El martes 26 de octubre, Marcelo Longobardi presentó su renuncia a las autoridades de Radio Mitre. Tenía ganas de hacerlo. Lo disfrutó. Desde hacía meses estaba en conflicto con los dos Jorges más fuertes de la emisora: Jorge Lanata, el conductor del segundo programa más escuchado de esa radio, y Jorge Porta, el gerente de Programación.
El cortocircuito más fuerte se produjo en agosto de este año, cuando Lanata se enojó porque Longobardi había terminado su programa tres minutos tarde, por lo que decidió hacer silencio durante otros tres minutos. Durante ese silencio Longobardi habló y Lanata no le respondió. Ese gesto detonó todo y el conductor de la primera mañana de Mitre decidió dejar de hacer ese segmento juntos de las 10 de la mañana conocido como “el pase”. A sus amigos, Longobardi les dijo que sintió que Lanata le había escupido la cara.
El conductor de “Lanata sin filtro” explicó en televisión que “Marcelo tiene un problema, que es que avanza sobre el horario de los demás. Mi programa va de 10 a 14, y durante diez años él terminó a las 10.20. Me comía media hora. Diez años después logré que pusiera un informativo a las 10, el pase se adelantara y yo empezara después del informativo. Con eso hubo dos semanas de paz. Pero estas últimas semanas, un día entregó cuatro minutos tarde, otro seis, y ese día yo le dije: ‘Si entregás tarde voy a hacer esa misma cantidad de minutos de silencio’. Y eso hice”. Este episodio fue relatado en el programa de Mirtha Legrand, conducido por su nieta Juana Viale.
Un episodio que habría enfurecido a Longobardi fue una situación que podría pasarle a cualquiera. Lanata estaba hablando con un amigo, algunos testigos afirman que estaba con el consultor Guillermo Seita, quien le preguntó: "¿Qué pasa con 'Longo', por qué no se amigan?", a lo que Lanata le respondió: "No hablo hace mil con Marcelo, mirá los chats" y le mostró el celular, pero en un acto de torpeza apretó el botón de notas de voz y siguió hablando de su compañero de radio. El contenido del mensaje de voz no trascendió, pero las fuentes sostienen que a Longobardi no le gustó.
En esta discusión, Longobardi prefiere el perfil bajo y no salir a cruzar a Lanata. En charlas con amigos periodistas deslizó que hubiera preferido que Lanata lo insultara puertas adentro por el tema del horario y no “sacar los trapitos al sol”. Pero la pelea podría tener también un aspecto narcisista. Longobardi es el líder indiscutido de la radio y Lanata nunca pudo llegar a ese lugar. Lo más lejos que llegó Lanata en audiencia fue en Radio Mitre gracias al proyecto colectivo que armó con Longobardi, donde “el pase” llegó a tener el 55% del share. En materia de peso mediático, Lanata es más grande que Longobardi porque es una celebridad televisiva que hizo grandes éxitos como “PPT” y su estilo marcó una época del periodismo argentino. Pero en el universo radial, Longobardi se destaca más que Lanata. Su programa, “Cada Mañana”, es el más escuchado de toda la radio y lidera la franja de 6 a 10 de la mañana desde hace más de 20 años. Una constancia casi inédita.
Esta renuncia de Longobardi es un hito en la historia de la radio porque termina con un programa que marcó la agenda periodística durante dos décadas.
Más peleas. El vínculo con los directivos de la radio también está roto. Allí el mandamás periodístico es Jorge Porta, quien supo aprovechar el desmembramiento de Radio 10 cuando en 2012 Daniel Hadad la vendió a Cristóbal López, y armó un dream team que sedujo a la audiencia. La llegada de Longobardi en ese entonces ordenó la programación y los números comenzaron a acompañar a la emisora, que pasó a mejorar en rating y también en anunciantes. Algo de lo que los conductores son conscientes.
El vínculo con Porta se quebró una tarde que el gerente de Programación de la radio le habría ofrecido conseguirle una entrevista con el diario Clarín para responder lo que Lanata había dicho en el programa de Mirtha Legrand. Aquel día, Longobardi, según le contó a sus compañeros de trabajo, sintió que lo que se buscaba era alimentar el conflicto en vez de resolverlo. Longobardi no quiere (o no se anima a) llevar su conflicto con Lanata a la arena mediática, en la que el conductor de PPT tiene mayores recursos.
Platita. Hoy el recibo de sueldo de Longobardi ronda los 2 millones de pesos, un equivalente a 10 mil dólares si se toma la cotización actual del dólar blue. Y el segundo de tanda ronda los 850 pesos. Es decir que Mitre recupera el pago mensual de su mayor estrella en una sola mañana. De todos modos, los acuerdos comerciales suelen ser más complejos e incluyen PNTs y otros “chivos” que, por lo general, se comparten con el conductor.
En CNN, el sueldo de Longobardi rondaría los 20 mil dólares y la carga horaria es mucho menor, porque su programa es semanal, además de que trabaja en diferentes partes del mundo y comparte cartel con Don Francisco, uno de los conductores más exitosos de la televisión latinoamericana. Para ir a la radio, en cambio, se levanta todos los días a las 4 AM, por la mitad del salario.
Todas estas variables se pusieron sobre la mesa para analizar su renuncia, pero hay un aspecto superior, que Longobardi compartió en una charla con su amigo Daniel Hadad: se rompió una armonía, una convivencia que había costado contruir. Longobardi sostiene que a él le gusta “diseñar ambientes de trabajo”, en donde cada uno cumple un rol y él prefiere tener un perfil bajo.
Compañeros. Otros inquietos por el futuro de Longobardi son sus compañeros de trabajo Guillermo "Willy" Kohan, el humorista "Rolo" Villar y la locutora María Isabel Sanchez, quienes llegaron de la mano de él a Radio Mitre. Al igual que aquella salida conflictiva de Radio 10, en 2012, hoy también las novedades se las van enterando por los medios y no les agrada la situación.
Si todo se resuelve de manera armónica, Longobardi volvería el lunes 1 de noviembre a la radio y continuaría hasta el 17 de diciembre, pero si la crisis se profundiza, los oyentes podrían no escucharlo nunca más.
Hoy los candidatos a sucederlo son Jonatan Viale, Luis Novaresio o Pablo Rossi, quien ya contó que lo llamó para decirle que estaba dispuesto a continuar con su legado. Al cierre de esta edición, el final estaba abierto y se seguían sumando nombres.
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