Durante la cuarentena, en la señal de noticias TN, surgió “La fiesta de El Pase” entre los equipos nocturnos de “TN de noche” y el de “Re Despiertos”. Dos de las primeras horas de cada sábado dedicadas a televidentes deseosos de involucrarse, vía Zoom, en una bulliciosa y divertida celebración. Resultó un éxito y pronto la gente identificó a “Buti”, Juan Butvilofsky, columnista del primer envío, a través de pancartas y mensajes en las redes, como “el alma de la fiesta”. Es que el carismático periodista no sólo ostenta una permanente y sincera sonrisa, sino que irradia y contagia energía y alegría.
Estudió la tecnicatura de periodismo deportivo en DeporTea, y acredita más de dos décadas de experiencia en radio, gráfica y televisión. Hoy conduce “TN Extremo Plus”, los sábados; y comenta deportes en “Telenoche” y “En Síntesis” de Eltrece.
Noticias: ¿Qué ascendencia tiene su apellido?
Juan Butvilofsky: Mis antepasados son rusos que vinieron desde la zona del Volga, por la hambruna. Llegaron a El Dorado, en Misiones, y Crespo, en Entre Ríos. Mi viejo me contaba que, en Crespo, los Butvilofsky eran como los Pérez (ríe).
Noticias: Entonces en sus venas corre sangre rusa…
Butvilofsky: También italiana y mis abuelas eran de origen francés. Una gran mezcolanza de inmigrantes que vinieron al país en busca de trabajo.
Noticias: ¿Cómo era su familia y dónde transcurrió su infancia?
Butvilofsky: Somos cuatro hermanos, yo soy el mayor. Primero vivimos en Villa Devoto, en una casa que en mi memoria parecía de una hectárea y cuando volví no podía creer lo chiquita que era. La parte onírica de los recuerdos es casi más linda que la vivencial. En cuarto grado nos mudamos a San Martín. Allí veía a mis padres pujantes, que construyeron la casa desde cero y terminó siendo el epicentro de la cuadra donde todos venían a comer asado y disfrutar de la pileta.
Noticias: ¿Qué soñaba de niño?
Butvilofsky: La verdad es que era tan feliz que no fantaseaba con nada. Disfrutaba de ir al colegio y no faltaba jamás. Ahora recuerdo una noche, cuando era chico y me puse a llorar. Mis viejos invitaron amigos a cenar, y el entramado de las charlas era político, apasionado y bullicioso. Mi angustia era porque no sabía de qué iba a conversar cuando fuera grande. Ahora prácticamente me tienen que amordazar en las reuniones sociales.
Noticias: ¿Hubo algo que le hubiese gustado hacer, pero consideró que no tenía la capacidad para desarrollarlo?
Butvilofsky: A los trece años soñaba con ser jugador de fútbol profesional. Llegué a un colegio de varones, con un grupo consolidado, siendo nuevo, con mi apellido, y un remolino ingobernable en el pelo. En mi primer campeonato de fútbol escolar, espantado por la gente en la tribuna, la única pelota que toqué fue para hacer un gol en contra, en el último minuto. La historia termina en quinto año como capitán de la selección escolar, destacado por el entrenador y por mis compañeros como el líder espiritual. Esa metáfora es un poco el metro patrón de lo que luego me pasó en la vida. Por eso no sentía que las cosas fueran imposibles o inviables. Si lo tenía fijado como norte, de alguna manera iba a llegar.
Noticias: Suena autoexigente.
Butvilofsky: Sí. Miro un poco para atrás y volvería a “apachucharme” por cómo canalizaba esas angustias existenciales del crecimiento, pero es la historia de cada uno. En el camino fui dejando pedazos de mí en esos objetivos. A los 44 estoy físicamente un poquito roto, pero soy una persona feliz, sin remordimientos.
Noticias: ¿Compartió con sus padres ese sentimiento?
Butvilofsky: Una vez, en una fiesta, tomé una cucharita, golpeé la taza y les agradecí la vida y el amor que me dieron porque, a pesar de que ellos aún no son tan mayores, uno nunca sabe cuánto tiempo los va a tener.
Noticias: ¿Cuándo apareció el amor de pareja?
Butvilofsky: A los 22 conocí a Caro (Carolina). Ella tenía 17. Fue en el boliche del barrio, que aún existe y se llama Pío Baroja. Me pareció hermosa, me enganché enseguida, pero se iba a vivir a Estados Unidos para estudiar inglés. Al final se quedó y a partir de ese encuentro, hubo noviazgo, matrimonio, separaciones, reencuentros...Toda la vida juntos. Van veintiún años, y dos hijos: Ramiro de 14 y Josefina de 8.
