Tuesday 10 de December, 2024

POLíTICA | 18-10-2021 14:30

Christian Castillo: "La identidad peronista hoy es más débil”

El sociólogo, fundador del Partido de los Trabajadores Socialistas y actual coordinador de la campaña del FIT analiza el rol de peronismo en las grandes reivindicaciones obreras de la Argentina.

Christian Castillo, o “el Chipi”, como le dicen sus compañeros, fundó el PTS en la década del 80. Considerado un intelectual de izquierda, fue director de la carrera de Sociología de la UBA, candidato a Gobernador de la provincia de Buenos Aires y actualmente coordina la campaña electoral del Frente de Izquierda a nivel nacional. Consultado por Noticias, el sociólogo analizó el fenómeno del 17 de octubre y realizó una lectura sobre el rol de Perón en las grandes reivindicaciones de la clase trabajadora argentina. “Perón se caracterizó por contener, frenar y perseguir cualquier intento de autonomía obrera”, opinó, y asegura que “la identidad peronista ya no es lo que era”.

Noticias: ¿Qué análisis hace como intelectual de izquierda sobre lo que sucedió el 17 de octubre de 1945?

Castillo: Sin dudas lo que ocurrió esa fecha fue una movilización obrera que irrumpe en medio de una crisis del gobierno militar de entonces. Una movilización que tuerce el sentido en el que sucedían los acontecimientos. Por otra parte, es la fecha en la que nace el peronismo como movimiento político, con la paradoja de que posteriormente el peronismo también se va a caracterizar por tratar de evitar que haya nuevas manifestaciones obreras que tuerzan el curso de los acontecimientos. Esa movilización obrera, además, es la base para el triunfo de Perón en las elecciones de 1946 que, recordemos, se hacen bajo el Partido Laborista. Es decir, Perón inicialmente se apoya en los sindicatos, que a la vez habían recibido apoyo y tutela estatal. Esto es un dato porque la clase obrera irrumpe en la vida política el 17 de octubre, pero lo hace a costa de perder su independencia política y pasar a ser, como el propio Perón decía, la columna vertebral del movimiento, pero no su cerebro, no su dirección.

Noticias: ¿Qué corte político le adjudica a esa movilización obrera?

Castillo: Bueno, el mismo Perón en su célebre discurso de 1944 en la Bolsa de Comercio había adelantado cuál era su posición, y no era un cuestionamiento al capitalismo sino una política para evitar el fin del capitalismo y para contener al comunismo. Recordemos que Perón les dice a los empresarios “yo para ganarme el apoyo de la clase obrera tengo que a veces hablar el lenguaje de la revolución” y el lenguaje que los trabajadores entienden, porque justamente en la Argentina el movimiento obrero no nace con el peronismo sino que tiene una larga historia en la que había sido en parte anarquista, socialista, comunista y Perón trabaja sobre esa realidad preexistente de la clase trabajadora argentina, en una situación del mundo de entreguerras  donde estaba la disputa por cuál de las metrópolis dominantes tenía el control de la región.

Noticias: ¿Por qué cree que el sindicalismo, que contaba con líderes experimentados como Cipriano Reyes en el sindicato de la carne y fundador de ese Partido Laborista que lo lleva a Perón a la presidencia, acepta ese rol de columna vertebral pero no de dirección?

Castillo: La realidad es que no lo aceptan, Perón lo impone. Porque una vez que llega a la presidencia, lo primero que Perón busca es disolver el Partido Laborista y Cipriano Reyes va a ser fuertemente perseguido por el propio Perón. Eso va a dar lugar a un intento de Perón por entronizar como nuevo dirigente de la CGT a alguien que no tenía ningún peso real en el movimiento de masas. Cipriano Reyes era un dirigente de la carne y uno de los grandes organizadores del 17 de octubre. Por eso digo que no casualmente Perón va a intentar contener cualquier posibilidad de autonomía obrera durante su gobierno. Eso no quita que no haya habido grandes huelgas durante el primer peronismo, del sector del azúcar, de los ferrocarriles, de los metalúrgicos en 1954, y que Perón, en general, va a enfrentar de una manera común: descabezando a los dirigentes de la huelga y a la vez cediendo en muchos de los reclamos. La historiadora canadiense Louise Doyon ya hace varios años demostró cómo la mayoría de las medidas favorables a la clase obrera tomadas por Perón fueron respuestas a movimientos de protestas de la clase trabajadora y eso me parece que es una característica. Pero insisto, es Perón el que se va a caracterizar por contener, frenar y perseguir cualquier intento de autonomía obrera durante su gobierno.

Noticias: ¿Cuál piensa que es el aspecto del peronismo que genera ese fenómeno identitario tan fuerte en la clase trabajadora?

Castillo: Bueno, las mejoras materiales en sus condiciones de vida. Durante el peronismo se logra concretar un aumento sustancial de salarios, por lo menos hasta 1952. Hay un aumento de la participación de la clase obrera en la renta nacional, aguinaldo, vacaciones pagas, beneficios sociales vinculados a la pertenencia sindical, acceso a la vivienda. Esos elementos creo que explican la adhesión de la clase trabajadora al peronismo.

Noticias: ¿Y por qué cree que la izquierda no ha logrado nunca generar esa afinidad con una clase que es su sujeto principal?

