Debido a la pandemia y a la grave emergencia sanitaria, la situación en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires es crítica. El hacinamiento, la pobreza y la falta de protocolos de prevención por parte del gobierno son un combo explosivo para las vecinas y vecinos que habitan en las villas.
La CABA lleva registrado más de 600 casos de COVID-19 en barrios vulnerables, de los más de 2.500 positivos que hay en toda la Ciudad. La gestión de Horacio Rodríguez Larreta ha demostrado que no sabe qué hacer con los casos de infectados. En las últimas semanas los idas y vueltas se convirtieron en política de Estado en la CABA: se tiran la pelota entre el Ministerio de Salud y el de Desarrollo Social, la asistencia alimentaria es prácticamente nula y se multiplica las ollas populares, llevadas a cabo por la militancia y sostenidas gracias a las donaciones solidarias.
En este contexto, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aprobó una ley de emergencia económica de espalda a los sectores populares, a través de la cual le quitó un 16 por ciento del presupuesto a los comedores y merenderos, lo cual representa 800 millones de pesos, y le sacó 56 millones de pesos al IVC que estaban destinados a obras de infraestructura. Esto es un claro ejemplo de que no se prioriza a las y los pobres de la ciudad. Sumado a esto, los pagos de los convenios de cooperativas se demoran poniendo en una situación muy vulnerable a cientos de familias.
Desde hace dos meses, las organizaciones sociales como la nuestra, le presentamos distintos proyectos al gobierno para poder actuar durante la cuarentena. Las propuestas fueron desde iniciar un mapeo a los grupos de riesgo, fortalecer la asistencia alimentaria a adultos mayores, impulsar campañas de vacunación en espacios comunitarios, consejerías para la mujer, hasta el alojamiento para adultos mayores en clubes barriales. Esto no lo pensamos solos, fue producto del trabajo solidario, territorial y en red de los movimientos populares, los curas villeros, los clubes de barrio, y los profesionales de la salud.
Tenemos la experiencia y sabemos actuar frente a las emergencias, pero esta situación es muy particular y creemos necesario discutir este escenario actual y la pos-cuarentena.
Se cumple un nuevo aniversario del asesinato del Padre Carlos Mugica, quien dejó plasmada una frase que hoy sostenemos como bandera: “Ahora, más que nunca, hay que estar unidos junto al pueblo”. Creemos en esa premisa, y por eso le pedimos al Gobierno de la Ciudad que nos escuche para que podamos trabajar en conjunto.
Incluso, con motivo de la conmemoración mencionada, los curas villeros pidieron en un comunicado mayor presencia del Estado. Y en esa línea las organizaciones sociales le solicitamos por todas las vías institucionales al Ejecutivo que reconozca nuestro trabajo. Necesitamos salir de esta pandemia más integrados como sociedad y que no se profundice la fragmentación social y los discursos de odio y estigma.
Desde ciertos sectores de poder se viene hablando del levantamiento de la cuarentena, que es necesario activar la producción. En este contexto el gobierno de la ciudad tiene una oportunidad de convocar a los distintos sectores para armar una mesa de trabajo donde se discuta una agenda clara y se integre a los sectores populares.
Para esto proponemos:
-La creación de un fondo para la economía popular que tome lo mejor de las experiencias de la economía popular .
-Conformación de un registro y una red de la economía popular.
-Fortalecimiento a tareas del cuidado.
-Fortalecimiento a los polos textiles y productivos.
-Subsidios y créditos a las cooperativas para compra de insumos y maquinaria.
-Asistencia técnica y monitoreo de las unidades productivas .
-Otorgamientos de depósitos.
-La construcción de ferias populares y centros de venta.
*Somos, Barrios de Pie Capital, consejero de políticas sociales y economía social del Cesba.
por Walter Córdoba
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