Fue un año de mucho aprendizaje para Federico Bal, que arrancó con una noticia difícil: le diagnosticaron cáncer de colon, el mismo que padecieron su abuelo y su padre. Pero lejos de demolerlo lo puso rápidamente en acción y durante la cuarentena se sometió a un duro tratamiento de quimioterapia y rayos. Hace apenas un mes se hizo el último estudio y el resultado fue esperanzador: “Estoy perfecto, como si nunca hubiera pasado nada. Pero sé que siempre voy a ser un paciente oncológico”, se sinceró el actor que nunca bajó los brazos. Con apenas 31 años, está en la escena pública desde que nació, de la mano de sus padres, Carmen Barbieri y Santiago Bal.
Siempre de buen humor y con la energía bien arriba, Fede pasó por momentos de miedo y angustia, de búsqueda de respuestas, explicaciones y justificaciones. Intentó no quejarse, sacó lo mejor de sí y aprovechó las lecciones de vida que se le presentaron. “Sé que las cosas buenas y malas suceden para enseñarnos algo. Pasé por muchas turbulencias y hoy estoy en un buen momento”, se emociona. En pareja con Sofía Aldrey, en este tiempo se apoyó mucho en la relación que lleva apenas un año. También lo salvó la escritura en este tiempo de encierro y tratamiento: “Me hizo entender que es fundamental en mi vida porque volqué muchas cosas que se me pasaban por la cabeza. Creo que de todo esto va a salir un unipersonal o un libro”, cuenta.
Noticias: ¿Qué enseñanzas le dejó la enfermedad?
Federico Bal: Me enseñó a disfrutar las pequeñas cosas de la vida, a no hacerme tanta mala sangre. Aprendí a cuidar más mi alimentación. Estoy intentando comer menos leche, quesos, lácteos y carne. En un futuro, posiblemente, voy a ser vegetariano un cien por ciento, pero por el momento necesito un poco de carne y lácteos. También cuido mis vínculos y hay gente a la que ya no veo, y otros con los que soy mucho más sincero a la hora de expresar mi cariño. Todo se revalora cuando la vida te pone en una situación tan difícil como pasar por un cáncer.
Noticias: ¿Qué cambios hizo en su vida, además de la alimentación?
Bal: Por ejemplo, me fui de 15 grupos de WhatsApp porque no me gustaba levantarme y leer mensajes que no me hacían bien. También llamé a ex novias y les pedí disculpas, y les dije a mis amigos que los amaba. Escribí mucho. Me refugié en mi pareja, en el amor de mi mamá y de amigos, y aprendí a pedir ayuda porque era muy autosuficiente y pensaba que solo podía con todo. Tuve mucho miedo, pasé noches sin dormir, sintiendo que si esto salía mal no quería quedarme con nada. Por momentos ni me reconozco.
Noticias: ¿Se siente una persona diferente a la de hace un año atrás?
Bal: Sí. Yo era un tipo muy ambicioso en mi profesión y siempre quería algo más. Pero me di cuenta de que si no tenés salud, no tenés nada y que si no sos feliz necesitas hacer algo para cambiar, porque los días son únicos e irrepetibles. Descubrí también que estaba viviendo la vida al revés y que lo importante no era ser tapa de una revista.
Noticas: ¿Alguna vez tuvo miedo a morirse?
Bal: No a morirme sino a que la vida no me permita vivir bien. Mi viejo decía que no le tenía miedo a la muerte pero sí al olvido. Y es verdad, nos da miedo no subirnos más a un escenario. Es temor a no poder trabajar, a no poder entretener. Me daba miedo dejar sola a mi vieja. Pero nunca tuve miedo a morir. Tuve momentos de mucho dolor, días muy oscuros en los que sentía que todo estaba mal. Y me lo permitía. También sentí que me iba a curar, que iba a estar bien. Y nunca dejé de verme sano. Es importante visualizarse sano y llamar a la enfermedad por su nombre: cáncer.
Noticias: ¿Cómo está hoy? ¿Hace algún tratamiento?
Bal: Siempre voy a ser un paciente oncológico, lo tengo claro. Me voy a ocupar de mi salud toda la vida. Tengo que hacerme controles pero no tomo ninguna pastilla ni nada de nada. Hace un mes me hice el último estudio y me dio perfecto, como si nada hubiese pasado. Me cuido con las comidas, hago ejercicio y le doy para adelante. Fui un buen paciente y los médicos me ayudaron. También la energía y el pensarme siempre sano aportaron a esta cura que no es un milagro porque los médicos y el tratamiento se tienen que llevar el crédito.
Noticias: ¿Hizo tratamientos alternativos?
