Wednesday 4 de December, 2024

OPINIóN | 29-06-2020 16:26

Alexandria Ocasio Cortez (AOC), una de las nuestras

Revalidó su nominación al Congreso para las elecciones de noviembre. Quién es y qué propone esta dirigente estadounidense.

“Lo que los hombres -fuera de una minoría que bendigo- no parecen comprender es que no nos interesa en absoluto ocupar su puesto sino ocupar por entero el nuestro, cosa que hasta ahora no ha ocurrido”.

Victoria Ocampo.

La idea de que las mujeres tenemos capacidad limitada para la política sigue en pie. Votamos sí. Es un logro ya antiguo. Lo celebramos, pero no podemos detenernos es eso. Hay que ir hacia nuevas conquistas. Celebramos el derecho al voto de la mujer y el acceso al ámbito político, celebramos que algunas de nosotras lleguen -a los codazos y poniendo voz grave- a los espacios donde se toman decisiones. Sin embargo, a pesar de los avances, todavía existe una distancia enorme entre nosotras y los hombres en el escenario y quehacer político, ellos siguen teniendo condiciones preferenciales.  

Los obstáculos son múltiples y conocidos: una cultura política discriminatoria dentro de los partidos políticos y por ende, en el seno de los gobiernos; escasa valoración de los aportes de las mujeres al ejercicio del poder político; subestimación de sus capacidades –lo demuestra el solo hecho de manifestar opinión acerca de la vestimenta más que de la política pública llevada adelante por una mujer-; la falta de programas que incentiven y promuevan la participación de las mujeres en la política naturalizando su ausencia; y no podemos dejar de mencionar, el rol impuesto a la mujer con relación al cuidado de la familia (hijos, padres, y cualquier otro familiar o allegado que se encuentre solo y requiera asistencia). ¿Cómo vamos a tener tiempo para la formación y entrenamiento político si tenemos tanto de qué ocuparnos? Somos mujeres pulpo. Por eso, la premisa es erradicar las percepciones culturales erróneas acerca de las funciones que deben ser ejercidas por las mujeres.

La brecha implica que, frente a los hombres, las mujeres tenemos menores probabilidades de dedicarnos de lleno a la educación propia, al networking necesario para gestionar  contactos y generar redes, situación que complica –o imposibilita- el acceso a las herramientas y los recursos necesarios para convertirnos en líderes.  

Una mujer que desde su aparición en escena generó y genera polémica es Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista de Estados Unidos que según algunos ingresó a la política estadounidense por la ventana y, para muchos otros, lo hizo por la puerta grande. La señora Alexandria Ocasio Cortez no evadió ningún paso para llegar a donde está hoy.

Es joven, latina, activista, pro-inmigración. Es hija de inmigrantes puertorriqueños y, además, le gusta bailar: un día antes de realizar su juramento como congresista, por Twitter se difundió un video de sus años en el colegio secundario (2010) donde emulaba la escena de baile de una película. Los conservadores salieron al ataque y ella respondió con humor: “No es habitual que los funcionarios electos tengan la reputación de bailar bien, así que estoy feliz de tenerla”, y continuó: "No me sorprende que los republicanos piensen que divertirse debería ser descalificador o ilegal”, e hizo un video donde ingresa bailando a su oficina en el Congreso de Estados Unidos.

Por supuesto, hay mujeres que también la critican,  subidas al discurso y el prejuicio patriarcal, por ejemplo  Katie Pavlich, la presentadora de la cadena Fox, criticó sus atuendos alegando que eran demasiado “caros para ser socialista”. La vestimenta de la mujer en la política es un fuerte instrumento para desviar la atención hacia temas triviales, siempre genera debate, mientras que nadie se ocupa de la vestimenta de los hombres que ejercen la política. Los medios de comunicación practican ese deporte como forma de desacreditar a las mujeres simplemente por su forma de vestir o por sus peinados.

En 2018, con tan solo 28 años, Alexandria Ocasio Cortez se convirtió en la mujer más joven de la historia de US en ingresar a la Cámara de Representantes. El mote ya se lo ganó, es la congresista más joven de Estados Unidos. Con una campaña diferente, inclinada a enamorar a los millennials y a los miembros de la clase trabajadora, en un spot comentaba: “Supuestamente, las mujeres como yo no deben postularse para un cargo político. Yo no nací en una familia rica ni poderosa”.

Después de dos años, ya en 2020, la demócrata representa al ala más de izquierda del partido. Con un discurso combativo por las minorías, se ganó el enojo de republicanos que insisten en colocar su falta de capacidad como motivo de rechazo.

En su morral de batalla, Alexandria Ocasio-Cortez porta temas relevantes y polémicos:

* Defiende la salud pública como un derecho humano -esto significa ampliar la cobertura de salud para llegar a todos los norteamericanos-.

