En una semana, la imagen del Chile modelo se derrumbó para convertirse en un país incendiado. La huelga nacional convocada para protestar contra el Gobierno de Sebastián Piñera por la desigualdad social en el país, puso en evidencia una crisis tapada. Y el accionar de las fuerzas de suguridad, y las declaraciones del presidente sobre “un país en guerra”, amplificaron el coro internacional en su contra y los pedidos locales de renuncia.
Con un saldo de al menos 18 personas muertas, 200 heridas (algunas de gravedad), y miles de detenidos, las protestas que estallaron el pasado jueves por la cuarta subida del precio del billete de metro en pocos meses, fueron violentísimas. El objetivo de la mayoría de los manifestante era denunciar la desigualdad social. Pero el oficialismo leyó el fantasma de un golpe de estado. “Tiene un tufillo cubano”, se animó a calificar el excandidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto.
“La gente que manifiesta masivamente en todo el país es de todos los sectores sociales, y no tiene nada que ver con una conspiración internacional. Estos grupos minoritarios que buscan generar violencia pueden pertenecer a algún tipo de estructura internacional, y yo no tengo la información que quizás tenga el senador Miguel Ángel Pichetto a lo que es que pueda estar detrás”, se desmarcó José Bordón, embajador argentino en Chile, quien manifestó que el presidente Mauricio Macri siguió atento el conflicto, con llamados diarios a su par transandino. “Que el señor Nicolás Maduro quiera entender que esto que pasa en Chile es una extensión de su prestigio ciertamente es ridículo y lamentable. Él es una mancha venenosa en la política latinoamericana”, apuntó Bordón.
Diálogo. El Papa Francisco llamó al "diálogo" en Chile cuando las manifestaciones y la represión acumulaban 15 muertos. "Sigo con preocupación lo que sucede en Chile. Espero que poniendo fin a las violentas manifestaciones a través del diálogo se puedan encontrar soluciones a la crisis y hacer frente a las dificultades que la han generado por el bien de la entera población", rezó el Pontífice.
Michelle Bachelet, alta comisionada para los derechos humanos de la ONU y ex presidenta de Chile, también exhortó al diálogo. "Que el Gobierno trabaje con todos los sectores de la sociedad hacia soluciones que contribuyan a calmar la situación", señaló. El ex presidente chileno Ricardo Lagos (2000-2006), menos componedor, culpó a Piñera de calibrar mal el impacto de la presencia militar en las protestas. "Creo que no se evaluó suficientemente lo que era volver a tener militares en la calle", marcó el ex mandatario, resaltando "una desconexión entre la élite política y la ciudadanía".
Y Piñera finalmente pide perdón por "falta de visión" y anunció una "agenda social". "Los distintos gobiernos no fueron o no fuimos capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud. Esta situación de inequidad, de abuso, que ha significado una expresión genuina y autentica de millones de chilenos. "Reconozco esta falta de visión y le pido perdón a mis compatriotas", señaló el presidente en rueda de prensa.
"Vamos a beneficiar a los trabajadores con los salarios más bajos de nuestro país y este beneficio se va a aplicar en forma proporcional a los trabajadores menores de 18 años o mayores de 65", avanzó Piñera que también anunció la creación de un "mecanismo de estabilización del precio de la luz", que anulará el aumento de un 9,2 por ciento. "Las tarifas volverán a las que tenían en el primer semestre", prometió. "Estamos trabajando duro para que el transporte público, el acceso a la salud, alimentos, medicamentos, escuelas y otros servicio básicos pueda seguir normalizándose", enumeró sobre el final de su conferencia.
“Lo que se está hablando no es por los 30$ de aumento del transporte sino es por los 30 años de desigualdad que vienen viviendo los chilenos. Este proceso es una discusión mucho más de fondo que incluye al sistema jubilatorio, al sistema de salud, a la privatización de las aguas, al sistema educativo. La jubilación no llega al 70% del sueldo mínimo. Y Chile tiene el noveno transporte más caro del mundo. Tiene que haber un debate de fondo. Esto incluye a Piñera pero también a la herencia de los gobiernos anteriores como el de Michelle Bachelet”, señala la analista internacional Ayelén Oliva.
"Este es el segundo mandato de Piñera y queda la mitad de gobierno todavía. Esto también fue una bofetada para el chileno porque se miraba desde una tribuna privilegiada lo que ocurre en el resto de Latinoamérica y ahora los problemas son nuestros”, suma el periodista chileno Carlos Agurto.
“La oposición ha sido critica, pero hay diálogo. Entiendo que ya han conciliado un documento entre la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia, el Partido Socialista y el Partido Radical. Estas son las cuatro fuerzas principales que conformaron la concertación y tuvieron que ver con el mejoramiento económico, la modernización, la baja de la pobreza y la inflación en Chile. Han preparado una serie de puntos para conversar con el gobierno, y Piñera ha estado recibiendo a distintos dirigentes de la oposición, del senado, de la cámara de diputados, y del poder judicial, conversando con los distintos sectores sociales para superar este conflicto a corto plazo pero también ver los temas más de fondo que han generado esta situación, y cómo comenzar a resolverlos. Chile fue uno de los países más avanzados y con menos problemas sociales de América Latina, ahora tiene el desafío de convertirse en un país en desarrollo”, cierra Bordón.
Comentarios