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MúSICA | 21-10-2020 14:26

Jazz a la argentina

El trompetista Juan Cruz de Urquiza inauguró un ciclo desde Virasoro Bar. Tocó standards y mucho material propio. En otro estilo, el pianista Jorge Navarro mostró su talento.

* * * * Si tuviéramos que definir el tipo de jazz que hace Juan Cruz de Urquiza, tendríamos que empezar diciendo que es uno de los más importantes trompetistas de nuestro país. Pero que, en la madurez de su recorrido, con un currículum que da cuenta de diversas formaciones compartidas o lideradas, sigue siendo un jazzero joven. Es que su espíritu se mantiene fresco y sigue disfrutando de experimentar y de correrse del espacio de comodidad que podría significarle exhibir un virtuosismo y una capacidad de improvisación de los que dispone de sobra. La música que está tocando actualmente es un jazz libre. No es free jazz, aunque él habla burlonamente de “composiciones trastornadas”. En sus obras hay melodías identificables que sirven de guía para las improvisaciones siempre importantes en la estructura y algunos “alborotos” (o “trastornos”) armónico-instrumentales que encuentran su cauce en las exposiciones de los temas –casi siempre– y en los finales reexpositivos.

Integrado a la inevitable moda de tocar por streaming, subió en este caso al escenario de ese pequeño gran espacio jazzístico de Buenos Aires llamado Virasoro Bar, que con este show dio comienzo a un nuevo ciclo. Desde allí, armó un trío que en varios momentos se hizo cuarteto. Lo acompañaron dos solistas consagrados: el pianista Diego Schissi y el contrabajista Juan Pablo Navarro, dos “todoterreno” que también se lucen a la hora de improvisar. A ellos se sumó, en algunas piezas, un saxofonista más joven, Lucas Goicoechea, que ya da cuenta de todo lo que pueda hacer con el alto o el tenor.

Hubo algunos títulos propios recreados –“Mensajero”y “Trapos colgantes”– y algunos estrenos, con un cierre con la balada “Desde lejos”. Y a la hora de los clásicos, eligió “Tenderly”, en una bellísima y original versión, y “This of One” de Thelonious Monk, en la que brilló especialmente el joven Goicoechea.

Casi como si fuera otra música, Jorge Navarro hace un jazz totalmente diferente. Es un enorme pianista y un maestro a la hora de recrear temas muy conocidos de un modo clásico. Y como si el tiempo se hubiera detenido en otras épocas, deleitó a sus oyentes virtuales con composiciones muy conocidas como “Bye Bye Blackbird”, “Take the Train A”, “Gentle Rain”, “They can’t Take That Away from Me”, “Someday My Prince Will Come”, “Makin’ Whoopee”, “But Not for Me”, “Doxy”, “Scrapple From the Apple”, “Nice and Easy”, “My Foolish Heart” y un brillante final con “Fascinating Rhythm”, todo con el buen respaldo del contrabajista Arturo Puertas.

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Ricardo Salton

Ricardo Salton

Periodista crítico de música.

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