Sunday 28 de April, 2024

POLíTICA | 05-12-2023 07:47

Axel Kicillof: los planes del Jefe de la resistencia

Se presenta como la contracara de Milei y planea liderar el peronismo. Sus cruces con Máximo. La Provincia como refugio K.

Axel Kicillof tiene un debate interno, lejano. Que subyace a la gestión que debe continuar, al armado del nuevo gabinete que jurará el 13 de diciembre y a la preocupación por la relación que tendrá con Javier Milei. Detrás de todo eso aparece una pregunta importante para su futuro político: ¿ir o no ir en busca de la presidencia del Partido Justicialista?

Hay tantos consejeros que marean. Están los que dicen que en el peronismo nadie renuncia a una cuota más de poder. Que si sus intenciones son las de buscar la Presidencia en el 2027, nada mejor que mantener a la dirigencia ordenada debajo suyo. Pero hay otros que sugieren esperar y concentrarse en la gestión: se le vienen tiempos difíciles, sin un gobierno nacional amigo.

Primero tendrá que acomodarse a la lucha constante contra La Libertad Avanza, si no el desgaste de su segundo mandato terminará por depositarlo en la recta final sin fuerzas. Por ahora, él no tiene una respuesta contundente a ese dilema. Al menos, no dio señales al respecto y la incertidumbre reina en el justicialismo.

Apoyos.

Julio Zamora, intendente de Tigre reelecto, lo ponderó en una entrevista en Modo Fontevecchia: “Kicillof tiene las condiciones para liderar el peronismo”. Aunque, por miedo a quedar en off side, luego relativizó su posición: “Poseer las condiciones no quiere decir que lo sea”.

Pero el gobernador también tiene sus detractores. Alberto Fernández, actual presidente del PJ, subió de categoría a los propios. Cuando le preguntaron si Kicillof sería el nuevo mandamás del partido, contestó: “Hay un montón. ¿Por qué no Victoria Tolosa Paz, Gabriel Katopodis o Jorge Ferraresi?”, dijo recordando algunos de los que pasaron por ministerios durante su gestión.

Alberto Fernández tiene mandato en el PJ hasta abril del 2025 e intentará cumplirlo. Aunque sus declaraciones acerca de que se iría a España, finalizada su presidencia, para “tomar distancia”, fueron interpretadas como un renunciamiento. Podrá abrazarse al partido, pero su imagen está tan desgastada que tiene poco para ofrecer. Para colmo, ya empezaron a sonar voces que piden su alejamiento.

Su deslucida gestión, primero, y la campaña de Sergio Massa luego, que lo excluyó de forma evidente y convirtió al ministro de Economía en un virtual mandamás del espacio, mostraron la falta de apoyo dirigencial que tiene el Presidente. De haber ganado las elecciones, el tigrense era el número puesto para liderar el PJ. Su derrota deja, otra vez, abierta la discusión.

Para no ir al choque contra Alberto, hay quienes plantean la posibilidad de que se tome licencia mientras se va a Europa a dar clases. En ese caso, el control del espacio quedaría en manos de la vicepresidenta primera, Cristina Álvarez Rodríguez, una dirigente ultra K. Detrás, como vicepresidente segundo, acecha Kicillof.

En la última reunión con intendentes, le pidieron expresamente al gobernador bonaerense que se jugara a liderar el PJ. Luego lo respaldaron en los medios: “Tiene que conducir a la oposición. Es la única propuesta fuerte que tenemos”, dijo Mario Secco. Y agregó: “Muchos son intendentes gracias al gobernador. Si se ganó en lugares que no se pensaba ganar es porque Axel sacó 20 puntos de diferencia en la Provincia”.

Kicillof recibe con gratitud los elogios, pero entiende que apuntarse en esa carrera puede traerle un grave problema interno: tensaría aún más la cuerda en la relación con Máximo Kirchner. Y pondría a Cristina entre la espada y la pared. ¿Qué pasaría si llega el momento en el que su mentora política debe elegir entre él y su hijo? Preferiría evitar ese escenario.

Disputa K.

La Cámpora no pide nada, pero su presencia exige. Algunos ministros nacionales del kirchnerismo podrían recluirse en la Provincia tras la retirada nacional: el nombre que más suena es el de Juan Martín Mena. Se sumaría a los jefes de carteras que ya tiene la agrupación de Máximo K, Nicolás Kreplak en Salud y Daniela Vilar en Ambiente, además de otros funcionarios.

El detalle sobresaliente para el espacio de Máximo es su desarrollo territorial: por primera vez tendrán al mando tantos distritos. La Cámpora consiguió doce intendencias y aspiran a dotar de poder al hijo de la vicepresidenta desde allí, acompañados por su importante presencia en la Legislatura bonaerense.

Máximo rearma su estructura de poder en silencio, fiel a su estilo. Sabe que, a pesar de los cortocircuitos con Kicillof, deberá surfear la relación durante los próximos años. Más allá de su apellido, el que tiene la lapicera es el gobernador. No puede cortar relaciones.
Es obvio que la mira del gobernador está puesta en el 2027. El peronismo todavía no dejó el poder y ya piensa cómo recuperarlo. En ese contexto, Kicillof quedó primero en el trampolín para dar el salto. Pero no se puede apurar, a pesar de los empujones de otros dirigentes. Las carreras también se pierden por tirarse al agua antes de tiempo.

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Carlos Claá

Carlos Claá

Periodista político

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