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POLíTICA | 22-04-2020 12:54

Gustavo Béliz, el ángel guardián de Alberto Fernández

Es la persona que más tiempo pasa con el Presidente desde que se decretó la cuarentena obligatoria. Sus misiones.

Gustavo Béliz pasó de estar 15 años sin hablar con Alberto Fernández a ser uno de los hombres más influyentes del presidente. Hoy tiene bajo su mirada temas diversos como relaciones internacionales, financiamiento externo, administra una parte de la relación con los sindicatos, mantiene diálogo con la Iglesia y esta semana le adjudican haberse hecho cargo del escándalo por los sobreprecios en la compra de alimentos del Ministerio de Desarrollo. Así, Béliz va ganando fama de ser una suerte de controller de calidad del Gobierno de Alberto Fernández, quien en algunos ministerios tiene más injerencia que el propio jefe de Gabinete.

En el reportaje del presidente con Jorge Fontevecchia en el diario Perfil se habló del rol de Béliz. “Gustavo es una persona a la que consulto muchísimo”, afirmó y agregó que es “un gran ‘resolvedor’ de problemas. No sé si está bien dicho, pero es un tipo que soluciona problemas. Ve un problema y se mete”. Resulta lógico que a medida que surjan más conflictos, Béliz acumule poder.

Sobre la relación con el jefe de Gabinete Santiago Cafiero dijo: “Él trabaja mucho con Santiago. Sus roles no están desacoplados”, en referencia que se podrían superponer funciones.

El cargo formal de Béliz es el de secretario de Asuntos Estratégicos, pero bajo su órbita, al menos en lo formal sólo tiene dos subsecretarías, la de Relaciones Financieras Internacionales para el Desarrollo, a cargo de Christian Asinelli y la Subsecretaría del Conocimiento para el Desarrollo que todavía no tiene nombramiento. Una estructura pequeña para alguien tan influyente. Dentro de su equipo está el ex director de ARBA en tiempos de Daniel Scioli, Iván Budassi.

Néstor Kicherner, Alberto Fernández y Gustavo Béliz

Stiuso. La relación con Alberto Fernández se rompió en julio del 2004 cuando Gustavo Béliz fue expulsado del Gobierno. En la memoria colectiva, la salida del entonces ministro de Justicia quedó atada al día que mostró la foto del espía Antonio Stiuso en el programa de Mariano Grondona en televisión. Pero el periodista Horacio Verbitsky, en una entrevista con María O’Donnell en 2015 recordó que en una charla telefónica con Alberto Fernández, éste le dijo que Béliz fue echado por oponerse a que la Policía Federal vaya a las manifestaciones sociales con armas. “Béliz inventó la acusación contra Stiuso para encubrir su salida vergonzosa del Gobierno”, afirmó Verbitsky.

Un dato que debe agregarse a las tensiones que acumuló Béliz por esos años fue su plan para reformar el sistema federal de justicia y acoplar los 12 juzgados federales de Comodoro Py con los más de 60 juzgados ordinarios de la Capital Federal. La corporación judicial resistió y sumó el apoyo de los servicios de inteligencia, a quienes la reforma de Béliz les resultaba inconveniente. Finalmente fue reemplazado por Horacio Rosatti, hoy ministro de la Corte Suprema, quien duró apenas un año. Alberto Fernández, entonces jefe de Gabinete, lo cambió por su amigo Alberto Iribarne, hoy embajador de Uruguay.

“Gustavo (Béliz) es una persona de un enorme valor en diferentes puntos. Lo conozco desde hace muchos años. Nunca me olvido de que el día que le pedí la renuncia, lo llamé y le dije: “Es el momento más triste en mi función”. Con mucha hidalguía renunció y se fue. Pasaron muchos años sin que lo viera, porque terminó viviendo en Estados Unidos, trabajando para el BID, alejado de Argentina”, le dijo el Presidente a Perfil.

Ya con el resultado de las PASO sobre la mesa y el aplastante triunfo del Frente de Todos, Béliz tuvo un acercamiento con Fernández en su departamento de Recoleta donde llegó acompañando al Obispo Marcelo Sánchez Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano, una institución con larga historia en Italia, cuyo primer líder fue Galileo Galilei. La reunión la había organizado Eduardo Valdés, quien tiene llegada a diferentes sectores de la Iglesia. Luego del encuentro entre Fernández y Sánchez Sorondo, Béliz se quedó para hablar con Alberto y, entre reproches y lágrimas, resolvieron los problemas del pasado. “Cuando se dio mi candidatura, nos volvimos a encontrar. Lo que yo sentí fue que aquella persona moralmente intachable, enormemente dedicada a la función como era Gustavo, había tenido un crecimiento en su cabeza impresionante a lo largo de los 14 años de vivir fuera del país y recorrer el mundo”, dijo Fernández.

La fama de intachable de Béliz la construyó en la década del ‘90 cuando recibió el apodo de “zapatitos blancos”. Así lo habían bautizado en el gobierno de Menem porque “no le gusta meterse en el barro”, en referencia a acoplarse a prácticas deshonestas. En este caso, lo que podría leerse como una virtud, para un sector de la política resulta un factor para desconfiar.

Beliz con Néstor y Cristina Kirchner

Inicios. Antes de dedicarse a la política Béliz fue periodista. Trabajó en El Gráfico y en el diario La Razón que dirigió Jacobo Timerman. Luego pasó a la política de la mano del peronismo porteño, donde estaban Alberto Fernández, el actual embajador en Estados Unidos Jorge Argüello y el cantante de rock nacional Lito Nebbia. Llegó a ser ministro de Justicia de Menem y era uno de los que escribía sus discursos, a fines de los ‘90 conoció a Néstor y Cristina Kirchner, con quienes compartían un espacio político dentro del peronismo alineado con Domingo Cavallo. Ya post crisis del 2001 y con el nacimiento del kirchnerismo, Béliz fue uno de los que partició de esa génesis. Cuando salió eyectado del Gobierno, en 2004, se radicó en Estados Unidos, donde trabajó en el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

Hoy es uno de los hombres que más consulta el presidente. Está en la mayor parte de las reuniones y las videoconferencias. Circula. Se lo ve. No tiene estructura dentro del Gobierno, pero tiene un gran poder de influencia sobre el presidente. En marzo, antes de someterse a la cuarentena, Alberto pasó a rezar por la capilla de la Casa Rosada y fue acompañado por Béliz. Cuando se estableció la distancia social, el secretario de Asuntos Estratégicos le sugirió un saludo opcional para evitar acercarse a las personas que consistía en ponerse la mano derecha en el corazón y decir: “¿cómo estás?”.

Béliz está casado con Fernanda Meritello, hermana del Secretario de Medios y uno de los administradores de la pauta oficial, Francisco Meritello. Ambos son hijos del fallecido teniente coronel José Benjamín Meritello. El suegro de Béliz fue uno de los candidatos que sonaban para hacerse cargo de la SIDE en 1989, cuando Menem llegó al poder. Al final quedó Juan Bautista “Tata” Yofre. ¿Qué hubiera pasado si el suegro de Beliz hubiese sido el jefe de Stiuso? Dudas contrafacticas.

Hoy, los temas en los que Béliz tiene mayor influencia están atados al financiamiento externo, excepto la relación con el FMI, que está centralizada en el ministro Martín Guzmán. La semana pasada, en una entrevista televisiva el Presidente afirmó que “estaba mirando los números con Guzmán y Béliz”. Aunque aparezca poco en las fotos, siempre está.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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