El femicidio de Úrsula Bahillo por parte de Matías Ezequiel Martínez, miembro de la policía bonaerense, volvió a poner la atención en la falta de respuesta estatal ante casos de violencia de género y el encubrimiento dentro de las fuerzas.
La joven había denunciado a su expareja 18 veces y la Justicia sólo impuso una perimetral que el femicida violó. Además, Patricia, la mamá de la víctima, afirmó que en la Comisaría de la Mujer habían desestimado una denuncia porque no trabajaban durante el fin de semana. Por esto, tanto esa comisaría como la seccional local fueron intervenidas.
El caso pone en evidencia otra problemática: los oficiales de las fuerzas involucrados en casos de violencia de género. Según el último informe del Observatorio de Violencia de Género de la Provincia de Buenos Aires, que se publicó en 2017, 2.252 agentes de la fuerza fueron investigados por hechos de violencia familiar y/o de género. En el 13% de esos hechos se había utilizado el arma reglamentaria. Además, habían iniciado 8 sumarios por femicidio cometidos por integrantes de las fuerzas policiales y en 4 de ellos se utilizó el arma reglamentaria.
Martínez estaba con carpeta psiquiátrica desde septiembre y se autolesionó luego del asesinato. Sergio Terrón, el fiscal de la causa, dijo que todo indica que se trató de un femicidio en el que hubo "alevosía y premeditación". El asesinato fue descubierto tras un alerta al 911 de un tío del acusado, que creía que su sobrino había matado a una joven porque éste le confesó que "se había mandado una cagada".
Belén, otra exnovia de Martínez, contó que ella también había sido víctima de violencia de género por parte de él.
En el informe citado, observaron que en el 42% de los casos las denunciantes habían sido parejas de los efectivos investigados; seguido por las ex parejas en un 29% de los casos.
En mensajes en redes sociales y en conversaciones con sus amigas, Bahillo anunciaba lo que finalmente sucedió: temía por su vida y no encontraba ayuda.
“Siete meses me pegó. Me callé siempre. Hasta que me vi muerta. Por eso lo denuncié", le había escrito por Whatsapp a una amiga.
Frente a esto, amigos, familiares y vecinos de Rojas, el lugar donde vivía la víctima, hicieron una manifestación para pedir justicia frente a la comisaría municipal, donde hubo destrozos y los oficiales reprimieron la situación. Entre los heridos, una amiga de Bahillo recibió un impacto de bala de goma en el ojo. Al día siguiente, realizaron otra convocatoria.
por R.N.
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