El gobierno de la provincia de Misiones lanzó una campaña de señalización vial destinada a proteger a los tapires que cruzan rutas provinciales, pero los carteles generaron polémica al incluir ilustraciones de los animales con una cola larga y sin trompa característica. Según La Política Online, los errores fueron advertidos casi de inmediato.
La iniciativa, impulsada por el ministro de Ecología provincial, buscaba alertar a los conductores para que redujeran la velocidad en zonas con fauna silvestre. Sin embargo, en los carteles —colocados en áreas donde suele haber tránsito de la especie tapir— el ejemplar aparece con una cola exagerada y careciendo de la trompa prensil que define al animal.
Las imágenes muestran además a una madre tapir y su cría cruzando una ruta, pero el diseño fue cuestionado por técnicos del área. Una fuente anónima del ministerio citado por otros medios reprochó que “los tapires tienen una cola de 5 o 10 centímetros y una trompa prensil, que es característica de la especie”.
La repercusión en redes sociales fue inmediata. Usuarios y especialistas en fauna silvestre criticaron el error y señalaron que, si bien la intención de la campaña era correcta, la ejecución dejaba mucho que desear. Ante el revuelo, el ministro retiró algunas de sus publicaciones oficiales que promocionaban la iniciativa.
El tapir es el mamífero terrestre más grande de Sudamérica y fue declarado monumento natural en Misiones, junto al yaguareté y al oso hormiguero, mediante la ley provincial 2.589 de 1988. Con ese estatus de protección, la señalización vial era una medida lógica y necesaria. El problema radica en que la campaña no respetó los detalles clave del animal que pretendía resguardar.
El episodio plantea una doble lectura: por un lado, la buena intención de preservar a la fauna silvestre y sensibilizar a la población; por otro, la importancia de consultar especialistas y afinar los mensajes públicos para evitar que una campaña bien orientada pierda credibilidad por fallas de diseño.
En definitiva: en Misiones se pegó un cartel para proteger a los tapires… pero con cola larga y sin trompa, un detalle que al público no pasó desapercibido y que abre la puerta a una reflexión más amplia sobre comunicación pública, fauna y responsabilidad institucional.














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