Noticias: Trabajó con Fernando Peña, ¿cómo lo recuerda?
Butvilofsky: Él tenía una filosofía de vida en la que, si vos tenías una transparencia total al punto de lo grotesco y lo absurdo, eras absolutamente libre porque no había nada que ocultar y te despojabas de un montón de cargas. Un modo punk de afrontar la libertad más allá de sus propias contradicciones. El don de Fernando era ser superdotado emocionalmente. Esa misma inteligencia emocional lo hacía padecer muchísimo, incluso con la droga, en la búsqueda de la anestesia para poder convivir con la angustia y la tristeza que uno tiene.
Noticias: ¿Cómo siente el actual empoderamiento femenino y el reconocimiento de la diversidad sexual?
Butvilofsky: Absolutamente necesario. Cualquier cosa para que el que está al lado sufra menos, es bienvenida. Ya bastantes problemas tenemos con el calentamiento global y las pandemias, como para que nos jorobemos cuando se puede vivir de manera razonable. El debate siempre suma y sirve porque trae estas cuestiones a la dinámica social.
Noticias: ¿Qué piensa sobre el mundo que deberán enfrentar sus hijos?
Butvilofsky: Todavía no siento temores porque no han salido mucho a la calle. Les estamos alentando una muy buena educación y conciencia ambiental a través de principios muy básicos porque todo tiene que ver con una convivencia razonable. En alguna playa salimos con bolsas de basura a recolectar lo que otros dejan tirado sobre la arena. Es algo altruista para que vean que se puede hacer.
Noticias: En “La fiesta de El Pase”, según la audiencia, se transformó en el alma. ¿Cómo se siente con ese cetro?
Butvilofsky: En lo personal fue un rescate. Estaba muy triste y angustiado con la pandemia. “La fiesta…” colmó ese agujero que se estaba llenando de tristeza o de no poder reírme tan a menudo como me río. Con cifras de muertos, contagios y negocios que cierran, el mundo y la realidad son imposibles de procesar. No hay manera de convivir con semejante realidad porque todo está a contramano de principios lógicos. “La fiesta…” es lo opuesto porque aparecen lo lúdico, la alegría y la risa. Me ayuda a sacar toda esa energía nuclear que tengo dentro.
Noticias: ¿Imagina su futuro profesional?
Butvilofsky: Uno nunca sabe si este momento presente no es el más lindo que le tenía reservado el camino de la vida. Con más de 25 años en los medios, sé que todo es un sube y baja que depende de mil factores. El reconocimiento popular que voy palpando me da un terreno más sustentable para lo que vendrá.
Noticias: ¿Conduciría un reality, un ciclo de opinión o algún envío que no esté dedicado al deporte?
Butvilofsky: En general no me pongo límites. Tal vez estar conduciendo “TN extremo plus” me esté preparando para un salto hacia algún ciclo que tenga más contacto con la gente.
Noticias: ¿Alguna vez tuvo inconvenientes por sus opiniones deportivas?
Butvilofsky: No. Cada vez entiendo más que voy a tener que convivir siempre con el enojo por una opinión diferente.
Noticias: ¿Qué opina sobre la moda de los influencers?
Butvilofsky: Siempre que el formato para comunicar, ya sea a través de una red social o con tu propia imagen como vehículo para contar cosas, me parece bien; creo que es algo generacional, y hay influencers buenos y malos.
Noticias: ¿Cómo se lleva con el paso de los años?
Butvilofsky: Tengo la coquetería de un señor de 44 años (ríe). Lo más importante es que por hacer terapia y autoconocimiento, estoy contento conmigo. Incluso con cuestiones que antes eran complicadas. Me adopté y me conozco. Tengo manías como cualquiera, pero ya me di cuenta que puedo resolverlas sin hacerme tanta mala sangre. Son parte de mí y convivo con ellas.
Noticias: ¿Qué le diría a algún adolescente que sueña con triunfar en los medios?
Butvilofsky: Que no dejen de intentarlo. No hay nada más lindo que la sensación de haberse animado a dar el primer paso. Lograr algo, está precedido por una construcción, muy rigurosa, que tiene que ver con cosas que parecen sencillas, pero terminan llevándote al lugar indicado: no faltar, respetar a los compañeros, escuchar hasta las ideas que te incomodan. Esfuerzo, capacitación, ideas y método, son la hoja de ruta a seguir. Las decisiones correctas te llevan al lugar indicado.
Noticias: ¿Algo para destacar?
Butvilofsky: Si, a mis compañeros de conducción y de producción. El formato más logrado es el que tiene relaciones genuinas entre sus integrantes y eso sucede con nosotros.
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