Thursday 2 de May, 2024

POLíTICA | 01-12-2023 10:16

El poli-espia-periodista Zanchetta teme por su vida

El ex policía acusado de espíar a políticos, jueces y personalidades denuncia abandono y falta de controles médicos.

Suena el teléfono el viernes 24 de noviembre por la tarde. Al atender, antes de poder decir “hola”, se escucha la voz grabada de una mujer que dice: “Esta llamada proviene de un establecimiento penitenciario”.

Noticias: Hola.

Ariel Zanchetta: Hola, soy Ariel Zanchetta.

Al ex policía, convertido en periodista y acusado de espía se lo escuchaba un poco agitado y con bronca. Decidió llamar para pedir ayuda y denunciar que sus problemas de salud se estaban agravando. 

Noticias: Ariel, ¿cómo está?

Zanchetta: Mal. Me tienen abandonado. No tengo la medicación, estoy comiendo mal y nadie responde.

Noticias: ¿Por qué? ¿Qué necesita?

Zanchetta: Qué me atiendan. Los valores de la glucemia están por las nubes, me duelen las piernas, no puedo dormir bien (se quiebra su voz). Estos hijos de puta me quieren matar.

Ariel Zanchetta es el ex policía que quedó detenido luego de ser acusado de hacer espionaje a políticos, empresarios, periodistas y jueces y enviar informes al diputado K, Rodolfo Tailhade y al vocero de la AFIP, Fabián "Conu" Rodríguez (ver recuadro).
El abogado de Zanchetta, Fernando Scanavino, presentó un escrito para solicitar que se le realicen en forma “urgentísima” informes médicos y se le brinde una “dieta recomendada”.

Argumenta que el deterioro de salud de su cliente comenzó a partir del cambio de lugar de detención. “Mi defendido es paciente diabético tipo 2 que, desde su detención en junio del presente año, fue alojado en el escuadrón de Gendarmería y dada la alimentación que se le suministraba, las mediciones posteriores se mantuvieron en valores normales”, comienza el escrito de su abogado. Y sigue: “Desde su ingreso al penal de Marcos Paz, el suministro de alimento no sólo no respeta las indicaciones para el caso, sino, por el contrario, atenta contra su salud toda vez que carece de alimentos acorde al estadio de su enfermedad”, continuó el letrado y también detalló que Zanchetta tuvo una “gran perdida de peso” y se profundizaron síntomas como “adormecimiento de miembros superiores e inferiores, aparición de forúnculos, alta medición de glucosa, intensos dolores de cabeza, dolor de espalda y dolor al orinar”. Todos “síntomas que se potencian en estas condiciones de encierro prolongado”. Sobre este punto, Scanavino en comunicación con NOTICIAS sostuvo que para un paciente diabético es bueno el ejercicio físico y que Zanchetta, cuando vivía en Junín, “por lo meno salía a caminar. Ahora no hace nada”.

Un episodio que relata Zanchetta es que desde que cayó preso no recibió atención médica e incluso la semana pasada cuando fueron a asistirlo, dice que lo maltrataron e hicieron “caso omiso a la prescripción de su médico de cabecera, quien solicitó estudios clínicos sobre la producción de insulina en el páncreas” para conocer “el estadio de la enfermedad”.

Luego de muchas idas y vueltas, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi tomó cartas en el asunto y envío un oficio al Servicio Penitenciario. “Requiérase al Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz que remita a este juzgado, de carácter urgente, un informe que contenga los controles de glucemia realizados a Ariel Pedro Zanchetta desde su ingreso al día de la fecha”, comenzó el escrito del magistrado y agregó que también deberán “aportarse todos los chequeos médicos efectuados, como así también informar la dieta que se le suministra y cualquier cuestión que resulte de interés tener conocimiento, vinculado a su cuadro especial de salud”. 

Zanchetta se convirtió en un personaje incómodo para el Gobierno porque sus teléfonos, computadoras y discos rígidos están siendo analizados por la Justicia y una decena de querellantes entre los que están Antonio “Jaime” Stiuso, Eduardo “Wado” De Pedro, Silvio Robles –secretario de Horacio Rosatti– y otros actores de las política sobre los que Zanchetta acumulaba información.

El caso podría escalar a otros funcionarios y militantes del Gobierno que habrían mantenido conversaciones con Zanchetta, no solo a través de mensajes escritos, sino también audios. 

Cuando esta revista comenzó a averiguar sobre el estado de salud de Zanchetta se encontró con que no solo el abogado defensor del ex policía es el único preocupado por los controles médicos, sino que algunos querellantes –las fuentes del juzgado no quisieron especificar quienes– también habían solicitado al juez que por favor “cuiden a Zanchetta”, porque el preso estaba en manos del kirchnerismo, que sería el principal sector político perjudicado por las andanzas de Zanchetta.

Desde la cárcel, Zanchetta se queja del trato desigual que tiene respecto de otros casos en los que hubo espionaje y no hay nadie preso. Y se compara con el caso de los familiares de las víctimas del submarino Ara San Juan, en el que todos los acusados de espionaje como Mauricio Macri, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani terminaron deslindados de responsabilidades, lo mismo la banda de los “Mario Bros”, que espiaron a políticos, empresarios y periodistas entre 2016 y 2019 y están todos libres.

Zanchetta teme que se olviden de él. La agenda mediática mutó hacia la asunción del nuevo Gobierno y ya nadie se acuerda del caso de espionaje. Tal vez su llamado fue para eso, para seguir en el radar.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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