Castillo: Creo que hay distintos elementos. Primero, en el origen del peronismo hay una posición totalmente equivocada que van a tener tanto el Partido Comunista como el Partido Socialista, que eran las fuerzas mayoritarias en la izquierda de aquel momento, que le van a facilitar la tarea a Perón de lograr el liderazgo de la clase trabajadora. Recordemos que tanto el PS como el PC adhieren a la Unión Democrática en las elecciones de 1946, aliados con el radicalismo, con la oligarquía y la Embajada de Estados Unidos. Esa posición va a ser utilizada por Perón para ganar el liderazgo de la clase obrera y desacreditar las ideas de izquierda. También está el vergonzoso papel del Partido Comunista frente al golpe de 1955, que mientras el peronismo era proscripto ellos van a tener legalidad. Entonces esa política de colaboracionismo con la burguesía también es clave, aunque hay que aclarar que no fue la actitud de toda la izquierda. Las corrientes que en ese momento se reivindicaban trotskistas van a enfrentar el golpe, lo van a cuestionar fuertemente y van a tener una incidencia importante en lo que fue la resistencia peronista.

Noticias: ¿Se mantuvo inalterable esa identidad peronista de la clase trabajadora?

Castillo: En realidad, no tuvo la misma persistencia durante todo el período histórico posterior al golpe del 55. Por ejemplo, cuando se produce el Cordobazo, esa gran gesta obrera y estudiantil que para nosotros tiene la magnitud del 17 de octubre, la consigna era “luche, luche, luche, no deje de luchar, por un gobierno obrero, obrero y popular”. No tenían nada que ver con la vuelta de Perón. Y en todos los levantamientos obreros más importantes de ese período, no sólo el Cordobazo, sino los dos Rosariazos, el Viborazo, el Mendozazo, el peronismo no tiene un lugar central en esos acontecimiento de lucha. Recién cuando ya existe la posibilidad de la salida electoral y se empieza a negociar en esos términos y comienza la pulseada entre Lanusse y Perón es cuando hay una revitalización del peronismo y se va a desarrollar una tendencia de izquierda dentro de ese movimiento que canaliza parte de ese descontento a pesar de que existía una izquierda no peronista también muy fuerte y un auge de la militancia revolucionaria obrera y estudiantil.

Noticias: Se le suele otorgar un carácter inédito al peronismo, como “fundador de la tercera posición”, ¿es realmente así?

Castillo: Argentina, al igual que muchos países de la región y otros como la India, países árabes o africanos, estaba alineada desde antes de la década del 30 con Gran Bretaña. Ese liderazgo en la década del 40 ya estaba siendo eclipsado por la figura de Estados Unidos. En esa puja Perón interviene para tratar de ubicar a la Argentina expresando principalmente los intereses de la burguesía nacional y a la vez logrando la adhesión de la clase trabajadora. Pero no es inédito, lo hace como lo hizo todo un conjunto de movimientos similares. Como México con el fenómeno del Cardenismo, Brasil con el Varguisimo, Bolivia con el Movimiento Nacionalista Revolucionario y en parte también Perú con el APRA, aunque ese caso, no llegan al gobierno. Todos eran movimientos con rasgos similares: las burguesías locales tratando de maniobrar frente a las potencias imperialistas y tratando de lograr la adhesión de las masas trabajadoras y campesinas. En el caso del peronismo el rasgo saliente va a ser la alta sindicalización y el peso de la clase obrera junto con una situación económica extraordinaria que va a permitir conquistas a la clase trabajadora, inafectable en lo central a la propiedad capitalista. Para dar un ejemplo claro y directo, con Perón se consigue el Estatuto del Peón, pero no hay una reforma agraria, es decir la propiedad de la tierra de la oligarquía jamás fue cuestionada.

Noticias: Entonces, ¿por qué subsiste el peronismo hasta el día de hoy?

Castillo: Bueno, el surgimiento de esa izquierda peronista le permite también al peronismo revitalizarse. Cuando muere Perón y queda muy cuestionado el gobierno de Isabel y López Rega, que recordemos es el primer gobierno peronista que sufre una huelga general y tiene un movimiento de masas que lo repudia, por el plan de ajuste de Celestino Rodrigo y por muchas otras cuestiones, ahí es cuando sucede el golpe de Videla y termina de abortar esa experiencia de auge de masas. Sin embargo, a diferencia de otros movimientos, el peronismo va a tener, como se dice ahora, mayor capacidad de resiliencia, de reciclarse. Porque el peronismo post última dictadura va a tener como característica el zigzagueo político, o dicho más críticamente un camaleonismo político muy peculiar. Porque pasa del peronismo ortodoxo en el 83 a la renovación con Caffiero, luego con Menem a un peronismo neoliberal y luego a un perfil de centro izquierda con los Kirchner. Entonces creo que ese zigzagueo permanente es lo que le ha permitido mantenerse, aunque con una identidad, creo yo, mucho más débil. No hay esa adhesión, insisto, creo yo, que tuvo en su momento. Es más, una federación de partidos, una coalición política en este momento, que una identidad unificada. Que había quedado muy golpeado post Menen y luego Kirchnerismo supo reciclar con una generación joven que no era peronista se vuelque al peronismo.

Noticias: Hay una experiencia en curso ahora con el gobierno de Alberto Fernández.

Castillo: Es cierto, hay que ver cómo se procesa. Si los desencantos que está produciendo en muchos de sus votantes probablemente estén generando las condiciones para una superación de esa experiencia histórica y que esa superación sea por izquierda. Por lo menos, eso es a lo que apostamos nosotros.

*Nicolás González es alumno de segundo año de la Escuela de Comunicación de Perfil.

por Nicolás González

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