Los videos son registrados por los propios internos para denunciar las condiciones de vida dentro de los penales de la provincia de Buenos Aires durante la cuarentena. Desde que se instaló el aislamiento social preventivo y obligatorio, fueron suspendidos beneficios como las salidas transitorias, se retrasaron las liberaciones de quienes ya cumplieron su condena y dejaron de recibir visitas. Como consecuencia, afirman, nadie les puede llevar comida ni insumos básicos de higiene como jabón y lavandina. Mientras que los voceros provinciales sostienen que los conflictos que trascendieron fueron contenidos, organizaciones sociales que trabajan en cárceles aseguran que la tensión está creciendo.
Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense confirmaron a través de un comunicado que las imágenes corresponden a la Unidad 54 de Florencio Varela y a la Alcaldía de Batán. En la primera, “los internos provocaron disturbios y tabicaron el acceso” y, de acuerdo a la información oficial, las autoridades lograron llegar a un acuerdo con los detenidos y la situación terminó “de manera pacífica y sin heridos”. En la segunda, sin embargo, el conflicto escaló. Según los voceros provinciales, los detenidos del pabellón B ““rompieron parte de las instalaciones y arrojaron elementos contundentes”. Ante la imposibilidad de entablar un diálogo, afirma el texto, el personal intervino y “reestableció el orden, con el saldo de algunos internos con lesiones leves”.
Unidad 44 de la cárcel de Batán:
Desde el Servicio Penitenciario subrayaron que se están distribuyendo productos de higiene en las cárceles así como de elementos de protección como barbijos, que se sigue de forma estricta los protocolos y que aumentaron la ventilación y limpieza de los espacios más frecuentados. Sin embargo, la declaración oficial no coincide con la de los internos. José Ruíz Díaz, referente de la Rama de Liberados del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), organización social conducida por Juan Grabois, asegura que la situación en los penales es dramática y que estos no fueron casos aislados.
“La verdad, la situación se pone cada vez más tensa a medida que pasan las horas. No tienen higiene, no hay alcohol, no tienen recursos. La salud está destruida dentro de las unidades. La gente del Servicio Penitenciario sigue entrando y saliendo, obviamente que por trabajo, pero sin tomar las medidas necesarias. Los internos se sienten abandonados”, aseguró a NOTICIAS.
Motín en la unidad 39:
Como los familiares no pueden visitar a los internos, sostuvo Ruíz Díaz, nadie les puede llevar alimentos o insumos de higiene. Pero la tensión se incrementa por otros factores: “Se suspendieron las salidas transitorias. Los que estaban para salir en libertad, ahora no saben cuánto tiempo más van a quedar presos. Hay un parate judicial que es razonable, pero en el medio queda la situación de los compañeros”, agregó.
El tema de los alimentos es un problema. "La idea no es dejarlos hacinados sino buscar la forma de descomprimir, que el que está legalmente para salir, que salga. Los que están para salir ahora no saben cuánto tiempo más van a quedar presos. Hay un parate judicial que es razonable, pero en el medio queda la situación de los compañeros”, agregó el referente. Además, denunció que dentro de los penales hay hacinamiento y grupos de riesgo, “sobre todo muchas personas que tuvieron tuberculosis”.
Motín en cárceles argentinas:
La situación es delicada y, mientras los internos y los referentes políticos dentro de las cárceles denuncian malas condiciones de vida, desde la Provincia insisten con la necesidad de transmitir tranquilidad para que estas situaciones no se conviertan en una bola de nieve imparable.
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