanente, para luego extraer la lesión, todo por pequeños cortes en la piel.
La nefrectomía por retroperitoneoscopia o lumboscopía es una variante de la técnica anterior donde por pequeñas incisiones en la fosa lumbar (espalda) se genera un espacio de trabajo en el retroperitoneo. Pese a su mayor curva de aprendizaje, en esta técnica no se ingresa a la cavidad peritoneal, brindando recuperación más rápida.
Actualmente existe la nefrectomía parcial robótica en el tratamiento de lesiones de compleja localización, donde se controla el instrumental desde una consola comunicada a un dispositivo robótico que recrea los movimientos, brindando gran precisión a la hora de resecar una lesión y reconstruir el riñón.
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Urólogo Mauro Carrillo - Mp 14092
por CEDOC
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