Hay un fenómeno que atraviesa por igual lo artístico y lo comercial que viene siendo cada vez más marcado y que se hizo aún más fuerte después de la pandemia. Y es el de la importancia que han tomado los espectáculos musicales en vivo, las multitudes enormes que los acompañan, los montones de dinero que se mueven y el entusiasmo, a veces enloquecido, que despiertan muchos de los artistas entre los públicos más diversos, aunque por supuesto, con mayor relevancia en los seguidores de cantantes y performers juveniles.
Nos pasamos 2023 hablando de crisis, de dificultades económicas, de dinero que no alcanza para lo básico con resultados electorales que en muy buena medida también tuvieron que ver con eso. Pero si repasáramos la programación del año, la cantidad de megashows en espacios enormes, la venta de entrada anticipada con sus respectivas y siempre dudosas reventas online, la música –o mejor dicho, algunos rincones masivos de la música- parecen ir por otro andarivel. Esto, aún con algunos empresarios que aseguran que la industria está herida de muerte.
Hace tiempo que el eje dejó de pasar por la venta de música grabada y las plataformas digitales, con la más popular Spotify a la cabeza, no alcanzan a equiparar ni de cerca, a lo que fuera la venta de fonogramas en el pasado. Pero el vivo, como contraparte, ha explotado exponencialmente y basta el ejemplo de lo ocurrido con Taylor Swift y un fanatismo pocas veces visto como botón de muestra.
El año que se inicia no se presenta tampoco como alentador en términos económicos, al menos en los primeros meses del año. Sin embargo, otra vez, la música ya está presentando una lista de propuestas que no son solamente anuncios sino que ya tienen sus tickets a disposición en las respectivas plataformas y que, en algunos casos, han empezado a venderse bien. Quizá sea la desesperación por congelar precios –ya de de por sí altos- frente a una inflación que se asegura explosiva. Quizá sea simplemente que, en casos de zafarrancho, al menos hay que asegurarse la felicidad de escuchar en vivo al artista favorito.
A manera de servicio ofrecemos algunas de las fechas más importantes que ya están confirmadas para la primera parte de la temporada 2024 en la ciudad de Buenos Aires, que sigue siendo la principal plaza del país, para quienes quieran ir haciendo sus previsiones y organizando sus agendas.
El Movistar Arena, que se ha convertido en un lugar central para la música en la ciudad, recibirá a David Guetta (6/1), Slash con Myles Kennedy & The Conspirators (9/2), Morrisey (17/2), Maná (20, 22 y 24/2), Laura Pausini (28/2), Melendi (2/3), Raphael (7/3), Milo J (22/3), Emilia (6/4), Virus (12/4), Megadeth (13/4), Tom Jones (15/4) y David Lebón (4/5). Por el Luna Park pasarán Yandel (18/1), Placebo (14/3), Estopa (27/4), Ruben Rada (10/5), El Bordo (18/5) e Interpol (2/6). A esto se sumarán los conciertos de Ulises Bueno (GEBA, 26/1), Manu Chao (Obras, 15/1, además de Córdoba y Rosario), Divididos (Obras, 19/1 y 23/2), No te va a gustar (Vélez, 6/4), Feli Colina (Coliseo, 13/4), Karol G (Vélez, 26/4) y Louis Tomlimson (Vélez, 18/5). Y por supuesto, hay que considerar una nueva visita del Rey Sol latino Luis Miguel que hará shows en el Campo Argentino de Polo (6, 8 y 9/3) y una cena de gala en La Rural el 5 de marzo para quienes quieran y puedan hacer una inversión mucho más voluminosa.
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