La cita fue el miércoles 9 de marzo en un departamento de la calle Rodríguez Peña al 1600, en el barrio porteño de Recoleta. Se juntaron a almorzar el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni y el senador nacional por la UCR Martín Lousteau. El encuentro se pactó unos días antes en Mendoza. Ambos se cruzaron en la fiesta de la Vendimia, donde las copas circulan en todas las charlas. Allí, luego de intercambiar saludos y abrazos, se dijeron: “Nos tenemos que juntar a comer”. Y una vez de vuelta en Buenos Aires coordinaron agendas y organizaron el encuentro. No querían demasiados testigos del encuentro. Al ser parte de frentes políticos antagónicos, querían evitar todo tipo de suspicacias, pero cuando se despidieron, alrededor de las tres de la tarde, en la puerta del edificio donde se juntaron, una fuente de esta revista los vio salir. “En Rodríguez Peña al 1600 acaban de salir de un edificio Lousteau y Berni, juntos”, fue el escueto mensaje de voz de Whatsapp.
La fuente no es una persona del ambiente de la política por lo que no sabía mucho más de la situación, pero se trata de una persona informada y la sola situación le bastó para darse cuenta de que estaba delante de un evento que merecía ser comentado.
Lousteau y Berni son dos figuras a las que, en términos bancarios, se las podría definir como “políticamente expuestas”. Ambos cultivan el alto perfil y tienen aspiraciones para el 2023. En el pasado compartieron administración y hoy están en frentes políticos opuestos, pero se ven a sí mismos disputando espacios de poder en el próximo turno electoral. Fue por eso que decidieron reunirse. Para intercambiar miradas. ¿Hay coincidencias entre Berni y Lousteau? En principio son dos especialistas en materias diferentes, Berni está especializado en seguridad y Lousteau en economía. Entre diciembre del 2007 y marzo del 2008, los dos compartieron Gabinete. Lousteau fue ministro de Economía de Cristina Kirchner durante cuatro meses, y Berni, por aquellos años, trabajaba con Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social.
Coincidencias. Hay un punto de vista que los hermana a Berni y a Lousteau. Ambos son díscolos dentro de sus espacios. Berni anunció hace pocas semanas que decidía “cortar el cordón umbilical” con el kirchnerismo y Lousteau armó un bloque propio dentro de la Cámara de Diputados a partir de fricciones con el ala tradicional del radicalismo. En este punto, Lousteau tiene un camino recorrido que podría servirle de experiencia a Berni. El economista logró negociar espacios de poder no solo dentro del partido o el Parlamento, sino también dentro el frente electoral Juntos Por el Cambio, que le permitiría competir, en principio, por la jefatura de Gobierno porteño en el 2023.
A Sergio Berni, esta cuestión se le hizo cuesta arriba. El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires está pidiendo, envalentonado por las encuestas y la repercusión en la calle, un lugar en las PASO del 2023 para presentar una lista propia. Un botón de muestra de esta ambición es que Berni había inscripto una lista para competir en la segunda sección electoral en las elecciones legislativas del año pasado y desde el kirchnerismo le pidieron que la bajara. Que en ese lugar se competiría con lista de unidad. A Berni le interesaba la sección porque incluía el partido de Zárate, donde él vive.
El plan de Berni es dar la discusión dentro del propio peronismo y conseguir que le liberen Zárate para competir. El ministro suele jactarse de que es el funcionario nacional con mejor imagen. En la actualidad tiene una relación tensa con el intendente local, pero también con el Gobierno nacional. Es conocido su enfrentamiento retórico con el presidente y el ministro de Seguridad nacional Aníbal Fernández. Pero ahora ya no oculta su enojo con Cristina Kirchner. En una entrevista afirmó que “la vicepresidenta ha decidido construir con personas con las que no estoy de acuerdo. Participé en ese espacio político con convicción, lealtad y coherencia, pero dejó de representarme”, sacudió el ministro.
Futuro. La cumbre Berni-Lousteau deja interrogantes. ¿Existe la posibilidad de una alianza entre ellos? A ambos los alarma la crisis económica y los problemas de inseguridad también. Uno es muy peronista y el otro muy radical, pero ya supieron convivir en un mismo espacio. Eran otros tiempos, pero las mutaciones políticas están a la orden del día y tal vez, quién dice, en un futuro se los vea juntos. Esta vez intentaron que sea secreto, pero no se pudo.
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