Sunday 28 de April, 2024

POLíTICA | 11-12-2023 05:55

Luis Caputo: un ministro de alto riesgo

Las dudas del plan de Milei y los chispazos con Macri.

Javier Milei está frenético. Camina de un lado a otro en la amplia habitación que ocupa en el piso 21 del Hotel Libertador. Está sin calzado, en medias, y con un fibrón negro en la mano. Mientras que se mueve no deja de hablar, y enfatiza sus ideas con las manos, que suben y bajan sin parar. En la suite instaló un gran pizarrón, como si siguiera siendo un economista de la televisión y no el Presidente electo. Sobre ese tablero hace y deshace números, saca flechas, ecuaciones, explica, discute consigo mismo. Se obsesiona. 

El tema que más ocupa su cabeza hoy ya no es la dolarización, el cierre del Banco Central, la cada vez más tirante alianza que tiene con Mauricio Macri, el endeble armado que a las corridas está haciendo de su futuro gabinete, ni las primeras medidas a tomar apenas se siente en el sillón de Rivadavia. Es otro, que tiene seis letras pero que hoy monopoliza la mente del entrante mandatario: Leliqs.

Javier Milei y Luis Caputo

“Es la bomba de la economía, me dejaron una bomba, hay que desarmar esta bomba”, repite una y otra vez en su caminata por la habitación del hotel. Para entender la designación de Luis “Toto” Caputo en el ministerio de Economía hay que, entonces, arrancar por acá. Para Milei es el ex secretario de Finanzas del macrismo quien le trajo el mejor plan para desactivar “la bomba”, una que curiosamente el flamante funcionario contribuyó a crear.

El “Messi de las finanzas”, como lo bautizó el ex jefe de Gabinete macrista Marcos Peña, conectó con esa fibra sensible del libertario, que en los últimos meses fue ganando lugar entre todos sus miedos. Pero es una apuesta de alto riesgo. Para Milei, para Caputo y, sobre todo, para la Argentina. El futuro es tan sólo una gran incógnita.

Alianza al filo

“Para el 2023 van a estar juntos, muchachos, no se enganchen tanto”. Eso le decía Caputo en noviembre del 2021, unos días antes de las elecciones legislativas en las que Milei sacó 17%, a Martín Tetaz y el economista liberal Miguel Boggiano. Ellos se estaban peleando justamente por la figura del libertario, y el ex secretario se metió a mediar. “Javier tiene mucho mérito”, cerró su idea. Fue una profecía que se terminó cumpliendo, al menos en la lógica de que La Libertad Avanza y el PRO se acercaron en el último tramo de la campaña.

Toto Caputo

Esta anécdota hace juego con una realidad que empieza a asomarse en el horizonte libertario. Es la que marca que la distancia con Macri empieza a crecer -algo que NOTICIAS sostuvo apenas ocurrió el “Pacto de Acasusso”-, y no sólo eso: que no fue el ex presidente quien empujó a su otrora funcionario al cargo que va a ocupar ahora.

Salvo una persona de extrema confianza del ex presidente, que ante una pregunta de este medio sostiene que fue él quien “sugirió” el nombre de “Toto”, el resto de las fuentes consultadas -no sólo de LLA sino también del PRO- aseguran que el ingeniero no tuvo nada que ver en la designación. Y aún más: que Macri se enteró de que existían charlas entre Caputo y Milei mucho tiempo después de que estas comenzaran. “Y eso a Mauricio no le cayó para nada bien”, cuenta uno de sus laderos.

Hay acá una doble dimensión de problemas. La primera: Luis Caputo es el hermano de Nicolás, el histórico “hermano del alma” de Macri -con el que ahora atraviesa unos momentos de tensión-, y es íntimo amigo del ex presidente. “Toto” y Mauricio estrecharon mucho el vínculo durante la gestión, y el nuevo ministro hasta tiene una casa en Cumelén, a dos de distancia de la que ostenta el fundador del PRO.

Pasan veranos enteros allí. Pero la segunda dimensión del problema es la más importante. Macri y varios de su círculo sienten que Milei no les está jugando “bien”. Que no está valorando lo suficiente el apoyo mediático y logístico -y también monetario, vía los empresarios que contribuyeron a la campaña- que le dieron en el último tramo de la campaña. Para pasarlo a criollo: entre otros, Macri pedía el ministerio de Justicia para Germán Garavano y el control de YPF -empresa que le interesa cada vez más desde que empezó a tejer vínculos con los qataríes y los árabes- para Javier Iguacel.

No sólo no le dieron nada sino que tuvo que tragarse un sapo doble: ver a uno de los suyos saltar de bando y, además, hacerse cargo de los costos de ese paso. Es que, a pesar de lo que relatan estas páginas, el grueso de la sociedad parece aceptar que “Toto” fue puesto a dedo por Macri, como se piensa de Patricia Bullrich, algo que también está lejos de ser cierto.

Es de esperar que, si las cosas no salen bien -y hasta el propio Milei pronostica “seis meses muy duros” y luego hasta “dos años de estanflación”-, muchos miren al ex mandatario como el gran culpable. ¿Quién va a pagar los platos rotos?
 

 

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Juan Luis González

Juan Luis González

Periodista de política.

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