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POLíTICA | 30-12-2019 11:21

Anecdotario del poder: las historias del Gabinete de Alberto Fernández

La librería de Cafiero. Los vinculos futbolísticos de Béliz, Filmus y Cabandié. Las clases de Katopodis y Solá. La banda de Kulfas.

El 10 de diciembre comenzó un nuevo gobierno en Argentina. Como todo equipo, sus hombres y mujeres de primera fila traen sus historias políticas, su biografía personal, pero también anécdotas desconocidas e insólitas. 

Rosada. El día de la jura fue histórico y emotivo para todos. Incluido para sus protagonistas: muchos de los que tomaron posesión de su cargo el 10 de diciembre no pisaban la Casa Rosada desde que el kirchnerismo había dejado el poder y algunos, como Alberto Fernández, incluso desde antes. La última vez que el Presidente había ido a Balcarce 50 no había sido un día feliz para nadie. Era octubre de 2010 y Néstor Kirchner acababa de fallecer. En la casa de Gobierno se realizó su funeral, y Fernández tomó la decisión de romper la distancia que mantenía con el entonces poder desde que se había ido en 2008. La fecha fue aún más triste de lo que el ex jefe de Gabinete podía imaginar: no sólo, según él contó, porque Oscar Parrilli le armó “una guardia de chicos de La Cámpora, como si hubiera ido a tirarme encima del ataúd”, sino porque, de salida, el entonces secretario de Obras Públicas le tiró a quemarropas: “¿Qué haces acá, traidor?”. “El tiempo dirá quién es el traidor”, le respondió Fernández a José López. 

Pero el 10 de diciembre fue un día de fiesta. Sergio Massa, otro que en los últimos diez años sólo había tenido una fugaz reunión en la Rosada con Macri, el día después de que el ex presidente asumió, se divirtió por esos pasillos en aquella jornada. Antes de que jurasen los ministros, aprovechó un rato libre para un almuerzo al paso. El problema fue que le trajeron unas rabas a la provenzal con bastante ajo, algo que pudieron atestiguar los otros comensales. “Se ve que acá se acuerdan de mí”, remató el presidente de la Cámara de Diputados, entre risas. También contó una infidencia: ya desafió al Presidente a un partido de paddle en la Quinta de Olivos. “Él dice que juega bien, vamos a ver”, dijo. 

Gustavo Béliz y Daniel Filmus

La redonda. En la liturgia peronista, los asados masivos y los partidos de fútbol están a la orden del día. Uno que tuvo presente ambos rituales este año fue Juan Cabandié, actual ministro de Medio Ambiente. Es que en uno de esos encuentros gastronómicos conoció a su ídolo, Juan Román Riquelme. Era mediados del año, y los había acercado un amigo en común, otro astro de Boca Juniors, Marcelo “Chelo” Delgado. Entre achuras y carnes, Riquelme reveló el motivo del encuentro: quería jugar fuerte en las elecciones presidenciales de su club, en las que pensaba destronar al entonces oficialismo. Y necesitaba a alguien con experiencia en acercar posiciones encontradas, ya que había varias listas opositoras. Cabandié, que cosechó logros como haber aproximado a Fernández con CFK, y a Vanesa Herrera de Noble, nuera de Ernestina, la mentora del Grupo Clarín, con el campo nacional y popular, parecía el hombre adecuado. Además, el ex diputado es hincha de Boca y, según dicen, hábil delantero. En esos meses frenéticos, en los que también trabajó en las elecciones nacionales, Cabandié fue clave para acercar a Riquelme con la lista de Jorge Ameal, que terminó triunfando. Gol.

No es el único futbolero del gabinete. Daniel Filmus, a cargo de la Secretaría de Malvinas, es incondicional seguidor de San Lorenzo. Filmus tiene dos anécdotas insólitas gracias al fútbol. Una es del 6 de agosto de 2014, el día que su club jugó contra Nacional de Paraguay por la ida de la final de la Libertadores. Lo difícil no fue sólo salir de la cancha en Asunción -estadio que el político abandonó envuelto en lágrimas, luego de un agónico empate paraguayo en la última jugada-, sino llegar: el hombre había tenido, horas antes, un acto en Tierra del Fuego, y el único avión que lo acercaba a la zona era uno que llegaba a Formosa. Cerca, pero tan lejos. La fortuna lo acompañó, ya que al bajarse en el aeropuerto encontró de casualidad a Gildo Insfrán. El entonces -y actual- gobernador de aquella provincia lo llevó el mismo, y a toda velocidad, en su camioneta oficial hasta la frontera con el país vecino. Códigos peronistas. 

El fútbol le dejó otro recuerdo a Filmus, también agridulce. Es de mayo de 2003, en el primer partido oficial en Olivos con el recién asumido Néstor Kirchner. El hincha cuervo no conocía al nuevo Presidente, pero aún así terminó jugando en su equipo, en el que atajaba Alberto Fernández. La primera pelota del partido terminó en los pies de un nerviosísimo Filmus, que no atinó a hacer otra cosa que patear al arco rival, donde estaba Sergio Massa. El gol era tan improbable que recibió un flor de reto de Kirchner. “¡Morfón! ¡No le vuelvas a pegar así!”, le gritó el pingüino. 

