Tuesday 10 de December, 2024

POLíTICA | 10-11-2021 14:40

Gustavo Beliz, el negociador oculto de Alberto Fernández

Fue clave en el viaje del Presidente a Roma y la negociación con el FMI. El karma de “Jaime” Stiuso y la desconfianza de Cristina Kirchner.

En la foto, detrás del encuentro casual de Alberto Fernández y Joe Biden, quedó retratado el canciller Santiago Cafiero. En la negociación con el FMI, siempre el mencionado es el ministro de Economía, Martín Guzmán. Sin embargo, en las sombras, hay un funcionario que teje hilos y da puntadas en cada uno de los equipos del Gabinete, aunque lo hace, casi sin excepciones, detrás de escena. Un protagonista sin visibilidad: Gustavo Beliz.

El secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia se convirtió en un actor clave de la gestión de Alberto Fernández. Dos semanas antes de la gira del G20 viajó a Estados Unidos y se reunió con un asesor de Joe Biden, para acercar posiciones. Y cuando el Presidente regresó de Roma, se quedó con Guzmán en el viejo continente negociando la deuda con el Fondo. Siempre desde el más bajo perfil.

Reacio a las entrevistas, es uno de los pocos funcionarios sin redes sociales, a las que acusa de ser un “desierto espiritual”. Un político raro. Hombre de máxima confianza de Alberto, pero uno de los que siempre estuvieron en la lista negra de Cristina Kirchner. Haciendo equilibrio en la fórmula presidencial, se convirtió en uno de los pocos que intenta resolver problemas en un momento convulsionado de la Casa Rosada.

Protagonista

El saludo poco protocolar entre Fernández y Biden tenía un antecedente inmediato. Es que, si bien los mandatarios no se conocían, Beliz era el puente entre ambos. De hecho, a finales de octubre, el secretario se reunió con el consejero de Seguridad Jake Sullivan, principal asesor del presidente norteamericano. En ese encuentro acordaron impulsar una agenda compartida y dialogaron sobre una de las principales problemáticas argentinas: la deuda con el FMI.

Beliz se convirtió en una pieza clave en la negociación. Por eso, cuando Alberto Fernández regresó al país, tras el G20, el secretario se quedó en Roma con Guzmán, para avanzar en la búsqueda del acuerdo. Fue una reunión maratónica, de más de diez horas. Pero otra vez, las fotos de ocasión no lo mostraron.

Lo que el hombre de confianza de Alberto Fernández no pudo resolver en el viaje a Roma fue un encuentro con el Papa Francisco. Y eso que Beliz cultivó una relación de confianza con el Sumo Pontífice. De hecho, fue nombrado en 2020 como miembro ordinario de la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano.

Pero ni sus contactos pudieron quebrar la máxima impuesta por el Papa: “No recibo a presidentes durante las campañas”, le dijo Francisco al periodista Nelson Castro.

Miembro de la mesa chica de Alberto Fernández, quien lo convenció de volver a la escena pública, Beliz siempre tuvo la espada de Damocles K sobre su cabeza: su nombre resuena desde los “funcionarios que no funcionan” de Cristina y vuelve al tapete cada vez que se sospecha de algún cambio en el Gabinete.

El pasado de Beliz

Es un nombre que todavía genera urticaria en el kirchnerismo de paladar negro. Es que Beliz decidió exiliarse en Estados Unidos en 2004, tras dejar el Ministerio de Justicia de Néstor Kirchner. En una entrevista televisiva mostró una foto del espía “Jaime” Stiuso y sintió que le soltaban la mano. Esa década en Norteamérica le sirvió para cultivar los contactos que hoy usufructúa.

Había pasado un año apenas en la gestión. Algo más que su primera intervención como ministro: en el ’92, Carlos Menem lo nombró ministro del Interior: renunció ocho meses después, “harto de la corrupción”, según dijo. Dentro de la Casa Rosada se había ganado el apodo de “zapatitos blancos”, porque no le gustaba ensuciarse en el barro de la política.

Días atrás, su amigo Juanse, ex cantante de Ratones Paraonicos, lo definió: “Está haciendo lo que puede, porque no es una persona que está abiertamente identificada con un concepto político, su ideología es la Nación, el país”. La relación entre ambos está cimentada en la fe: “A nosotros nos une Dios”, dijo en TN.

Incluso en el congreso de IDEA, Beliz se animó a dar un consejo religioso a los empresarios: “Como decía Santa Teresa, hay que ser capaz de encontrar a Dios hasta en las cacerolas”, declaró. Y esbozó un concepto que podría definirlo: “Si nos dejamos aturdir por el embriagamiento mediático, si pensamos en sacar una tajada y sacarnos una foto para mostrar que somos poderosos, no sirve”. Esa sigue siendo su idea: construir desde el silencio.

 

Alberto Fernández - Joe Biden, el encuentro

Desde que se dan un apretón de manos hasta que siguen su camino pasaron 41 segundos: eso fue lo que duró el encuentro entre Alberto Fernández y Joe Biden. El presidente norteamericano le hizo referencia al Papa Francisco, a quien el argentino no pudo ver. Luego, sucedió una curiosidad: Alberto le dijo que lo hacía muy feliz su triunfo en las urnas, “cambió el mundo”, agregó, pero Biden no le devolvió la gentileza: “Su país es muy hermoso”, le esquivó el tema. Fue un encuentro informal y poco protocolar: no hubo reunión bilateral.

Según cronistas que acompañaron a la delegación oficial, Alberto tuvo un último gesto para con el estadounidense: durante su discurso, le iba a pedir ayuda directa para alcanzar el acuerdo con el Fondo. Finalmente, no lo hizo.

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Carlos Claá

Carlos Claá

Periodista político

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