* Propone un salario mínimo de 15 dólares la hora.

* Aboga por la eliminación de matrículas en universidades públicas -¡educación gratuita para todos y todas!

* Plantea la abolición de la policía migratoria / policía fronteriza (ICE), y para esto, cuenta con el apoyo de Kirsten Gillibrand, la congresista defensora de los derechos de las mujeres y precursora del “Me Too”, una demócrata con peso propio en el legendario partido.

* Promueve medidas para el control de armas.

* Trabaja para subir hasta un 70% los impuestos a quienes ganan más de 10 millones de dólares –imaginemos la actitud de las elites frente a esto-.

* Es activista contra el cambio climático, proponiendo medidas inéditas en EEUU, liderando una campaña para que en 2050, el 100% de la energía utilizada en el país sea limpia. Esto se contrapone con la versión del presidente Trump para quien “el cambio climático es un invento", según sus propias palabras. El proyecto -llamado Green New Deal- es considerado por muchos como un plan para instalar el socialismo en Estados Unidos.

Esta semana, en las primarias celebradas en New York, Alexandria Ocasio-Cortez revalidó su nominación al Congreso para las elecciones de noviembre. En 2018, contra todo pronóstico, venció al veterano congresista Joseph Crowley conocido como el “Rey de Queens”; si bien muchos aseguraron que había ganado de casualidad, se trata de una idea que debería esfumarse por su propia necedad, teniendo en cuenta que este año Ocasio Cortez ganó con el 73% de los votos en el distrito 14º, el cual reúne parte del Bronx y de Queens (este último, con la mayor concentración de inmigrantes de Nueva York).

La demócrata que se autoproclama socialista como el veterano senador Bernie Sanders, su amigo y de alguna manera, una especie de padrino.

Hija de Sergio Ocasio-Roman, arquitecto de profesión, y Blanca Cortez, ama de casa, Alexandria hizo un recorrido académico interesante: estudió en el instituto Yorktown (2007) donde logró un segundo puesto a nivel nacional en un concurso de ciencia con un proyecto de microbiología (sí, leyeron bien ¡microbiología!). Como si fuera poco, el premio otorgado por el Laboratorio Lincoln del Instituto de Tecnología de Massachusetts fue casi un augurio para llegar muy lejos: hoy un asteroide lleva su nombre, el 23238 Ocasio-Cortez.

Como muchos egresados del colegio secundario, Alexandria incursionó en otros ámbitos antes de encontrar su profesión. Estudió Bioquímica en la Universidad de Boston y luego, viró hacia Economía y Relaciones Internacionales donde se graduó. Mientras estudiaba, trabajó en asuntos de inmigración en la oficina del senador Ted Kennedy y, además, en las elecciones de 2016 participó en la campaña del candidato demócrata Bernie Sanders. Ahora, muchos simpatizantes la ven como un verdadero modelo a seguir; además, la comparan con una rockstar por la cantidad de seguidores en redes sociales y por los movilizantes posteos que logran una fuerte identificación con los más jóvenes -quienes afectuosamente la bautizaron AOC-.

Los perfiles creados por los medios sobre AOC dejan de lado algunas de sus experiencias en la política de base: fue Directora Educativa en el National Hispanic Institute (NHI), una organización que lucha por empoderar a los jóvenes latinos para liderar sus proyectos; y fue también fundadora de Brook Avenue Press, un plan de alfabetización de la primera infancia.

Señores y señoras, AOC ha llegado para quedarse. Posee un excelente merchandising, es invitada a los programas de televisión porque eleva el rating y es tapa de revistas. Por otra parte, su equipo de campaña realiza creaciones gráficas (branding y diseño gráfico) que son una verdadera máquina de creatividad en donde confluyen los dos idiomas que lideran el país, Inglés – Español, de una manera natural.

Alexandria lleva muy poco tiempo dentro del ring político de Estados Unidos, sin embargo, muchos ya la ven como posible candidata a la presidencia cuando sus años se lo permitan (recordemos que la presidencia de los Estados Unidos exige un límite legal de 35 años). Su triunfo genera una vez más controversias en los medios y en las redes sociales. Dijo: “Esta noche estamos demostrando que el movimiento del pueblo en Nueva York no es un accidente. Es un mandato”, y lo más alentador es que su discurso aún no fue corrompido. “Vamos a tomar nuestras experiencias colectivas y llevarlas a Washington para luchar por una economía que otorgue poder, libertad y justicia para todos…”

Para AOC y para los que desean un cambio en Estados Unidos el futuro llegó hace rato. Ojalá que así sea.

 

 

* Master en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, George Washington University, miembro de la Red de Politólogas -mujeres dedicadas a la Ciencia Política latinoamericanista- 
-Tw:
@lmarcelinaromer
-Ig: Marcelina Romero

 

por Marcelina Romero*

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