Gabinete de Alberto Fenrández

Otro que tiene una historia impensada con el fútbol es Gustavo Béliz. El ex ministro de Justicia, que terminó exiliado del país luego de mostrar el rostro del espía “Jaime” Stiuso, comparte una profunda amistad con Marcelo Gallardo. Se conocieron en Estados Unidos, donde el DT realizaba sus últimos pasos como futbolista profesional. “El Muñeco” jugó allí en el equipo DC United, mientras que Béliz se desempeñaba en el Banco Interamericano de Desarrollo. Casualidades de la vida: fueron vecinos. Aunque el político es hincha de Boca -incluso tuvo un paso como periodista deportivo en la revista El Gráfico-, la relación con Gallardo se afianzó por aquellos años, y varias veces lo fue a ver jugar al estadio Kennedy. El destino también los volvió a cruzar en Montevideo, en 2013, donde Gallardo dirigía a Nacional, el último equipo en el que estuvo antes de pasar a River. La relación entre ambos se hizo tan fluida que también trabaron amistad sus hijos, entre los que está Nahuel, que hoy juega en la primera del equipo millonario. 

Entre papeles. En el Gabinete hay varios estudiosos también. Es el caso de Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas. El ex intendente de San Martín, que estudió Derecho y fue profesor en Ciencias Políticas en la UBA, decidió hace un par de años darse un viejo gusto: estudiar Historia, carrera que cursó hasta semanas antes de ser nombrado en el Gabinete. Este año, en la Facultad de Filosofía y Letras, cursó Argentina I y luego Antigua I. Ahora decidió enfocarse en la gestión y dejar la cursada para el futuro. No es el único que tuvo que estudiar este año. Felipe Solá, el canciller, maneja poco inglés y apenas estudió el idioma cuando estuvo en el colegio y, décadas después, cuando fue secretario de Agricultura a fines de los 80. Este año comenzó a practicar la lengua universal en sesiones privadas, y hasta viaja con novelas escritas en inglés y, cuando puede, intenta ver series o películas sin subtítulos. Aplicado. 

El que siempre fue un entusiasta de la pluma fue el jefe de Gabinete. En 2016, Santiago Cafiero abrió una libería en su San Isidro natal, con el premonitorio nombre de “Punto de Encuentro”. El lugar, que también era sede de su editorial homónima, funcionó como lugar de talleres y de charlas, por la que pasaron el hijo de Mercedes Sosa, Fabián Matus, o el periodista Gustavo Sylvestre. A principios del 2019, apurado por la situación económica, la tuvo que cerrar. Por suerte para él, consiguió otra ocupación rápido.

Del mundo artístico, el que lleva la delantera en el Gabinete es el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. El ex integrante del Grupo Callao tiene una banda de rancheras junto a su esposa mexicana: Yamina del Real y sus Matías. Ella es socióloga, sexóloga -en las redes suele subir imágenes jugadas-, feminista, escritora y fotógrafa. Este año estuvieron activos, a pesar de la campaña: en noviembre tocaron en la Noche de los Museos, y el viernes 6 de diciembre, el mismo día en que a Kulfas lo confirmaron en su cargo, en el brindis de fin de año de la editorial Siglo XXI, en la que el hombre suele publicar sus libros. 

Gabinete de Alberto Fernández

Pero como acerca, el papel también divide. Es lo que le sucedió a Enrique Albistur con su esposa, la titular del Consejo Federal de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz. En 2005, NOTICIAS publicó una foto del entonces poderoso secretario de Medios vacacionando en Cariló como tapa, con título “El repartidor”. Fue tanto el rebote que tuvo aquella edición que al año siguiente, cuando una celestina quiso acercar a Tolosa Paz con Albistur, ella se negó a conocerlo. “¡Ese es el repartidor!”, decía, posición que mantuvo durante un tiempo largo. Por suerte el asunto tuvo final feliz y hoy, casi quince años después, siguen juntos. 

Setentas. En el Gabinete hay también historias tristes. Es el caso de Guillermo Olivieri y de Cecilia Todesca Bocco. El secretario de Culto estuvo detenido a fines de 1977 en la trágica Escuela de Mecánica Armada, junto a su entonces novia -y actual esposa- que estaba embarazada. Según contó en 2007 en el juicio contra Héctor Febrés, un oficial represor de la Prefectura Naval Argentina, por delitos de lesa humanidad, en la ESMA Olivieri sufrió torturas y golpizas. La vicejefa de Gabinete perdió a su padre biológico, Luis Bocco -que militaba en Montoneros-, en los años de plomo. La terminó adoptando un amigo del fallecido, que era el segundo de la organización guerrillera en Capital Federal: Jorge Todesca. La relación con su padre adoptivo sería tanta que la funcionaria adoptó, en los 90, el apellido del ex titular del INDEC. 

La que perdió a su padre, pero a fines de este año, fue Vilma Ibarra. La secretaria Legal y Técnica contó el 29 de noviembre que había fallecido Aníbal Ibarra, un abogado paraguayo que tuvo que exiliarse de su país por la dictadura. La nacionalidad del padre de la funcionaria fue, de manera insólita, a veces un motivo de burla para los Ibarra, cuando crecían. Aníbal, su hijo homónimo y ex jefe de gobierno porteño, contó en alguna ocasión que de chico sus compañeros lo cargaban diciéndole “piel banana”, un cruel juego de palabras con una serie de aquel momento que protagonizaba Arnaldo André. Por suerte, vinieron tiempos mejores. 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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