Friday 29 de March, 2024

OPINIóN | 19-10-2020 19:29

10 años sin Mariano Ferreyra: la peligrosa alianza del Gobierno que aún continúa

Cuando mataron al joven militante el gobierno K tenía una alianza con la burocracia sindical. Hoy la historia se vuelve a repetir. Por Gabriel Solano, dirigente del PO.

Con mucha perspicacia Lenin señaló en su libro “El Estado y la Revolución” que es muy común que las clases dirigentes se valgan del paso del tiempo para convertir a los dirigentes y militantes de las clases oprimidas en íconos inofensivos, de modo tal que se neutralice su verdadero alcance revolucionario. Quienes en vida fueron combatidos con saña, luego reciben homenajes y se los recuerda en nombre de ideas que nada tienen que ver con su verdadero pensamiento ni con su praxis transformadora.

El gran revolucionario ruso se refería en particular a la distorsión de la doctrina de Marx y Engels por parte de quienes eran sus enemigos declarados. Pero se trata de un señalamiento de carácter universal que aplica a Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero que fue asesinado el 20 de octubre del 2010 en el barrio porteño de Barracas, cuando participaba de una movilización de ferroviarios tercerizados, que reclamaban pasar a planta permanente para obtener los derechos que están velados en el convenio colectivo de trabajo. Como es sabido, la movilización fue atacada criminalmente por una patota organizada por la dirección de la Unión Ferroviaria, cuyos máximos dirigentes, empezando por su ex secretario general Pedraza, eran los propietarios directos de esas empresas tercerizadas. En el juicio quedó debidamente probado que Pedraza, su adjunto el “Gallego” Fernández, dos comisarios de la Policía Federal y otros elementos de menor rango del sindicato habían organizado una patota y liberado la zona para ejecutar un ataque criminal.  

En el caso de Mariano Ferreyra, sin embargo, este tipo de maniobra alcanza ribetes todavía más graves. Sucede que quienes pretenden enarbolar su bandera y rendirle homenaje son en muchos los responsables políticos directos de este brutal crimen político. La frase “la bala que mató a Mariano rozó el corazón de Néstor” buscó convertir a los victimarios en víctimas. Se pretendió ocultar que José Pedraza ocupaba un lugar central tanto en el concierto de la burocracia sindical peronista que sostenía la gobernabilidad del gobierno kirchnerista, como así también en los escandalosos negociados que rodeaban todo el esquema de privatización ferroviaria heredado del menemismo y continuado por el kirchnerismo. Esos acuerdos de fondo habían quedado inmortalizados en un acto realizado en el salón de sede central de la Unión Ferroviaria con la presencia de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Fue en ese acto cuando dispendió todo tipo de elogios para Pedraza, a quien denominó como “el ejemplo del sindicalismo que construye”.

El asesinato de Mariano Ferreyra fue un crimen político justamente porque sus responsables hundían sus raíces en el aparato del Estado y en los negocios capitalistas que ese aparato protegía. El trípode de burocracia sindical-concesionarios ferroviarios-funcionarios públicos tenía su vértice en el propio gobierno, que necesitaba de la estatización de los sindicatos como recurso político para neutralizar al movimiento obrero. La burocracia sindical aprovechaba esa dependencia para montar sus propios negocios, que los defendía a punta de pistola. Lo ocurrido con Pedraza y la Unión Ferroviaria estaban lejos de ser una excepción; era la norma que abarcaba a la inmensa mayoría de las cúpulas sindicales.

El intento del kirchnerismo de eludir su responsabilidad, recurriendo a la metáfora de la “bala que mató a Mariano…” no resiste un balance histórico riguroso. A 10 años del asesinato de Mariano Ferreyra se puede afirmar sin dudas que la alianza del peronismo-kirchnerismo con la burocracia sindical sigue inalterable. El llamado “pacto social” que ha planteado recurrentemente Alberto Fernández fue anticipado por Cristina Fernández en su libro “Sinceramente”, donde propuso emular el suscripto en 1973 por Perón y su ministro José Gelbard con la CGT y la CGE. En ese momento la burocracia sindical entendió el llamado al “pacto social” sumándose activamente a la creación de la Triple A para eliminar al activismo obrero antiburocrático. Muchísimos “Marianos Ferreyras” fueron asesinados debido a los métodos de terrorismo de estado aplicados por el gobierno peronista.

Nuestro homenaje a Mariano Ferreyra requiere eliminar todo vestigio de confusión sobre quienes fueron los verdaderos responsables de su muerte, y seguir la lucha que el defendió con su apasionada militancia: terminar con la superexplotación del trabajo, recuperar los sindicatos para los trabajadores, construir un gran partido obrero para luchar por el gobierno de los trabajadores y el socialismo.

Gabriel Solano (compañero de Mariano Ferreyra, dirigente del PO y diputado CABA del Frente de Izquierda)

 

 

 

  

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