Bal: Visité al Padre Ignacio en Rosario, hice constelaciones familiares, biodescodificación, reiki, yoga pero no demasiado. Soy un tipo más de la ciencia y la medicina. Y cuando supe que tenía esta enfermedad, sabía que necesitaba consultar a un médico y hacer lo que me dijera. El resto suma pero no reemplaza nada. En los momentos extremos, tomas medidas desesperadas. Es una cuestión de fe, como ir a ver al Padre Ignacio siendo judío: es raro pero lo hice porque para darle una chance y probar espacios nuevos en mi corazón.
Noticias: Reforzó la fe, entonces.
Bal: Tuve una crianza bastante más judía que cristiana pero la verdad es que creo más en el poder de la energía y de lo que uno quiere. Y yo quería estar sano y fuerte y trabajar y ser feliz. Creo mucho más en lo que puedo conseguir que en pedirle todas las noches algo a alguien a quien no le conozco la cara. Tal vez, todas las noches hablo con alguien y agradezco lo que me pasa, entonces hay un constante vínculo con algo que muchos llaman Dios.
Noticas: ¿Qué lugar ocupó su novia en este tiempo?
Bal: El más importante. Sofi es lo más, una mujer increíble que apareció en mi vida y me regaló una nueva forma de ver las cosas. Fue ella quien me obligó a ocuparme de mi salud. Le contaba que a veces iba al baño y tenía un leve sangrado, y me dijo que con mis antecedentes familiares tenía que ocuparme. Me sacó unos turnos médicos, me hice los estudios y me dieron un resultado que nunca esperé pero es lo que la vida me dio.
Noticias: ¿Cómo resulta la convivencia?
Bal: Estamos intentando una convivencia y resulta muy bien, aunque a veces necesito mis momentos y mis espacios y ella los suyos. Entonces, convivimos a medias. Tenemos una linda relación, nos llevamos muy bien. La conozco desde hace muchos años porque es la nieta de Florencio Aldrey Iglesias (dueño del Shopping Los Gallegos, del Hotel Hermitage y del Diario La Capital de Mar del Plata). Éramos amigos y después la vida nos llevó por estos caminos. Cuando mi viejo partió, hace un año, Sofi me ayudó y me acompañó muchísimo. Es súper admirable y se lo agradezco eternamente.
Noticias: Hablemos de Masterchef Celebrity, ¿se propuso ser el más rebelde o le sale así?
Bal: (Ríe) Yo soy yo en el programa pero también es un personaje, un ida y vuelta. Muchos me dicen que soy un agrandado, un canchero y la verdad es que soy así. De chiquito ya caminaba con las manos en los bolsillos. No sé bien por qué, quizá soy un enano agrandado y tengo esa actitud frente a la vida. (Germán) Martitegui salió también con los tapones de punta contra mí y después se generó un juego. Al principio quisieron educarme porque tal vez pensaron que yo venía de otros realities y era conflictivo. Y la verdad es que no soy conflictivo. Estoy muy feliz de poder mostrar lo que sé de cocina, que no es tanto pero la idea es aprender. Soy un chabón un poco básico pero algo aprendí de mi vieja y mi abuela, grandes cocineras las dos.
Noticas: ¿Su jurado preferido?
Bal: Quiero mucho a Donato (De Santis), me parece el más gracioso, el más cooperativo a la hora de los desafíos. Germán es el perfecto villano aunque debe ser un dulce de leche pero juega a esa seriedad y seguramente es así en la cocina e impone respeto desde el lugar que conoce y sabe. Damián (Betular) sabe mucho de pastelería. Y Dolli (Irigoyen) es la eminencia hecha mujer en la cocina desde hace años; yo veía sus programas y también trabajó mucho con mi vieja. Hay una unión muy linda y son gente que respeto mucho. Las discusiones que se generan terminan con la grabación: no me llevo problemas a casa y no me tomo a nada personal. Es un reality, jugamos y cada uno ocupa su lugar.
Noticias: ¿Aprendió algo de cocina?
Bal: Soy una montaña rusa. Un día puedo hacer el mejor plato y otro, el peor. La cocina es creatividad y lo que sucede en el momento. Invento mucho, estoy aprendiendo un montón, sobre todo qué va con qué. Masterchef es un curso intensivo de cocina. En casa cocino poco, ese es más territorio de Sofi. Trato de no tener tanta data para ir a las grabaciones con la cabeza limpia.
Noticias: ¿Masterchef tiene algún punto en común con el Bailando por un sueño, del que participó tantas veces y también ganó?
Bal: Son dos realities distintos. En Masterchef hay más compañerismo y en el Bailando más competencia. Acá es más diversión y la competencia es contra uno mismo y sus dotes para la cocina. Ambos programas me aportaron muchas cosas. Este es más familiar y, ahora, el Cantando 2020 es más polémico, con momentos muy mediáticos.
Noticias: Su mamá participa del Cantando así que compiten en la pantalla, ¿ve el programa?
Bal: Lo veo, claro, y especialmente cuando está mi mamá. Pero estoy viendo más Masterchef.
Comentarios